Lado B
Consentimiento sexual
Por María Teresa Juárez @
09 de julio, 2021
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Para que una relación sexual sea placentera, divertida y segura, debemos establecer las reglas. ¿Qué quiere decir esto? Antes de tener un encuentro sexual, debemos propiciar un diálogo libre e informado acerca de lo que queremos, lo que nos preocupa, lo que nos causa dudas o resquemores.

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Hemos hablado tanto acerca de las violencias, que perdemos de vista temas clave como lo es el consentimiento sexual. Este concepto forma parte de los derechos humanos, específicamente de los derechos sexuales y reproductivos. Hace referencia a las decisiones acerca de nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y la dimensión ética de los encuentros sexuales. 

No estamos hablando de moral o religión. Se trata de un marco ético, libre, informado y laico sobre el ejercicio de nuestra sexualidad. Y no solo se refiere al ámbito de la reproducción. En México hay una clara referencia al tema en el Artículo Cuarto Constitucional y tiene que ver con el derecho a decidir sobre el número y espaciamiento de los hijos. El consentimiento también incluye el hecho de decidir tener descendencia o no, la forma de relacionarnos sexo-afectivamente y por supuesto, lo que deseamos en un encuentro sexual. 

No importa si la relación sexual será flor de una noche, un noviazgo o un matrimonio de 20 años, o más. Para gozar, jugar y explorar el paso uno es definir las reglas. 

Algunas ideas sobre el Consentimiento Sexual:

  • Debe ser libre. No se vale chantajear, presionar o condicionar a la otra persona para tener una relación sexual. El diálogo informado previo como el uso de un método anticonceptivo, saber qué hacer en caso de que falle, la charla previa acerca de la relación sexual sobre lo que deseamos o no debe suceder en un entorno seguro y libre de coerción.   
  • Debe ser Informado. La información científica y veraz sobre métodos anticonceptivos, prácticas sexuales que pueden ser riesgosas e infecciones de transmisión sexual debe ser accesible. No puede haber consentimiento sexual, sin información verificada, laica y científica sobre la salud sexual. Esto incluye acceso a información sobre anticoncepción de emergencia, interrupción legal del embarazo, métodos de barrera como condón masculino, femenino, unisex, látex o condón específico para sexo oral, etcétera.
  • Debe ser claramente afirmativo. Si hay temor, silencios o cualquier otra actitud que indique duda, no es consentimiento sexual. 
  • Es reversible. Si en plena relación sexual una de las personas involucradas decide parar es razón suficiente para hacerlo. Esto quiere decir que, si en un principio he aceptado una práctica sexual específica y pasado el tiempo, unos minutos por ejemplo, no me siento cómoda/o puedo decir, “no quiero más, paremos por favor”. 
  • Aplica a prácticas específicas. Puedo aceptar la práctica sexual A pero no la B y es completamente válido. En una relación sexual consentida se puede transitar por diversas experiencias y todas deben ser afirmativas para continuar la exploración.
  • No puede existir consentimiento entre un/a adulto y un/a menor de edad. En varias naciones, las relaciones sexuales con menores son penadas y, aunque cada país tiene reglas distintas respecto a la mayoría de edad, es un hecho que no puede haber consentimiento sexual en una relación donde hay una persona mayor con una menor de edad, punto. 

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Es básico hablar claramente de nuestras preocupaciones, miedos, dudas y establecer qué queremos y qué no en un encuentro sexual. Esto no se limita a la edad o el tipo de relación que tenemos. Los derechos sexuales son transversales a cualquier condición social, económica, cultural, etaria, etcétera. 

Para decirlo en palabras simples, el consentimiento sexual sigue la regla básica de la información clara, el diálogo abierto, la posibilidad de crear espacios seguros, y decir “¡No!” en cualquier momento. 

El derecho a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre mi cuerpo y mi sexualidad es básico para el ejercicio libre de nuestra sexualidad y forma parte de la Educación Sexual Integral. Promueve la erradicación de prácticas asentadas en narrativas dominantes como las del cine mexicano, con un Jorge Negrete diciendo en la cantina: “¡Cuando una mujer dice que no, en realidad quiere decir que sí!” 

Jorge Negrete, anacrónico galán del “Cine de Oro”: ¡No es No! 

Queremos una sociedad que haga posible el derecho a la integridad física y emocional. Trabajamos todos los días para que se convierta en una práctica cultural generalizada. El consentimiento sexual es un primer paso. 

El placer y el erotismo son un arte que se cultiva al paso del tiempo, la práctica y la educación sexual. Pero primero lo primero: los básicos del consentimiento sexual. 

Hasta la próxima.

*Foto de portada: Cottonbro | Pexels 

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Autor Lado B
María Teresa Juárez
Guionista, reportera, radialista. Cubre temas culturales, sexualidad, salud, género y memoria histórica. En sus ratos libres explora el mundo gastronómico y literario. Cofundadora de Periodistas de a Pie.
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