En lo personal, la inclusión de la Sedena y la Marina en el Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación (Cgicdti) me provocó sentimientos encontrados. Por un lado, no puedo olvidar la estafa pseudocientífica en la que estas instituciones se vieron involucradas con los “detectores moleculares”, unas cajas vacías publicitadas como sensores absolutos de sustancias sospechosas (ya desde el nombre debería haber levantado cualquier sospecha). Pero por el otro lado, lo cierto es que en ese consejo, encabezado por el presidente, están prácticamente involucradas todas las dependencias estratégicas del gabinete, es decir, TODO MUNDO tendrá su narices metidas, así que era de esperarse y no me sorprende. Sin embargo, ¿es realmente necesario inmiscuir a la milicia en política científica?
Al revisar las facultades de dicho consejo, este resulta una entidad todopoderosa. Este organismo pretende, entre otras cosas, “definir prioridades y criterios para la asignación del gasto público federal en ciencia, tecnología e innovación” y decidir quiénes recibirán estímulos fiscales y financieros. Pero entre los 22 miembros de este consejo existe, a mi parecer, un desequilibrio notable: 12 representantes forman parte del gabinete gubernamental, y otros cinco serán invitados exclusivos del presidente. De estos cinco invitados personales, tres pertenecen al llamado sector productivo y dos son integrantes del sector científico. A la espera de saber quiénes pueden ser, uno espera que estos dos últimos estén a favor de los intereses de la ciencia, pero quisiera hacer el papel del abogado del diablo: no es un secreto que el estilo del presidente sea tirar línea y esperar obediencia.
En contraste, la representación científica tendrá cuatro miembros: el Coordinador General del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (si es que todavía existe), el Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, un representante de la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología (que agrupa a la la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología) y un representante del Sistema de Centros Públicos de Investigación. Eso sin tener en cuenta al representante de universidades e institutos de educación superior. Digamos que es una situación de 17 contra cuatro y un comodín. La inclusión de militares quizá tiene como trasfondo hacer montón e incluso jugar un papel, digamos, intimidatorio. Tendrán derecho a voto para autorizar presupuestos, ¿por qué? Al final todo indica que se hará lo que se dicte desde arriba, como siempre ha sido. Habrá que esperar a que realicen la primera de las dos reuniones ordinarias anuales para saber qué se quiere imponer, porque esto no huele a diálogo y consenso.
Estas son algunas noticias de ciencia y tecnología que quiero compartir con ustedes.
