Allison Madrid  |  @allison_madrid

Este jueves 8 de abril se llevó a cabo la tercera mesa de diálogo del Parlamento Abierto en torno a los “Derechos Reproductivos en la Familia y la Niñez”, en la que destacó la aparente indiferencia de la moderadora: la diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia (PAN) se encontraba distraída, riendo y hablando con alguien más durante las intervenciones.

Durante esta sesión del parlamento, ponentes anti-aborto como Susana Soberón Ferrer, María Eugenia Chávez Beltrán y María de los Ángeles Flores Nava hablaron sobre la “educación en valores” como estrategia para prevenir embarazos en menores de edad (y por lo tanto abortos, en general) ignorando que situaciones de abuso y violación a menores son el resultado de contextos y elementos mucho más complejos, como explicó en su ponencia Adriana Patlán de Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, quien dijo:

“Los principales agresores sexuales se encuentran dentro de la familia, siendo el primer lugar [de] quienes agreden a las niñas: los tíos en un 20.1 por ciento y los primos con un 15.7 por ciento”. Y agregó que entre más joven es la víctima de violación, más grande es la diferencia de edad con su agresor; por lo que reiteró la importancia de la educación sexual integral como parte de las estrategias de la prevención del abuso sexual desde las infancias. 

Por su parte, Fernanda Perez de REDefine Puebla, exhortó a las ponentes y legisladoras a no generalizar sobre las diversas situaciones en las que las mujeres poblanas se encuentran, y generar más empatía. 

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De igual forma, habló puntualmente sobre la importancia de la legalización del aborto, ya que “impedir a las mujeres y a las niñas el acceso al aborto no hace que dejen de necesitarlo (…) lo que hacen es obligar a las personas a someterse a abortos inseguros”. Y recalcó que “los abortos inseguros son la tercera causa más habitual de muerte materna en el mundo”.

Algunas ponentes en contra de la ILE, por momentos, inadvertidamente llegaron al punto de una educación sexual integral, como fue el caso de Susana Soberón Ferrer, quien habló en su ponencia sobre la importancia de “valorar la sexualidad, asumiendo libre y responsablemente sus acciones en la vida familiar y social”. 

Sin embargo, en otros instantes Soberón también rechazó la obligación del Estado de garantizar los derechos de las infancias de recibir la mejor educación sexual posible, alegando que esto es obligación de los padres y asegurando que “las palabras educación integral [en educación sexual] disimulan una industria de aborto, de sexualidad contra natura”. 

“Hablar desde el privilegio, es hablar desde una profunda ignorancia”

Foto: Marlene Martínez

La cuarta mesa de diálogo, llevada a cabo el viernes 9 de abril, fue moderada una vez más por la diputada Rodríguez Della Vecchia y contó con la participación de activistas y académicas como Sabrina Gaucher Troncoso, Patricia Ortega Medellín, Natalí Hernández Arias (Cafis)  y la estudiante de tesis del Centro de Investigaciones y Estudios de Género Julieta Zacatenco Herrera, entre otras.

La primera ponencia fue de la licenciada Gaucher, quien animó a las ponentes y legisladoras a que “dejen de romantizar el embarazo no deseado; no habrá felicidad con un parto, no se soluciona mágicamente la vida, seamos honestas… cuando obligan a una mujer a ser madre, no están salvando dos vidas, están condenando a una vida miserable a dos”.

Continuando, la docente Patricia Ortega Medellín habló en su intervención sobre el papel detrimental que tiene la reproducción de los estereotipos de género y afirmó: “a las mujeres les enseñamos a asumir estoicamente un abuso, a través de la imposición de conductas que las educan para responder modestamente ante la violencia”.

Violencia que, de acuerdo con Natalí Hernández Arias de Cafis, permea instituciones como la familia. En su exposición habló sobre el grave error que constituye no hablar sobre familias que comenten y encubren abusos. Y agregó:

“Dejemos de omitir la violencia que allí se reproduce. En este parlamento se ha venido a promover el discurso de la familia como máxima proveedora de valores y amor, y eso en muchos casos no es así. Hablar desde el privilegio es hablar desde una profunda ignorancia”.

Por su parte, personas de militancia anti-aborto volvieron a expresar opiniones sensacionalistas, como Claudia Denetro, siendo la segunda persona durante los ejes temáticos en comparar los campos de exterminio de los nazis con la legalización del aborto, y agregó que: “si una madre puede matar al bebé de sus entrañas, que es lo más sagrado, pues entonces ya no hay límite de matar a quien sea. Todo se vale”. 

Otra de ellas, Amparo Medina, inclusive dedicó su tiempo a hacer descripciones erróneas —al igual que innecesariamente gráficas y violentas— sobre el aborto, pero no recibió ninguna llamada de atención por la moderadora. Medina también advirtió que las mujeres que abortan son después abandonadas por los grupos que las acompañaron y que deben “vivir con el dolor de la ausencia de ese hijo toda la vida”, a lo cual la licenciada en Sociología, Sabrina Gaucher, replicó exhortando a todas las ponentes a no desinformar ni manipular al público. 

De igual forma, aseguró que “cuando se hacen los acompañamientos, es un acompañamiento pre, durante y post [aborto], no es nada más incitar [a este], como lo han querido señalar [los grupos anti-aborto]”.

Cabe mencionar que, durante la tercera mesa de diálogo, Fabiola Tepox —del Frente Nacional por la Familia— también realizó comentarios de este tipo, pues utilizó su tiempo para asegurar, sin sustento, que el aborto vuelve a las mujeres estériles. 

*Foto de portada: Marlene Martínez