Lado B
What’s App-carta a una joven funcionaria de Educación Especial, o ya me la sé en la SEP
Por Juan Daniel Flores @
29 de junio, 2025
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RELATOS CAPACITISTAS

Estimada Ara:

Gracias por llamar y dar la cara por los responsables de Educación Especial. Gracias por dar señales de que no todo está perdido, como dice la canción.

Los funcionarios encargados de la educación especial de este Estado, no suelen tener sensibilidad para los simples ciudadanos que piden apoyo.

En menos de un año el Estado de Puebla, en *Educación especial, se han sufrido tres cambios de encargado de despacho: Primero Carmen Sisniega (docente de educación primaria, licenciatura en educación especial y maestra en educación social y animación sociocultural) después Jeanine Hanan (Lic.en Derecho, que en el apellido lleva la recomendación) y ahora un señor profesor de nombre Héctor Rojas. Tres personas en menos de un año con sus respectivos equipos de trabajo en toda la entidad.

Por cierto Ara, justo cuando me llamaste, estaba parado en una fila de más de ochocientas personas, en una colonia de la periferia y en día lluvioso por el huracán Erick.

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En la fila había personas con bastones, muletas, sillas de ruedas y prótesis entre otras. Fila de personas esperando un apoyo del gobierno: el apoyo del BIENESTAR para personas con discapacidad. Todos y todas estábamos formados de pie en la calle, rodeando el parque sin asientos para nadie. Exactamente como ocurrió en febrero de este 2025, cuando se abrió la convocatoria para registrar a las mismas personas, y esas mismas personas estaba formadas en un día lluvioso en la calle sin un solo asiento.

Cuando logré pasar, una hora después nos visitó un funcionario estatal unos minutos para darnos saludos de la presidenta, del góber y sonreír para la foto: Javier Aquino. De los parados y paradas ni hablo.

Educación Especial, SEP, Puebla

Quizá, lo de menos es que te comente, que para las 11:30 de la mañana que entró tu llamada, no había desayunado y que tenía un desvelo de trabajo por ser cuidador de dos personas.

Generalmente, los esfuerzos de un padre cuidador no son tan enaltecidoso como los de una madre. Son tiempos de lo políticamente correcto y debo de pagar los platos rotos de siglos de machismo y misógina en Latinoamérica. Lo tenía que decir.

Volviendo a tu llamada. Das tu explicación como parte del equipo de Educación especial de SEP Puebla. Dices cosas como: “que es un proceso…” “que están trabajando en ello…” “que están por reunirse…” “que hablarán con el nivel primaria…” etc. Explicación que agradezco, pero no atempera lo obvio, que para este organismo gubernamental, las y los niños que presentan una discapacidad son infraciudadanos y ante esa estructura valen menos que cualquier niño regular de esta entidad.

Para miles, sino millones de maestros, médicos, enfermeras, neurólogos, rehabilitadores, directivos de escuelas, psicólogos, funcionarios, etc., las infancias en situación de discapacidad, cualquiera que esta sea, son seres descompuestos que necesitan lugares especiales.

Descompuestos en los términos Fordistas de “vivir” de transcurrir la vida y lo que ella debe implicar: nacer, crecer, ir a la escuela, dar resultados, ser normal, excelente y por supuesto de calidad.

Generalmente las voces de los organismos del Estado solo se limitan a dar informes, estadísticas y acaso acuerdos. Todo es letra muerta.

Ara, solo hubo algo que expresaste mal o te dijeron mal en la llamada que me atendió Mario de Educación Especial: “…que ya me la sé”. No, no dije que ya me la sé, eso es muy coloquial y pertenece más seguramente al lenguaje que manejan las personas que llegan por recomendaciones “a trabajar” a SEP, o a apropiarse de cualquier plaza, sin tener sensibilidad, estudios humanistas y ganas de transformar la realidad tan adversa que vivimos millones de mexicanos que padecemos el capacitismo.

Hasta donde sé, tú tienes todo ese humanismo universitario, te formaste en el rigor universitario, no vienes de las alcantarillas de las Normales escolares urbanas, donde aún se educa vertical, militar y de manera conductista en una formación de mediados del siglo pasado.

Lo que le dije a ese tal Mario, fue ,»es que ya sé cómo es todo esto». No es lo mismo. Por cierto sobra decir, que el 6 de junio que presentamos la queja, donde se manifestó la negligencia de su funcionaria de USAER 24 de la zona 17, los funcionarios que la recibieron lo hicieron de mal modo. (Tienen razón, su atención a su celular es más importante).

