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La trampa de la masculinidad, por un hombre trans
La presión de seguir los estándares rígidos de la masculinidad, puede hacer que las personas sientan vergüenza si no logran cumplirlos y las conduce a interiorizar mensajes dañinos.
Por Lado B @ladobemx
15 de marzo, 2023
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Montserrat Díaz | Girl Up México*

El machismo está tan arraigado en México que ya es casi parte de nuestra cultura. Esto se refleja en la desigualdad de género y en los estereotipos dentro de los roles sociales. Ya hemos escuchado suficiente sobre lo que significa ser mujer en el sistema machista, pero ¿qué significa ser hombre? Lo primero que se nos viene a la mente son los  estereotipos sobre lo masculino: ser dominante, agresivo, fuerte, heterosexual, autosuficiente e hipersexual. Es “la huida de lo femenino”. El ideal del “hombre de verdad” no es alcanzable para ningún ser humano, pero es lo que la sociedad nos ha dicho que debe ser. Lo anterior hace que los hombres se esfuercen para ser algo que no son y utilicen la masculinidad tóxica como escudo, pero ¿realmente vale la pena? Es cierto que el comportamiento estereotípicamente masculino se recompensa con certidumbre y oportunidades, pero también viene con más costos que beneficios. 

La masculinidad tóxica y sus consecuencias

La presión de seguir los estándares rígidos de la masculinidad, puede hacer que las personas sientan vergüenza si no logran cumplirlos y las conduce a interiorizar mensajes dañinos. Existe una correlación significativa entre el deterioro de la salud mental y el performance de ser un macho o un “hombre de verdad”, debido a que la masculinidad como la conocemos no permite que los hombres sean vulnerables ni que tengan apertura para buscar apoyo. Los hace suprimir y ocultar sus emociones, algo que puede provocar aislamiento, una desconexión de sí mismos y de los demás y síntomas depresivos.  Asimismo, los hombres son más propensos a caer en comportamientos de riesgo como trabajar demasiado, abusar de sustancias y  ser violentos. No hace falta decir que esto es un problema social grave.

Por otro lado, ya hemos hablado suficiente sobre cómo afecta la masculinidad a los hombres; no obstante, sólo nos hemos enfocado en hombres cisgénero. Ahora bien, ¿cómo es lidiar con los estándares de la masculinidad al ser un hombre trans? Los hombres cis se sienten con la necesidad de demostrar su hombría ante los demás y de ser competitivos hasta con su propia masculinidad, pero cuando eres trans, esta sensación se intensifica. 

En mi caso, soy un hombre no binario y a menudo me perciben como mujer. Pese a ello, llego a sentirme con la necesidad de probarme como “un hombre de verdad” y de que me perciban como uno. En cambio, los hombres trans que son percibidos como hombres llegan a sentir que su identidad constituye una pérdida y ganancia de privilegios. Al ser leídos como hombres, es posible ganar privilegios, por ejemplo, ser más escuchados, no sentir el mismo miedo al caminar por la calle, no tener que escuchar “piropos” de extraños, etc.  Pero también algunos se pierden, como ya no ser inmune a la normalización de la violencia física hacia tu persona; ser percibido como un depredador en potencia;  y no tener más esa camaradería en la socialización femenina (la que se presenta hasta cuando vas al baño en el antro y te llenan de cumplidos por tu atuendo). Todo eso ya no pasa cuando eres percibido como un hombre: sólo existe la camaradería masculina en eventos como partidos de fútbol o competencias y ya no se permite la cercanía física e intimidad platónica entre hombres, como es normalizado entre las mujeres. 

Las nuevas masculinidades

Debido a que la sociedad ya empieza a reconocer la masculinidad dañina todavía vigente, se ha creado un movimiento afín que promueve las llamadas “nuevas masculinidades”, el cual invita a los hombres a reflexionar qué es lo que conlleva ser un hombre de manera sana y desmantelar las narrativas tradicionales sobre lo masculino. Dentro de este movimiento, es importante crear comunidad, ya que el concepto de masculinidad se basa en cómo te ven otros hombres. Al crear espacios seguros para aprender y discutir sobre las consecuencias de los estereotipos y la exploración de las emociones sin pena ni miedo, se puede ayudar a que los hombres crezcan y se liberen de estas ataduras. Una masculinidad sana empieza por ser compasivo contigo mismo, cuestionarte constantemente y soltar poco a poco el miedo de ser tú.

Masculinidad

Foto: Lewis Hine Tomada de Wikimedia Commons.

Tu masculinidad no tiene por qué ser una cárcel

La masculinidad no debe sentirse como una caja en la que por siempre te quedes encerrado. No existe ni existirá nunca una sola forma de “ser hombre”. Algunos logran rechazar las presiones sociales negativas de la masculinidad, pero muchos otros las aceptan y también se refugian en ellas. Las normas de lo que es ser hombre, macho, masculino, no permiten expresar la verdadera personalidad y desarrollar conexiones profundas. En lo personal, creo firmemente que la verdadera igualdad de género es que las mujeres sean capaces de hacer y ser lo que se considera masculino, y que los hombres sean capaces de hacer lo que se considera femenino. Reaprender lo que significa ser hombre es un viaje arduo, pero uno que todos debemos tomar. 


*Montserrat Díaz es activista LGBTQ+ transfeminista y forma parte de la comunidad de Girl Up México, un movimiento liderado por juventudes que quieren capacitar, inspirar y conectar con otras activistas por la igualdad de género. Conoce más sobre Girl Up México y su campaña de recaudación de fondos.

 

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