Lado B
Tribunal de la verdad
Por Roberto Alonso @rialonso
06 de julio, 2021
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A tres años de su triunfo, Andrés Manuel López Obrador registra uno de sus niveles de aprobación más bajos (56 por ciento), mismo nivel que junio de 2020, en pleno ascenso de la primera ola de la pandemia. Cuatro de cada 10 personas desaprueban su trabajo, siendo junio del año pasado y abril de este año los picos en el registro negativo. La caída en la aprobación se observa sostenida desde noviembre, aunque en 2020 logró repuntar y colocarse nuevamente por encima del 60 por ciento.

Miercoles 01 1

Irónicamente, tiene algo de razón el presidente para estar contento con el ánimo social. Si bien no son sus ventajosos números, El Financiero reportó este 5 de julio que 41 por ciento considera que el país va por buen camino contra 33 por ciento que piensa lo contrario. Apenas en mayo la opinión estaba empatada y en abril predominaba la sensación de lo segundo. La misma encuesta, sin embargo, toma el pulso del peor momento, hasta ahora, para la revocación de mandato. Si hoy tuviera lugar la consulta, 54 por ciento votaría a favor de que López Obrador continuara en el cargo, en tanto que 41 por ciento lo haría en dirección contraria, registrándose un incremento de 10 puntos porcentuales en tan sólo un mes entre los opositores.

Y mientras las opiniones se cierran, el mandatario insiste en dar motivos para la tensión, sabedor de que en ese ambiente de confrontación suele crecerse, con todo y los riesgos que ello pueda suponer para la discusión y la construcción democrática.

Por si un uso le hiciera falta a su ritual de la mañanera, o quizá por acusar desgaste, el 30 de junio el presidente inauguró una nueva sección bajo el nombre ‘quién es quién en las mentiras de la semana’, un espacio —en palabras de López Obrador– para la réplica, la denuncia y el debate. “Una plaza pública —a decir de su responsable, Elizabeth García Vilchis– en la que se discutirá libremente sobre la información que los medios de comunicación publican a diario”. ¿Discusión o escarnio con desinformación?

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No es la primera vez que se hace uso de la tribuna de la mañanera para descalificar el trabajo de algunos medios e incluso burlarse de ellos. Tampoco es la primera vez que queriendo dar lecciones de responsabilidad informativa, desde Palacio Nacional se manipulan los hechos en beneficio propio. Lo inquietante en esta última versión de la conferencia matutina es la formalización de un espacio ya no sólo para el ataque y el estigma, sino para conferir el carácter de verdad al tratamiento periodístico según si la cobertura se alinea o no a los designios del presidente.

De acuerdo con el ejercicio de fact-checking de El Sabueso, la sección referida fue estrenada con imprecisiones, omisiones y dichos falsos. En su introducción, García Vilchis destacó que, según el Instituto Reuters, “México se encuentra en el nivel más bajo de confianza hacia los medios de comunicación desde el año 2017”. Lo que omitió la nueva directora de Redes de la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia de la República, es que la misma institución apunta que los ataques que López Obrador dirige a los medios podrían ser una de las razones por las cuales la población mexicana pierde su confianza en ellos. Nuevamente, desinformación.

¿Pero qué esperar de la nueva función si el mismo presidente es un artífice del engaño? En su informe con motivo de los tres años de su triunfo electoral, López Obrador presentó datos y versiones bastante discutibles. Un botón: refiriéndose a la reciente jornada electoral, afirmó que “pudimos celebrar una de las más numerosas y competidas elecciones de la historia de México, sin problemas mayores (…); además no hubo masacres, no se desató la violencia contra ciudadanos inocentes para infundir miedo. En Guerrero, por ejemplo, ningún candidato sufrió agresiones, y casi lo mismo aconteció en la mayoría de los estados”.

Es cierto que el pasado 6 de junio no hubo masacres, pero estas se han presentado en las últimas semanas casi en la mitad de los estados del país, las más sonadas las ocurridas en Reynosa, Tamaulipas y en Valparaíso, Zacatecas el 19 y el 25 de junio, respectivamente. En su Séptimo Informe de Violencia Política en México, la consultora Etellekt dio a conocer que en el proceso electoral 2020-2021 se presentaron mil 66 agresiones en contra de personas políticas, de las cuales 102 fueron víctimas de homicidio, 36 de las cuales eran aspirantes y candidatos a cargos de elección. A diferencia de lo dicho por el mandatario, Etellekt registró en Guerrero 59 agresiones y ocho homicidios, convirtiéndose en el quinto estado con más agresiones.

No es deseable que los medios queden al margen de la observación, la crítica y los señalamientos, pero esta no es tarea del gobierno; sí lo es garantizar sanas condiciones para un debate crítico e informado. México y el mundo entero enfrentan la intoxicación de la conversación pública por múltiples fuerzas, entre ellas algunos medios y su mal periodismo, ni duda cabe. Es muy cuestionable el papel de muchas empresas informativas que protegen más sus intereses que su responsabilidad pública. En cualquier caso, no le corresponde al Ejecutivo federal este oficio, menos aún si no predica con el ejemplo.

*Foto de portada: Eneas de Troya | Flickr

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Autor Lado B
Roberto Alonso
Coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana Puebla y del Observatorio de Participación Social y Calidad Democrática.
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