Lado B
A un año de la pandemia: las nuevas oportunidades
Negocios en línea, emprendimientos, cambiar los hábitos alimenticios y una oportunidad para concluir la universidad son algunas de las cosas positivas que la pandemia ha dejado a algunas personas
Por Fernando Merino Noriega @FerMerinoN
18 de marzo, 2021
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Segunda de dos entregas

Laura, Armando y Karen tenían un vida muy diferente a la que llevan hoy en día: la primera se dedicaba en gran parte a las labores del hogar y ocasionalmente vendía ropa de segunda mano en mercados para aumentar los ingresos de su familia; el segundo pasaba largas horas en el transporte público para ir estudiar y trabajar, lo que provocó que a final de cuentas no rindiera al cien ni en su trabajo ni en la escuela, y la tercera se dedicaba al marketing y redes sociales. 

Sin embargo, al día de hoy sus historias son distintas, pues en el caso de Karen y Laura han logrado construir una estabilidad económica en un momento en el que el desempleo alcanza niveles históricos, y Armando ha logrado avanzar en su licenciatura: está a punto de concluirla, después de no poder estudiar por más de un año antes la pandemia.

El confinamiento por COVID-19 les ha brindado a estos jóvenes oportunidades para crecer; aquí te contamos sus historias. 

Las nenis al rescate de la economía familiar

Efectos positivos pandemia

Ilustración: Gogo

El teléfono suena y Laura revisa su celular para atender los mensajes de alguno de los cuatro grupos de WhatsApp que tiene 一y que suman alrededor de 600 personas一. Mediante estos, vende ropa infantil de segunda mano que adquiere en las llamadas pacas 一ropa proveniente en su mayoría de EE.UU.一,  en esta modalidad ha encontrado una forma de distribuir su mercancía después del cierre de los mercados donde vendía sus productos, antes de la pandemia por COVID-19. 

Mientras explica a LADO B los cambios que le ha traído la contingencia sanitaria a su negocio, atiende a su hijo de cuatro años, quien desea jugar; ella se muestra emocionada al compartir su historia pues ahora puede dedicar más tiempo a su hijo y cuidar su embarazo de seis meses. 

Al inicio del confinamiento, el esposo de Laura se quedó sin empleo, nos cuenta. Esto significó un golpe duro para su economía, pues lo que ganaba vendiendo en los mercados era un complemento al ingreso familiar; al no poder tener un punto de venta fijo, y ante la falta del ingreso de su esposo, decidió apostar por la venta en línea. Le ha ido tan bien que esta se ha convertido en su principal fuente de ingresos económicos. Bromeando, dice que su esposo ahora es su “chalán”. 

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“Yo noté que la venta en línea creció por la cuarentena: los papás [y mamás] no salían y [un problema era buscar] dónde comprar ropa para sus hijos [e hijas]; era más práctico para ellos [y ellas] comprar en línea. Al principio de la pandemia [no pensé] que fuera una oportunidad, [pero] los niños [y niñas] crecen, [necesitan cambiar de ropa muy seguido] y los papás buscan ropa económica y de calidad, [entonces] pensé: esa es mi ventaja”. 

El método para comprar es muy sencillo: una vez que las y los clientes encuentran alguna prenda de su interés, deben enviar una captura de pantalla de los videos que previamente Laura difunde en los grupos. De esta manera, ella procede a acordar el método de pago y el lugar de entrega, el cual puede ser por envío a domicilio, a través de plataformas de entrega como Didi o Uber o si es fuera de la ciudad por correo. 

Ahora, Laura no solo hace envíos a todo el estado de Puebla sino también a Veracruz,  San Luis Potosí y Campeche, de igual manera uno de sus proyectos en algún momento es abrir un local para cuando termine la pandemia y que de esta forma sus clientes puedan acudir a hacer sus compras para ahorrar dinero y ayudar a romper la cadena del fast fashion que provoca múltiples afectaciones al ambiente. 

Este método de venta, que pareciera funcionar como un perfecto engranaje, ha requerido que Laura pase decenas de horas pensando en una manera eficiente para hacer sus ventas. 

