Lado B
Niñas deseadas, infancias felices, mujeres libres
Por Lado B @ladobemx
13 de octubre, 2021
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Natalia Díaz

Desarrollar al máximo el pleno potencial de las niñas y de las mujeres de todas las edades, asegurar su plena participación, en condiciones de igualdad, en la construcción de un mundo mejor para todas las personas y promover su papel en el proceso de desarrollo, es lo que se busca para  la integridad de las mujeres.

( Conferencia Mundial de las Mujeres, Beijing, 1995)

Celebrando el día internacional de la Niña, festejado el pasado 11 de Octubre, nos ponemos a reflexionar que las niñas son agentes de cambio y próximas líderes en cualquier ámbito a desarrollarse, entendemos entonces, la importancia de construir infancias sanas, felices y seguras.

Parte fundamental del desarrollo de una mujer está en su hogar y en las herramientas que le puedan otorgar su familia, la comunidad y la escuela, ya que una tarea que tenemos como sociedad es contribuir a las presentes y futuras generaciones a superar las barreras que tienen, en particular a las niñas, para obtener educación de calidad y por ende enseñarlas a confiar en sus capacidades para que esto les permita tener una vida digna.

Si desde niñas nos involucraran en temas de amor propio, autoconocimiento e igualdad de género, las mujeres creceríamos con un mayor empoderamiento. Hemos crecido con la idea de que ser niña es sinónimo de sensibilidad y vulnerabilidad, y nos han enseñado que estos atributos son negativos, sin embargo, tanto el hombre como la mujer podemos sentir esto que nos hace humanos.

En generaciones pasadas y todavía hoy, la mayoría de las mujeres no puede pensar y actuar con autonomía, pues la misma cultura nos impone creencias y formas de actuar que no nos permiten ser iguales ante los hombres, en pocas palabras, todavía ahora, la mujer pasa a segundo término comparada con el hombre, pues según la ONU: “desde los 6 años de edad las niñas consideran que los niños son más propensos a ser brillantes y más aptos a las actividades para gente «muy muy inteligente» que su propio género” (ONU mujeres, s/a). Así pues, tenemos la tarea de enseñar a nuestras niñas y a las próximas generaciones que están en este mundo para ser libres, independientes y que son capaces de decidir sobre ellas mismas y sus cuerpos, y que la gran posibilidad para lograrlo es la educación, así se generaría un rompimiento con las sociedades y pensamientos que las reprimen.

Entre las barreras que enfrentan las niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe se encuentra una alarmante condición: las altas tasas de embarazo en adolescentes. En México, de acuerdo con el Inegi, 17 de cada 100 nacimientos provienen de niñas y adolescentes de entre 15 y 19 años; además, se han identificado casos de niñas entre los 10 y los 14 años que están dando a luz, lo que indica una posible tendencia de abuso sexual.

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Estas situaciones repercuten en un mayor nivel con niñas que viven en situación de pobreza y exclusión. Su condición de género y edad marca una doble discriminación que las margina y excluye de acceder a muchas oportunidades, servicios y beneficios, en especial, al derecho a una educación de calidad (Faundez y Weinstein, 2013).

Además de afectar directamente en su autoestima y sobre todo en sus derechos humanos, el embarazo en la adolescencia es una consecuencia de violaciones de derechos de las mujeres, como lo manifiesta el  IPAS:

«derechos como el acceso a servicios de salud reproductiva, a la educación como alternativa en esa etapa de su vida, a una vida libre de coacción y/o violencia sexual que no les están siendo garantizados. trayectoria educativa, desarrollar su capital humano, así como la oportunidad de vivir experiencias propias de la adolescencia que les permitan una transición asequible a una adultez en la que se encuentren facultadas, física, social y emocionalmente, para participar en la comunidad» (IPAS, 2018, pag. 18).

Como podemos apreciar, esto se vuelve un círculo vicioso que no terminará hasta que como sociedad seamos conscientes de la maternidad deseada y de una mejor educación sexual y escolar libre de obstáculos religiosos, culturales y sociales. Como se estipula en el artículo cuarto de la Constitución Política de México: toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos. Por lo que la maternidad deseada es elegir, cuidar, educar y amar a hijos e hijas, que cuando crezcan, esto se refleje en niñas y niños felices y seguros. Así pues, cada vez que protegemos y empoderamos a una niña, hay esperanza.

***

Referencias

Faúndez, A., & Weinstein, M. (2013). Por ser niña: situación de las niñas y las adolescentes en América Latina y el Caribe.

Figueroa, F. J. (2016). UNICEF. Obtenido de Juventud y sexualidad, el tabú mientras la vida ocurre: https://www.unicef.org/guatemala/historias/juventud-y-sexualidad-el-tabú-mientras-la-vida-ocurre

 

*Foto de portada: Pixabay

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