En los últimos años, uno de los temas que más han dado de qué hablar es cómo la inteligencia artificial está invadiendo casi todos lo espacios de nuestra vida diaria: desde cómo estos sistemas pueden ayudar a refinar búsquedas de información para facilitar procesos, hasta la creación de contenidos de entretenimiento muy a la Black Mirror y que han llegado a paralizar la industria de Hollywood.

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Dentro de toda esta discusión acerca de qué tanto la IA puede reemplazar al ser humano, hace unas semanas estaba leyendo el libro las Bóvedas de Acero de Isaac Asimov (1954) y me topé con un pasaje en el que uno de los personajes se pone a reflexionar acerca de cómo, aunque los robots son superiores en muchas cosas que la humanidad, aún no son perfectos. 

“No podemos crear un robot con sentido de la belleza, de la ética o de la religión. No hay manera de que podamos alzar a un cerebro electrónico ni un centímetro por encima del nivel del materialismo perfecto. No podemos, maldita sea, no podemos. No mientras no entendamos lo que hace funcionar a nuestros propios cerebros. No mientras existan cosas que la ciencia no pueda medir. ¿Qué es la belleza, o lo bueno, o el arte, o el amor, o Dios? Estamos constantemente al borde de lo incognoscible, e intentando entender lo que no puede ser entendido. Eso es lo que nos hace hombres”. 

Por cosas como estas es que me encanta la ciencia ficción, una cita de hace casi 70 años hoy tiene mucha relevancia. Hay muchas características humanas que los robots y la inteligencia artificial todavía no han podido emular. Bien puede ser la belleza o el amor como mencionaba Asimov, o, como me ha tocado vivir en las últimas semanas, la paciencia y la lentitud.

Me explico. Por cuestiones laborales, en la última semana he tenido que meter más solicitudes de información que nunca, y considerando mi historial, eso ya es decir algo. En un período de una semana puedo contar unas 420 solicitudes de información, a diferentes autoridades estatales y federales. El proceso ha sido cansado, sí, ha sido tedioso y un poco frustrante, pero lo he disfrutado porque he llegado a descubrir los límites del sistema y es eso lo que vengo a compartirles este día.

En este período me han suspendido tres veces mi cuenta de la Plataforma Nacional de Transparencia, la última vez fue horas previas a comenzar a redactar estas líneas, y cuando me comuniqué con el Centro de Atención del INAI, la chava que me atendió me dijo “hay que realizar los procesos de forma lenta, sino el sistema te confunde con un robot”, siendo honesta, me sentí halagada, considerando mi ya mencionada fascinación con la ciencia ficción.

Aprovechando estas experiencias -malas o buenas, como usted las quiera ver-, les contaré muy brevemente qué fue lo que ocasionó cada uno de estos bloqueos, y les daré el tip que aprendí de esto, para que no les suceda lo mismo. 

Bloqueo 1. Tiempo entre solicitudes, no seas un robot

La primera vez que fue bloqueada mi cuenta de la PNT fue por intentar meter solicitudes de manera rápida. Esto fue hace un par de semanas. Mientras ingresaba diversas solicitudes que ya tenía redactadas, me apareció una leyenda en la pantalla que decía que debía esperar al menos un minuto entre una petición y otra. En esa ocasión esperé, pero a los pocos días en un momento de desesperación no aguanté el minuto, le di Enviar y mi cuenta fue bloqueada.

Tip: cuando tengas que registrar varias solicitudes pon un cronometro, para evitar problemas ahora espero entre un minuto y medio o dos, por cualquier cosa. Un robot no es paciente, al parecer.

Bloqueo 2. Muchas solicitudes, poco tiempo

Este segundo bloqueo es parecido al anterior, pero no. Teniendo como antecedente lo que ya me había pasado por no esperar entre solicitudes, una tarde puse mi cronometro y esperé dos minutos entre cada una, aun así, fueron más de 200 en un lapso de dos horas porque hubo unas que mandé a todos los estados al mismo tiempo. Pude meter todas las solicitudes sin tener algún problema. Fue al día siguiente cuando intenté ingresar a mi cuenta que vi que estaba bloqueada. 

Tip: si tienes que meter muchas solicitudes de información, hazlo a lo largo de un día o dos, no intentes hacerlas todas de una sentada. Un robot hace muchas cosas al mismo tiempo, aparentemente.

Bloqueo 3. Descargas continuas

Para este momento yo consideraba que ya tenía claro qué podía hacer y qué no, pensé que ya sabía como engañar al sistema para no parecer un ser artificial. Metí otras 150 solicitudes en el transcurso de 5 horas, poco a poquito. Ya que terminé, me puse a descargar los registros de solicitudes de la PNT para poder tener el listado de todas estas y compartirlas con el equipo de trabajo para tener claridad del avance que se tenía. Iba por cada entidad federativa, dando click en descargar, hasta que de pronto ¡pum! Bloqueo por exceso de actividad.

Tip: si quieres tu registro de solicitudes de varios estados, sigue el consejo del Bloqueo 2. Hazlo con calma, deja tiempo entre cada descarga. Un robot quiere todo rápido y lo antes posible.

Bloqueo 4. Cambios rápidos

Este último bloqueo, como ya comenté, me pasó hace unas horas. Normalmente, cuando tengo solicitudes en proceso (que es siempre) lo primero que hago al llegar al trabajo es checar la PNT para empezar mi cosecha de respuestas, y así empezó mi día. Puse la canción que me anima todos los viernes (Rasputin de Bonnie M), abrí la Plataforma y comencé el proceso: Federación. Nada. Cambio. Aguascalientes. Nada. Cambio. Baja California. Una. Descarga. Cambio. Baja California Sur. Nada. Cambio. Ciudad de México. ERROR, LA CUENTA HA SIDO BLOQUEADA. Fue mucha actividad en poco tiempo.

Tip: Imagina que eres el perezoso de Zootopia, ese personaje que trabaja en una oficina pública que se mueve en cámara lenta, y ve espaciando tus clicks. Un robot es rápido en sus clicks y en sus interacciones con el sistema.

Si por alguna razón caes en algunos de estos supuestos y te suspenden la cuenta de la Plataforma, bienvenidx al equipo de los presuntos robots. En segundo lugar, no desesperes, sólo debes marcar al CAS del INAI (800 835 43 24) y pedir el desbloqueo de la cuenta, lo cual puede tardar entre dos y tres horas, según mi experiencia de los últimos días. 

Sólo ojo, si el bloqueo ocurre después de las 3 de la tarde de un viernes, deberás esperar hasta el lunes. Para mi esta espera me generó casi un síndrome de abstinencia, no sé si eso también sea característico de un robot o tal vez de una persona que, como decía Asimov, vive “al borde de lo incognoscible”.