Mely Arellano

@melyarel

Cuando en enero del 2011 el policía Michael Sanguinetti dijo durante una conferencia en la Universidad de York, en Toronto Canadá, que las mujeres no deberían vestirse como putas  para no ser víctimas de violencia sexual, no imaginó que sus palabras causarían una reacción mundial tan contundente.

En abril, la indignación llenó las calles de Toronto y las mujeres exigieron una disculpa pública. El movimiento de “La Marcha de las Putas” siguió creciendo hasta alcanzar las ciudades de otros países como México. Este año cientos de mujeres volvieron a salir exigiendo una vida sin violencia, el respeto a sus derechos y a la no discriminación.

En Puebla también se replicará la marcha el próximo domingo 7 de octubre saliendo a las 11:30am del Jardín del Carmen (16 de septiembre entre 15 y 17 oriente) hacia el zócalo, donde habrá algunas actividades.

De acuerdo con las organizadoras, el movimiento busca “que la sociedad comprenda que no importa la vestimenta, el lugar, la compañía, ni la actitud, nada justifica la violencia, la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual. La mujer no provoca violencia, ni agresión por ejercer libremente su personalidad, ideas y principios”.

Panorama preocupante

El informe de Católicas por el Derecho a Decidir y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos presentado en julio del 2012 “Feminicidio e impunidad en México: un contexto de violencia estructural y generalizada”, revela que ha habido un incremento sostenido en los casos desde el 2007, lo que pone al país en el lugar 16 en la incidencia de homicidios contra mujeres en el plano mundial.

El mismo documento consigna que de los casos registrados entre 2010 y 2011 por el Observatorio Nacional Contra el Feminicidio, el 60 por ciento de los casos se encuentra aún en trámite y tan sólo el 19 por ciento ha sido consignado por la autoridad competente, a pesar de que en el 34 por ciento de los casos se conocen los motivos del asesinato; sólo el 4 por ciento de los casos por feminicidio ha sido sentenciado, aunque se desconoce si estas sentencias son condenatorias o absolutorias.

Puebla cuenta con una Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia pero, como sucede en el resto del país, no funciona de manera adecuada “debido a la falta de voluntad política de las autoridades de garantizar la protección a todas las mujeres víctimas de la violencia de género, así como a los obstáculos impuestos mediante el propio reglamento de la Ley”.

Una prueba de lo anterior son los 2.2 delitos sexuales que se denuncian al día, 10 por ciento más que en 2011 y 31 por ciento más que en 2010.

Y otra es el aumento en crímenes dolosos contra mujeres, que en los últimos seis años se ha triplicado. Por cierto, sólo trece entidades federativas del país han tipificado el delito de feminicidio y Puebla no es una de ellas.