En México existen 33 mil 343 personas dedicadas al trabajo científico, una reducción de alrededor de 5 mil individuos en comparación con el sexenio pasado. ¿Dónde estarán estos últimos? ¿Se habrán ido al extranjero? ¿Se dedican a la docencia? ¿Están sub empleados? Este año únicamente se han autorizado apoyos económicos para 108 proyectos de investigación, en contraste con los mil 754 de 2019 y los 758 de 2020. Los relativamente pocos proyectos favorecidos, en teoría, son aquellos que siguen las prioridades del gobierno, como he comentado en entregas anteriores (entre los que destaca la salud, agua, educación, soberanía alimentaria, agentes tóxicos y procesos contaminantes, energía y cambio climático, sistemas socioecológicos, vivienda, cultura y seguridad humana). Calificar como “desastrosa” la situación quizá sería exagerado, pero se le acerca bastante. La política de austeridad del gobierno por supuesto no aplica para el gigantesco sistema burocrático que sustenta al poder legislativo o judicial (después de todo, para ahorrarse nuevas contrataciones y prestaciones se sirven del programa Jóvenes construyendo el futuro, cuyos beneficiarios están en condiciones precarias).
Es interesante observar que si bien la reducción en apoyos es notable, no todos los estados se vieron afectados, ni todas las especialidades, como en el caso de becas de posgrado. Por ejemplo, disminuyeron los apoyos para ciencias duras, mientras las ciencias sociales recibieron un fuerte empujón. En Jalisco, por ejemplo, hubo 3 mil 514 estudiantes con apoyos para estudiar un posgrado en 2019. Este año solo hay 766. En la Ciudad de México el cambio es más dramático, pues en 2019 tenía alrededor de 15 mil 184 becarios de posgrado, pero ahora son únicamente 235. En contraste, también radical, en Chiapas hubo 618 becarios en 2019, pero este año se incrementó a 14 mil 739. Claro, se puede entender que ahora se privilegia a los estados más pobres, sin embargo ¿no era mejor evaluar calidad que cantidad? Los apoyos sin embargo no parecen ser suficientes para sobrevivir; 11 mil pesos en maestría, 14 mil en doctorado. Esto obliga a muchos a buscar una entrada de dinero adicional, pero todo en secreto para no ser suspendidos.
Estas son algunas noticias de ciencia y tecnología que me gustaría compartir con ustedes:
