Paola Peralta | Girl Up México*

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Cómo sobrevivir a una ley cotidiana: el pesimismo 

“Tu mente te devolverá exactamente lo que hayas puesto en ella” James Joyce 

La ley de Murphy surgió gracias a un ingeniero aeroespacial de Estados Unidos llamado Edward A. Murphy. Edward trabajaba para la Fuerza Aérea y era el encargado de los sistemas de seguridad de proyectos tan importantes como el Apolo o el helicóptero Apache. En una ocasión, al comprobar las causas de un error, Murphy se percató de que los cables estaban colocados al revés y, tras echarle la bronca a su asistente, dijo algo así: “Si la persona tiene la oportunidad de cometer un error, lo hará”. Sus compañeros de trabajo comenzaron a hablar sobre el incidente y a referirse a este episodio como «Ley de Murphy». 

Con el tiempo, el término evolucionó a algo más general: “Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal” y, aunque parezca una ley innecesaria, se ha convertido en parte relevante de nuestro día a día. El ser humano tiene la tendencia de ver y recordar lo negativo, un sistema creado para asegurar la supervivencia de la especie. En la actualidad, vivimos en un mundo muy distinto, en el que no necesariamente tenemos que sobrevivir a los depredadores o a las condiciones climáticas, pero constantemente somos negativos o pesimistas sobre nuestra vida y nuestro entorno. Creemos que “el universo conspira en nuestra contra” o tenemos  la percepción subjetiva de que las circunstancias no actúan a nuestro favor.

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El propósito de este artículo es que aprendamos algo diferente y podamos comprender que la ley de Murphy no es tan mala como creemos. En este sentido, el pesimismo es la negatividad ante situaciones que nos provocan impaciencia, enojo e inconformidad en nuestra zona de confort y, aunque no lo creas, puede generar pobreza y violencia. Además, contribuye a que creemos vínculos con personas que nos dañan, nos volvamos conformistas y le cerremos la oportunidad al cambio, tanto en lo político y lo social como en el tema ambiental. 

Aunado a lo anterior, la sensación de falta de control sobre el futuro y la impotencia para encontrar soluciones conducen al ser humano a ver lo peor en todo y a esperar lo peor de todo; a creer que todo está perdido y que no existe posibilidad de progreso.  En otras palabras, es tener siempre un “no” en la boca, ver problemas y no retos. El pesimista acaba acostumbrándose a las sombras y se convierte en un coleccionista experto de excusas y pretextos que solo conducen a callejones sin salida. 

Entonces, ¿tenemos que estar siempre sonriendo y diciendo que todo es bueno? No necesariamente. Lo primero que tenemos que entender es que nuestro entorno es un reflejo de nuestro interior.  Ante cualquier situación, los cambios empiezan dentro de uno mismo a partir del entendimiento. Por ejemplo, si un día haces el experimento de enunciar de forma positiva lo que generalmente dices de forma negativa, verás cambios no solo en tu interior, también en tu sistema, en tu cuerpo y en tu mente. Tendrás más energía y serás más consciente de cosas o situaciones que antes no percibías.  

Puede que esto suene como un sinsentido, pero  el primer paso para cambiar tu vida es tu autoconcepto. Si sientes y piensas que mereces todo aquello que deseas, entonces podrás enfocarte en las múltiples posibilidades. Sí, hay cosas que no podemos solucionar, pero de entre todas las que dependen de nosotros, habrá alguna posibilidad de que funcione. Así pues, para empezar a crear un cambio, te doy un tip. De todos los problemas que puedas tener, haz una lista de 10 posibles soluciones. De esta forma, incluso para los problemas que parecen imposibles, alguna  de esas opciones tiene que funcionar. Verás que ya no son problemas, sino muchas posibilidades.

Recuerda que estamos aquí para aprender y ancla tu vida al presente, a lo que tienes hoy. Incluso si todo es un absoluto caos, a veces es necesario para que las cosas se acomoden. Cree en tus capacidades, ejercita el sentir que mereces todo lo que tienes y, lo más importante, pon en práctica el perdonarte. A veces nos enfocamos en cosas fuera de nuestro control o superficiales y olvidamos sonreírle a nuestro reflejo en el espejo. El mejor acompañante para tu vida eres tú. 

Sé que no es fácil. Nos hemos acostumbrado al hábito no saludable de creer que lo mejor es imposible y que todo va de mal en peor, pero no es así. Cambiar nuestra percepción es un proceso que requiere tiempo y dedicación. No es algo sencillo ni lineal. Puede haber altibajos, puede haber caos, pero eso también es progresar. Como mencioné antes, se necesita caos para llegar al orden. Tómalo con calma, vamos paso a pasito y así llegaremos a ser más como Bob Esponja y menos como Calamardo.

*Paola Peralta forma parte de la comunidad de Girl Up México, un movimiento liderado por juventudes apasionadas por capacitar, inspirar y conectar con otras activistas por la igualdad de género y el cambio social. Para conocer más de Girl Up México y cómo sus programas crean un mundo más equitativo y justo para las niñas y mujeres de la región, entra a girlup.org/Mexico

Fuentes:

Vujosevic, N. (2022). Cambio en la vida: nuestra lucha y como superarlo. AECOP. https://aecop.net/cambio-en-la-vida/ 

Martínez, J. F. D. (s. f.). La ley de Murphy, UX/UI y Marketing. es.linkedin.com. https://es.linkedin.com/pulse/la-ley-de-murphy-uxui-y-marketing-juan-francisco-diaz-martinez