Lado B
Fue una acción policial bien planeada
Miembros del #yosoy132Puebla buscaron dialogar con el alcalde Eduardo Rivera horas antes del desalojo
Por Lado B @ladobemx
17 de septiembre, 2012
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Foto: Es Imagen

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Llegaron agazapados por las sombras. En medio de la oscuridad de la madrugada se distribuyeron en grupo pequeños de dos o tres policías vestidos de civiles cubriendo las salidas del zócalo capitalino mientras una columna de municipales incursionaba, tolete en mano, para levantar por la fuerza a los 68 integrantes del movimiento #yosoy132Puebla que desde el jueves 13 habían montado un campamento en la plancha de la plaza central para protestar la noche del sábado contra lo que llaman “la imposición del priísta Enrique Peña Nieto”.

Pero la protesta no llegaría a realizarse, 63 de los 68 campistas fueron detenidos y remitidos durante la madrugada del 15, primero a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, ubicados en Rancho Colorado, y más tarde distribuidos en cuatro juzgados calificadores: Villa Frontera, diagonal Defensores, 9 oriente y La Popular.

Aunque horas después serían liberados, tras el escándalo mediático que provocó la detención, el alcalde capitalino Eduardo Rivera Pérez anunció que la multa de 3 mil pesos por “alteración del orden público” –delito que les fue imputado— se les condonaría.

Al respecto, el director de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Amadeo Lara Terrón sostuvo que se trató de una medida “ para garantizar el orden en los festejos del Grito de Independencia”, también negó que se hubiera producido abusos de autoridad en el operativo y sostuvo que se cuenta con fe de hechos emitida por notario público.

Fue una acción bien planeada

La noche del jueves llegó el primer aviso. Un corte de luz a la plancha del zócalo durante la madrugada alertó a los #yosoy132Puebla que habían tomado el zócalo unas horas antes. De inmediato lanzaron la alerta por redes sociales. La luz se restablecería 60 minutos después.

–Lo sentimos como una acción de intimidación del ayuntamiento –cuenta a Lado B uno de los jóvenes presentes.

Durante la jornada del viernes el campamento recibiría, en dos ocasiones, la visita de agentes de Gobernación municipal para pedir desocuparan el espacio asegurando primero que temían por la seguridad de los acampados, y más tarde que temían que se infiltraran a las festividades del Grito “grupos de choque”.

–No hubo negociación con ellos, el consenso fue mantenernos en la plancha.

Esa misma noche Eduardo Rivera se haría presente en la plaza principal para encender la iluminación conmemorativa a las fiestas patrias, ahí una comisión del grupo intentó dialogar directamente con el mandatario municipal sin conseguirlo. Un video que fue subido a internet por el grupo muestra el momento.

Como se escucha en el video ya había entre los manifestantes la idea de que el ayuntamiento intentaría desalojarlos utilizando la fuerza pública. En el video también se escucha a Miguel Méndez Gutiérrez, Jefe del Departamento de Concertación de Espacios Públicos, anunciar que el ayuntamiento capitalino se encargaría de “generar las condiciones de seguridad para que el evento del día de mañana (sábado) se celebre en absoluta paz”.

Y la absoluta paz irrumpió cerca de las 3:15 de la madrugada del sábado en el teléfono de Eduardo Almeida, representante del Nodo de Derechos Humanos. La llamada realizada por integrantes del movimiento juvenil lo alertaba de que ya preveían el ingreso de la policía municipal a la plancha para iniciar el desalojo, por lo que comenzaron a desmontar el campamento. 15 minutos después, aproximadamente, comenzaría la incursión policíal.

–Cuando nos dimos cuenta de que ya venían sobre el campamento –explica el entrevistado— comenzamos agruparnos como parte del protocolo de seguridad que tenemos para salir. Les dijimos que estábamos dispuestos a cooperar pero no hubo respuesta alguna.

La columna de policías primero rompió en dos al grupo para comenzar a llevarlos a camiones y camionetas en los que los trasladarían a Rancho Colorado.

–Hubo algunos golpes, y vimos cómo a una compañera la arrastraban provocándole raspones en las piernas. Ya en los camiones no hubo golpes, pero sí nos quitaron los dispositivos móviles aunque los devolvieron al llegar a Rancho Colorado.

Tras los exámenes del médico legista y pruebas de alcoholímetro los 63 detenidos –cinco lograron escapar al cerco— fueron distribuidos en cuatro juzgados calificadores y horas más tarde liberados tras la condonación de la multa.

Tras la detención los integrantes del movimiento se reunirían en el paseo bravo para de ahí marchar a la Casa de los Hermanos Serdán en donde llevaron a cabo un pequeño mitin.

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