Lado B
Fuego en el Capitolio
Un movimiento montado en la mentira es tan peligroso e incendiario que corre el riesgo que prender la casa propia. Y eso parece que pasó el 6 de enero
Por Marco Castillo @
11 de enero, 2021
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El caos que se generó en Washington DC el pasado 6 de enero cuando una horda de hombres y mujeres, mayoritariamente blancos y sin mascarilla tomaron el Congreso de EE.UU., fue la culminación de cuatro años de mentiras y manipulaciones sembradas desde la Casa Blanca con la ambición de formar un movimiento neo-nacionalista que derrotara a los poderes establecidos y tradicionales del neoliberalismo y la globalización estadounidense. Al final, parece que a Trump le salió al revés.

Para empujar el reality show de gorras rojas, Donald Trump utilizó la mentira y manipulación como gasolina y las redes sociales como vehículos. Ambas cosas (mentiras y redes sociales) probaron su eficacia para hacer dudar lo que parecía incuestionable y hacer temblar a lo que parecía firme. 

Pero como nos dijo el Piporro, la mentira y el chisme no sorprenden. Lo que sorprende es que la gente lo crea. Millones de estadounidenses, ansiosos por castigar las demandas de igualdad de personas migrantes, afroamericanos, mujeres y de la comunidad LGBTTTI, y con el sueño de que Donald pusiera a la cultura del privilegio blanco al centro de la vida cultural e institucional, hicieron verdades las mentiras y agarraron las antorchas, tal como si fuera un Canoa del Norte. 

Así, los racistas estadounidenses se unieron en una cruzada de odio que se montó en la historia estadounidense de exterminio y genocidio de minorías en Estados Unidos y llegó al poder buscando quedarse para siempre.

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Por cuatro años, las personas migrantes, mayoritariamente mexicanas y latinoamericanas, sufrieron el embate de un odio desbocado y legalizado sin precedente; las personas afroamericanas fueron perseguidas y asesinadas por el racismo institucionalizado de la policía, y millones de mujeres fueron vulneradas por el cinismo y la violencia machista del hombre en el poder. 

Pero un movimiento montado en la mentira es tan peligroso e incendiario que corre el riesgo que prender la casa propia. Y eso parece que pasó el 6 de enero. 

Los muros anti-inmigrantes, la violencia policiaca, el machismo cristiano y el bullying a la comunidad internacional dejó auto-encerrados y solos a los blancos de gorras rojas. Las últimas elecciones les dio una estocada letal y heridos de muerte llegaron al Capitolio, donde Donald incitó a la guerra y los gorras rojas obedientes tomaron el congreso, con la ayuda de la policía del recinto legislativo.

Ya adentro del Congreso, los blancos de gorra roja tomaron las fotos de la victoria y salieron como Pedro por su casa. Pero sus aliados congresistas nunca aparecieron. Donald Trump nunca llegó como prometió. El Vicepresidente los negó y los acusó de vándalos. La policía los ayudó a salir sin recibir castigo, pero muchos de ellos ya estaban en video y se convirtieron en el rostro desnudo de la vergüenza y el racismo estadounidense y ahora los tuvieron que encerrar. 

Y mientras los gringos blancos eran traicionados por su líder, millones de inmigrantes trabajaron, como todos los días, 12 horas o más, para mantener a America Great.

Cuatro años de mentiras sirvieron para probar dos verdades: la cultura blanca se cae al vacío y sólo los migrantes mantienen a los Estados Unidos de América.

PD: El Gobierno de México tiene que salirse de este enredo cancelando el acuerdo “Quédate en México” y promoviendo un acuerdo de movilidad humana regional al mismo nivel que el USMCA. Si no, se corre el riesgo de tomar la estafeta del líder más falso de la historia moderna y pretender seguir un camino de consecuencias hoy ya conocidas.

PD: Facebook y Twitter deben ser regulados para asegurar que nunca más se usen esas plataformas para mentir y manipular masivamente. Súmate a www.nuestrared.mx para lograrlo 

PD2: Un grupo de organizaciones estamos promoviendo que el nuevo Gobierno de Estados Unidos  termine el acuerdo firmado por Trump con México llamado MPP o “Quédate en México” que obliga a solicitantes de asilo en los EE.UU. a esperar en México la resolución judicial de su caso, lo cual es violatorio de convenios internacionales de Derechos Humanos firmados por México. Firma la petición aquí.

 

*Foto de portada: Gerd Altmann | Pixabay

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Autor Lado B
Marco Castillo
Marco Castillo es antropólogo y activista poblano. Actualmente es el Co-Director de Global Exchange y fundador de la Red de Pueblos Trasnacionales. Vive, trabaja y sueña entre Puebla y Nueva York.
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