Ahora que estamos juntas…

Porque de esto nadie nos habla, y lo que vemos por todos lados son estereotipos. Primero mujeres jóvenes de piel lozana, pelatzo increíble, cuerpo normado, anunciando lencería, zapatos, productos “de belleza”; luego ya mujeres amas-de-casa anunciando detergentes, sartenes, fajas, y finalmente mujeres de chongo blanco que reciben apoyos del gobierno y se enojan porque les rompen sus macetas.

Chale. En ese mundo patriarcal heteronormado no encajo. Y miren que a mis 43 me siento más productiva que nunca, más organizada y más creativa incluso. También siento que entiendo más cosas de mí, del mundo, de la gente, y de mi mami. Me siento pues, digamos, más sabia. 

No me juzguen. No pretendo aleccionar, ni presumir, ni nada de nada. Sólo quiero decirles que cada vez tengo más arrugas, me salieron unas manchas de sol en la nariz, muchas muchas canas, y que mi cuerpo ya no es el mismo. Pero dejé atrás a la mujer que siempre necesitaba llevar consigo chicles y una botella de agua porque sólo así se sentía segura -don’t ask-, que no sabía decir que no y que se juzgaba duramente. 

Ahora soy más amable conmigo, me doy chance. Ahora siento que tengo perspectiva (jajaja, aunque suene al crítico de comida de Ratatouille), que he dejado de tomarme las cosas personal, aunque al mismo tiempo nunca había abrazado tantas cosas igual, de manera personal, pero íntima, con fe, con determinación.

Ahora, después de pasar por ciclos menstruales bien locos, luego de dos abortos espontáneos, logré reconciliarme con mi útero y he vuelto a tener el mismo ciclo de cuando era chavita: 28 días puntuales, pero ahora sin dolor, ¡¡qué maravilla!!

Lo que suceda en lo que me falta del 4o piso es un misterio, o un volado. Me da temor y curiosidad la menopausia, por ejemplo; me da miedo que falle (más) mi memoria; pero también confío en que otros miedos que todavía arrastro se vayan disipando, y que en algún momento me reconciliaré con la muerte, que tanto, tanto me debe.

Por cierto, todo esto viene a cuenta de una conversación muy maravillosa que tuvo Claudia Castelán a.k.a Xhispi, con Elizabeth Ross y Rosa Borrás, verdaderas diosas, sobre envejecer. Acá les dejo el link. 

¿Y a ustedes, cómo les va con eso de envejecer? 

Ya les había contado de eso en alguna otra ocasión, y ahora lo traigo a cuenta porque en el Estado de México se presentó una iniciativa para que se entreguen, de manera gratuita, productos de higiene y gestión menstrual a las niñas y adolescentes de las escuelas públicas.

Una nota de mi querida amiga Lisha que pueden leer acá, para que nos vayamos haciendo a la idea y exigir lo mismo a nivel nacional.