Ya sé cómo es todo esto en la SEP. Sé cómo se ponen de acuerdo allá arriba. Como cuidan sus cargos y responden con documentos membretados y sellados. Sé que en SEP Puebla, para ir al segundo piso donde se encuentra Educación Especial, hay que subir unas escaleras, no hay elevadores ni rampa para que suba un niño o persona en silla de ruedas. Sé que hay unos cajeros en la planta baja junto a los baños y que en quincena están abarrotados por empleados. Sé que a las secretarias de cada despacho debes hablarles con pinzas si quieres que una queja sea apenas admitida, sé que en SEP Puebla, como en otras dependencias de gobierno, importan las conexiones, el cochupo y el lenguaje de los favores. De hecho, es mentira lo que decía el Señor López Obrador de que ya no hay corrupción. Sigue aviadores en las direcciones de las escuelas, profesores que compraron la plaza, profesoras denunciadas ante CDH Puebla que siguen en el cargo, gente que detenta hasta tres plazas sin trabajar. El clientelismo político no da tregua a promesas de transformación.

Justo en los pasillos de la SEP, escuché a una maestra de nombre Rosa jactarse y humillar: “…pues si realmente tuvieras conexiones no estarías sin trabajo, mírame a mí que si las tengo o a mis hermanos”. Diría Aute: Más que náuseas dan tristeza.

La SEP es un claro ejemplo de opacidad, antigüedad, negligencia y corrupción que existe en el sistema político y social de México.

Sé como padre y cuidador, que la esencia de alguien como yo respecto a las estructuras sociales, llamese educativas, de salud o de apoyos sociales, es el de pedir, no señalar. Calladito me veo más bonito.

Ara, pedir no es rogar. Pedir es reclamar. Porque cuando uno clama y no es escuchado,entonces vuelve uno a clamar, entonces se le llama reclamo. “Volver a”. Y aunque las instituciones por lo general lo que quieren es que uno suplique, de manera institucional, cordial (aunque ellas no poseen corazón) diplomáticamente, siguiendo los canales y llenando los registros y los procesos que marca las “buenas prácticas» institucionales, hay gente que ya se cansó de estar en la fila y le da por la locura de denunciar. Qué quieres, nos hartaron las sonrisitas institucionales que llegan a dar saludos gubernamentales.

En este sentido, al reclamar, generalmente se tiene de dos: denunciar cualquier anomalía, omisión o negligencia del sistema, o cansarse y amargarse en su lucha, pasando a formar parte de la normalidad y seguir con una digna rabia alegre, o tal vez con la mala suerte de acabar muerto o muerta como le pasó a Maricela Escobedo.

Quizás lo único que no me cuadró fue que dijeras (ya con un lenguaje un tanto contaminado por lo institucional): “…estás en tu derecho de usar otras vías y acudir a donde quieras para arreglar este asunto”. Palabras más, palabras menos.

Yo seguiré impugnándo lo que haya que impugnar por las infancias en situación de discapacidad. Por lo regular camina uno solo. Se acostumbra uno a las hipocresía de las instituciones, a la abulia que se apodera de sus funcionarios y por supuesto, a la nula sensibilidad para aplicar la ley. Lo saben las madres buscadoras, los campesinos de Tlaxcalancingo, las desaparecidas de Juárez por las que ya nadie pregunta.

En un país verdaderamente democrático y ético, miles de trabajadores de la educación, jefes, funcionarios, encargados de sector, supervisores, directivos, especialmente sindicalizados, ya hubieran sido removidos de su cargo por no hacer bien y dignamente su labor. Por continuar dando a los niños una educación antigua, alienante y violenta. Asi de exagerado.

Finalmente, cuando digo que ya sé como es todo esto, me refiero a que conozco las formas y las respuestas del sistema. Llevo unos años luchando. Hoy está una persona a cargo con todo su equipo y mañana estará otra. Sin embargo, lo que no cambia es el alma por cambiar la realidad, de transformarla como decía Marx, de despertar como lo decía Jung, de renunciar a esa educación alienante y bancaria al que hace referencia Freire.

Lo que no cambiará es el espíritu que sopla en las estructuras aquilosadas y corruptas, especialmente las capacitistas.

Ara, sabes que nada de esto que escribo es personal. Le escribo al monstruo de siete cabezas y a sus peones. Tú en la medida de tus posibilidades estás con tu disposición. No ha sido mi deseo hacerte sentir mal por alguna de estas verdades. Sin embargo, si alguna vez decides caminar codo a codo con el sistema bancario, perdón, educativo, entonces solo procura no podrirte.

Gracias de nuevo y que como dicen los psicólogos conductistas de los últimos cuarenta años y la gente bonita: que tengas un bonito día.

Gracias por tu apoyo.

Con agradecimiento,
Juan Daniel Flores

Cuidador,sociólogo y pedagógo en ciernes.


*Educación Especial de SEP Puebla se dedica a atender situaciones de infancias en situación de discapacidad, así como problemáticas de aprendizaje e implementación de ajustes razonables para los estudiantes y profesores.

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Autor Lado B
Juan Daniel Flores
Cuidador, sociólogo y pedagógo en ciernes.