Durante los primeros meses de su negocio en línea, la vendedora se encontró con clientes incumplidos o impuntuales. Pero, aún con esos tropiezos, logró consolidar su negocio

“No soy experta en marketing —confiesa Laura— pero lo intenté y creo que resultó. No sé hacer publicidad fantástica o bonita, pero he hecho mi mayor esfuerzo, y [ganamos] cada vez más clientes”. Ella dedica todos los días de la semana a clasificar la ropa que va a vender, organiza la logística de envíos, a las 18:30 horas de cada tercer día actualiza su catálogo de venta y continúa con las labores de su hogar. 

Este método de venta no solo ha representado un alivio para su economía, sino también para las madres y padres que han visto reducidos sus ingresos y que buscan ropa económica 一pues sus precios oscilan entre los 35 y 50 pesos一. Sus principales compradoras son mujeres embarazadas que, por su estado, deciden no salir a centros comerciales para no exponerse a contagios. 

Pero Laura también ha visto los comentarios negativos que personas hacen sobre las mujeres que deciden emprender; las burlas dirigidas hacia las nenis, un concepto que al principio le molestaba pero que después resignificó. Ahora lo utiliza para referirse a sí misma como vendedora independiente. 

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“Yo siento que las personas que se burlan de las nenis no [conocen todo] el proceso tan grande [que hay detrás de nuestros negocios]; a veces perdemos dinero y tiempo por los clientes incumplidos (…) En este caso [las y] los nenis dedicamos muchas horas en toda la publicidad que hacemos: yo trabajo, por ejemplo, de lunes a domingo y esas personas no saben realmente lo que uno pasa en este proceso de venta en línea”, concluye.

Crear espacios para mujeres

Efectos positivos pandemia

Ilustración: Gogo

“Desde hace algún tiempo yo sabía que quería emprender algo, pero no sabía qué”, dice Karen, una de las miles de personas que se vieron afectadas laboralmente por el inicio de la pandemia en Puebla. A ella no la despidieron, pero sí le recortaron el sueldo a la mitad; además, la empresa en la que trabajaba le exigía salir a laborar sin proporcionarle seguridad social y cumpliendo con la misma carga de trabajo previa a la pandemia, razones por las que terminó renunciado.  

Teniendo en cuenta que la pandemia por COVID-19 no se iba terminar en un año y que era necesario aprender a vivir con el virus, con todas las precauciones sanitarias, abrió en julio de 2020  Boho Nails Bar, un espacio en el que colaboran otras cinco mujeres, quienes son el sustento económico de sus hogares y que han encontrado una estabilidad laboral en medio de una vorágine de incertidumbre económica.  

Karen considera que dentro de la pandemia se abrieron oportunidades para mujeres y esa es la visión de su proyecto: “Más que abrir un negocio y generar dinero, [la intención era] abrir un espacio en donde se tome en serio el trabajo de las [mujeres sobre] técnicas en uñas, que [muchas personas] critican, pero que es un trabajo que necesita tanto compromiso como mi carrera [Ciencias de la Comunicación] o como la de todos (…) Eso fue lo que me motivó”, agrega.

Para cumplir con las medidas sanitarias, la política del negocio es prohibir que las y los clientes acudan con acompañantes y, a través de citas, se garantiza que no se rebase el aforo del 20 por ciento que el gobierno del estado decretó como obligatorio; la desinfección de los instrumentos es una constante para garantizar la seguridad del cliente. 

Aunque la belleza y el cuidado personal no son actividades esenciales, Karen refiere que  “la vida de muchas personas depende de ese trabajo [del que se realiza en estéticas o salones de belleza]”, que en su mayoría dan empleo a mujeres que buscan independencia económica.

Destaca que muchas personas salen a la calle para poder llevar alimentos a su casa; en el caso de Boho, varias colaboradoras han compartido que en sus hogares eran víctimas de violencia económica, e incluso hasta física, y el tener libertad financiera les ha ayudado a dejar algunos espacios nocivos para ellas, es decir, terminar con relaciones sentimentales peligrosas y buscar otros espacios para crecer seguras junto con sus hijos e hijas. 

