Luis Brizuela
Cuba recibe apoyo internacional para un mejor manejo de los suelos, recurso estratégico en un país urgido de aumentar significativamente la producción de alimentos y donde 70 por ciento de las tierras con potencial agropecuario presenta algún tipo de degradación.
Entre esos respaldos destaca el proyecto Incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba (Ires), cuya implementación arrancó en marzo.
Se trata del primero en la isla apoyado por el Fondo Verde para el Clima (FVC), y el cuarto diseñado y ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en América Latina y el Caribe, entre los que ha aprobado ese mecanismo financiero internacional.
El proyecto cuenta con un respaldo de 119 millones de dólares de los cuales 38,2 millones correrán a cargo del FVC, mientras el cubano Ministerio de la Agricultura aportará el resto del presupuesto durante sus siete años de ejecución.
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La iniciativa buscará elevar la adaptabilidad agrícola en siete de los 168 municipios de la isla, algunos de ellos entre los más vulnerables en un país catalogado de alto riesgo, según el Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático elaborado por la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Prevé sustituir unas 35 000 hectáreas de tierras cubiertas del arbusto marabú (Dichrostachys cinerea) y pastizales degradados por tierras recuperadas, “con el objetivo de incrementar la producción de leche, carnes, viandas, frutas, granos, hortalizas y bosques”, explicó a IPS el coordinador nacional del proyecto, Wilfredo Arregui.
Arregui subrayó que “Ires contribuirá en la producción de alimentos mediante cultivos agrícolas intercalados, a partir de seis módulos agroforestales y agrosilvopastoriles”.
Los módulos incluyen la introducción de tecnología, maquinaria, equipamiento e insumos dirigidos a mejorar las propiedades hidrofísicas, así como la capacidad de infiltración y retención de humedad en los suelos.
Foto: Jorge Luis Baños | IPS
Asimismo, pauta la introducción de árboles y pastos más resistentes a la sequía, la rotación del pastoreo y la promoción de prácticas agroecológicas.
El proyecto propone mitigar la emisión de 2,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, estimulando técnicas de producción que modifiquen los modelos intensivos tradicionales.
Aspira a capacitar a más de 15 mil 500 personas del sector agrícola sobre planificación y gestión de paisajes, mejoras de las cadenas de valor, acceso al mercado y emprendimiento rural, además de incentivar puestos de trabajos permanentes que favorecerán, fundamentalmente, a mujeres y jóvenes.
El proyecto trabajará directamente con unos 52 000 agricultores familiares, de ellos casi 24 000 mujeres, e irradiará beneficios para 240 000 personas, traza entre sus objetivos.
“Ires está plenamente alineado con las acciones estratégicas definidas por el gobierno cubano para enfrentar los efectos adversos del cambio climático en el sector agrícola”, significó Arregui.
Cuba firmó y ratificó los tres convenios adoptados en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Convención de Lucha contra la Desertificación.
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*Foto de portada: Jorge Luis Baños | IPS Noticias
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