El viejo estilo no se pierde: acarreos, camisetas, aplaudidores y desde luego la torta y el refresco para los asistentes. Llama la atención que la visita a Puebla del candidato del tricolor a la presidencia de la República fue rapidísima. El discurso de Enrique Peña Nieto duró sólo 17 minutos y dejó a un buen número de personas que llegaban a Izúcar de Matamoros, sin escucharlo ya que salió rumbo a Tepeaca. No faltaron, aunque fue un pequeño grupo que prefirió retirarse antes de una agresión, los que con pancartas increparon al candidato del PRI-PVE en su segunda parada.
El viaje a la ciudad de Tepeaca fue, desde luego, en helicóptero. Ahí el candidato estuvo acompañado de algunos de los candidatos a diputados federales y al Senado de la República. Y el discurso fue igualmente corto, aproximadamente 18 minutos. Una presencia que no fue anunciada es la de Christopher Morris, de la Agencia Seven y uno los fotógrafos con reconocimiento mundial, haciendo fotos en México.
A diferencia de los mítines en los que participaron los otros dos candidatos Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador en los que las plazas públicas la asistencia no tenía ningún obstáculo, en el mitin de Enrique Peña Nieto, hubo arcos detectores de metales para acceder a escuchar a su candidato.
Definitivamente hay diferencias que son las que el partido tricolor ha acumulado en muchos años de historia y que no han cambiado a pesar de que los slogans nos hablan de un PRI renovado.
A diferencia de hace algunos años, la Puebla priísta no se vio tan entusiasta como cuando gobernaban el estado.