Además, el espacio ha servido como un lugar en el que se promueve el autocuidado desde la belleza, pues Karen comenta que sus clientes y clientas le han expresado que se sienten bien al tener las uñas arregladas. Aunque eso pueda parecer algo banal para algunas personas, al menos a ellas les hace sentir que están procurando su bienestar.   

Por lo que la consigna de Karen y las colaboradoras de Boho es “el empoderamiento femenino dentro de la pandemia”, porque para ella, y las cifras lo confirman, las mujeres fueron las más afectadas por la pandemia, e incluso desde antes de la llegada de esta, por el machismo arraigado en la sociedad. 

Una oportunidad para concluir la universidad

Efectos positivos pandemia

Ilustración: Gogo

La movilidad era un problema para Armando: trasladarse a su facultad, en la que estudiaba la Licenciatura en Mercadotecnia, implicaba invertir tres horas de su día, pues iba del norte de la ciudad a la zona de Angelópolis en transporte público. Esto reducía el tiempo que tenía para descansar y alimentarse adecuadamente; además, representaba un gasto de 400 pesos en pasajes y comida a la semana, aproximadamente.

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Pero ir a la escuela no era la única actividad que Armando realizaba al día: después de ir a estudiar tenía que trabajar ocho horas. Esta rutina le hizo reprobar diversas materias, pues muchos docentes eran muy estrictos con la hora de entrada y poco flexibles con la entrega de tareas, así que si llegaba tarde a clase era muy probable que no le permitieran ingresar o entregar sus proyectos

En varias ocasiones caía rendido por el cansancio de una rutina tan ajetreada y, a veces, ni siquiera podía abrir sus cuadernos o la computadora para hacer sus tareas. 

La situación escaló a tal grado que tuvo que repetir en tres ocasiones la asignatura “Seminario de investigación” 一necesaria para elaborar su proyecto de investigación y poder titularse一. Durante la cuarta vez que cursaba la materia fue advertido por la Secretaría Académica de su Facultad: esa sería su última oportunidad para cursar esa asignatura y si reprobaba sería dado de baja de la licenciatura.  

Esto cambió a raíz de la pandemia, porque al tener que tomar sus clases de forma virtual esas tres horas utilizaba para transportarse, ahora las invierte en aprobar las últimas materias de su licenciatura para graduarse en los próximos meses; esto también se tradujo a una mayor calidad de vida, pues ahora puede descansar mejor y alimentarse de manera adecuada.

Armando destaca que tal vez le hubiera costado más trabajo concluir la licenciatura sino hubiera llegado la pandemia, y que si las cosas hubieran sido diferentes, probablemente, no la podría concluir. Al decir esto, el estudiante deja en claro que al menos él vio este beneficio de la pandemia, pero también confiesa haber vivido en carne propia los estragos provocados por el virus: su mamá y su papá se contagiaron por COVID-19, uno de ellos fue hospitalizado, aunque se recuperó favorablemente. 

Asimismo, Armando considera que la pandemia ha dado lugar a que las y los docentes cambien sus técnicas de aprendizaje, porque estar frente a una computadora tanto tiempo es muy pesado. Sus profesores, por ejemplo, han optado por hacer más concretas y dinámicas sus clases, ya que de forma presencial se invertía hasta media hora de una clase para pasar lista, resolver comentarios, o en ocasiones incluso las y los docentes simplemente no llegaban.

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Además, la pandemia ha hecho que sus profesores sean un poco más flexibles en cuanto a las entregas de proyectos; a él le han expresado que comprendan que la situación es grave, por eso son ahora más comprensivos, incluso cuando su madre y su padre se contagiaron de COVID-19, sus docentes le permitieron entregar sus asignaciones más tarde.

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En esta entrega se incluyen los testimonios de personas que han visto, y aprovechado, las oportunidades que se han presentado con la pandemia, pero no en todos los casos las cosas han sido positivas, por eso en la entrega anterior te presentamos los estragos que ha conllevado un año de pandemia en la vida de algunas personas. Para conocer esta historias, da clic aquí.

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*Foto de portada: Gogo

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Autor Lado B
Fernando Merino Noriega