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Peña Nieto en la Ibero
El “balazo” de la nota que presentó el periódico La Jornada el día siguiente a la visita de Enrique Peña Nieto en la Ibero no pudo ser más preciso. “Por primera vez en su campaña enfrenta expresiones públicas de hostilidad”, se leyó como anotación a la pieza informativa que relató lo sucedido en la institución jesuita.
Por Lado B @ladobemx
15 de mayo, 2012
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Roberto Alonso*

El “balazo” de la nota que presentó el periódico La Jornada el día siguiente a la visita de Enrique Peña Nieto en la Ibero no pudo ser más preciso. “Por primera vez en su campaña enfrenta expresiones públicas de hostilidad”, se leyó como anotación a la pieza informativa que relató lo sucedido en la institución jesuita. Y sí, por primera vez, el foro no era a modo y el equipo de campaña del candidato carecía del control total sobre el ambiente que lo recibió. La burbuja se rompió y una comunidad universitaria informada, crítica y politizada se expresó.

¿Hubo hostilidad? Sí, antes, durante y, sobre todo, al final del encuentro, después de que Peña Nieto expuso sus ideas y contestó las preguntas que los estudiantes le formularon. ¿Hubo gritos? Sí y muchos. Los más recurridos: “¡Fuera!”, “¡La Ibero no te quiere!”, “¡Asesino!” y “¡Se ve, se siente, Enrique delincuente!”. ¿Hubo protesta? Sí, una planeada con máscaras de Carlos Salinas y otra más bien espontánea con la que universitarios obstaculizaron la salida de Peña Nieto y lo despidieron con abucheos y silbidos.

La concurrida protesta, según se puede constatar en los videos compartidos en las redes sociales por alumnos de la universidad y que ilusamente han querido ser mitigados con un video oficial en el que dos ex alumnos del ITAM figuran ser estudiantes de la Ibero, pudo tener varios móviles: la presunta presencia de acarreados en el auditorio que habrían impedido la entrada de más universitarios, la antipatía generada por un candidato que había cancelado en dos ocasiones su participación en la Ibero, y su engreída respuesta ante quienes lo cuestionaron sobre el desmedido uso de la fuerza en Atenco.

“Hecho que ustedes conocieron y que, sin duda, dejó muy en claro la firme determinación del gobierno de hacer respetar los derechos de la población del Estado de México, que cuando se vieron afectados por intereses particulares, tomé la decisión de emplear el uso de la fuerza pública para restablecer el orden y la paz; y que, en el tema, lamentablemente hubo incidentes que fueron debidamente sancionados, y que los responsables de los hechos fueron consignados ante el Poder Judicial. Pero, reitero, fue una acción determinada, que asumo personalmente para restablecer el orden y la paz, en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública como además, debo decirlo, fue validado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)”, expresó Peña Nieto respecto al caso Atenco.

Hubo, en efecto, quienes instantáneamente le aplaudieron, pero hubo otros que interpretaron esa posición como una muestra de prepotencia y orgullo en torno a un operativo que dejó un saldo de dos muertos, más de 200 personas detenidas con brutalidad y 47 mujeres víctimas de tortura sexual, siendo violadas por cuerpos de seguridad 26 de ellas.

En la Ibero no hubo porros ni fueron personas extrañas o alumnos “entrenados fuera” de la universidad los que acicatearon un ambiente de crispación y legítimo enojo, como lo han querido difundir algunos políticos priistas y líderes de opinión del Grupo Imagen y de la propia institución que desestiman la capacidad crítica de quienes ahí se forman. Lo que tuvo lugar fue una expresión fúrica y enérgica de una comunidad estudiantil que como lo afirmó la propia Ibero, no es ajena a la realidad del país, particularmente frente a un hecho que fue condenado por todo el Sistema Universitario Jesuita (SUJ). A nadie medianamente informado, por tanto, debería extrañarle la protesta que sacó al candidato de su zona de confort.

Los días 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador Atenco era necesario restablecer el orden, por supuesto. Pero no con los abusos, la crueldad y el salvajismo con los que actuaron fuerzas policiacas estatales y federales en un operativo del que ahora asume plena responsabilidad el candidato por la alianza entre el PRI y el PVEM a la Presidencia de la República, tal y como lo hizo Gustavo Díaz Ordaz en relación con la masacre de 1968.

En contraste con lo dicho por Peña Nieto, en febrero de 2009 la SCJN determinó que en Atenco se cometieron graves violaciones a los derechos humanos mediante el uso indebido de la fuerza, por lo que lejos quedó el máximo tribunal del país de avalar dicho operativo. Si para el ex gobernador del Estado de México validar significa no recibir una sanción entonces sí, la Corte validó una actuación ilegal que ha llegado incluso a instancias internacionales. De una u otra forma, se exhibió como un aspirante a dirigir este país que, en su defensa, intentó manipular la realidad, insultando así a los electores.

En el mismo sentido se comportaron las portadas de al menos 20 periódicos regionales pertenecientes a la Organización Editorial Mexicana (OEM) -del empresario Mario Vázquez Raña- el día siguiente del “viernes negro” del candidato priista. Todas con el mismo encabezado como nota principal: “Éxito de Peña Nieto en la Ibero pese a intento orquestado de boicot”. La prensa, como si su función fuera estar al servicio de intereses particulares por encima de una cobertura objetiva, negando lo evidente y desinformando a la sociedad.

Para los que piensan en la lógica del pretérito como Pedro Joaquín Coldwell, e incluso como Gabriel Quadri, que los alumnos de la Ibero fueron intolerantes, ojalá se tomen el tiempo de leer y reflexionar el artículo de Jesús Silva-Herzog a propósito de la protesta de la Ibero. “El grito -escribe el académico- cabe en la democracia como cabe el aplauso (…) Si tachamos las consignas como acto antidemocrático, deberíamos hacer lo mismo con las porras (…) Que un acto político encuentre la hostilidad de un grupo organizado es tan preocupante como el escenario contrario: que encuentre el júbilo organizado (…) La protesta no suele levantar el dedo meñique (…) Protestar es otra forma de ejercer ciudadanía”.

Quien cree que los universitarios son incapaces de protestar de manera genuina como lo hicieron el viernes insulta su inteligencia. “La verdad nos hará libres”, reza el lema de la Ibero. Y los videos hablan por sí solos:

Llegada de Peña Nieto a la Ibero

Peña Nieto sobre Atenco

Afuera del auditorio

Salida de Peña Nieto del auditorio

Peña Nieto abandona la Ibero

La versión de Peña Nieto con ex alumnos del ITAM

131 alumnos de la Ibero responden ante acusaciones de políticos y medios de comunicación

*@rialonso es secretario del Capítulo Puebla de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI). Comunicólogo de formación, maestrante en Políticas Públicas y apasionado del derecho de la información y del periodismo. Participa en el Nodo de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Rendición de Cuentas de Actívate por Puebla.

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