Tal vez invocando el poderoso efecto del famoso Martin Luther King, Enrique Cárdenas incorporó a su discurso, en la recta final de su campaña, aquellas palabras del líder afroamericano con las que pasó a la historia: I have a dream.
Acompañado de personajes nacionales de los partidos que sostienen su candidatura, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Cárdenas realizó este domingo uno de los cierres regionales de su campaña en San Pedro Cholula, lugar en donde vive desde hace 30 años.
Por la mañana hubo otro cierre en Tehuacán y en los próximos días, éstos continuarán en los distritos de Puebla hasta que se agote el tiempo de campaña, los 60 días que la ley electoral les otorga, y que vencen el próximo miércoles.
Al evento, que tuvo lugar en la Plaza de la Concordia, en el mero corazón de Cholula, acudieron entre 2 mil y 3 mil personas, muchas de ellas vestidas con playeras y gorras amarillas del PRD, la estructura de la exdiputada federal Roxana Luna; pero también había militantes y simpatizantes de los otros dos partidos, y ciudadanos sin una militancia visible pues Cárdenas ha sumado además los partidos a ciudadanos despartidizados.
Y fue precisamente ella, la exdiputada que hace unos años enfrentó al morenovallismo para después aliarse con él, una de las primeras en tomar el micrófono para pedir el voto a favor del ex rector de la Universidad de las Américas.
Le siguió Fernando Belaunzarán, integrante de la dirección nacional colegiada del PRD, quien condenó la guerra sucia lanzada contra Cárdenas: una supuesta denuncia por una violación sexual que habría ocurrido en 1999, y amenazas -incluso contra su patrimonio- que ha recibido en su celular y que él mismo ha dado a conocer.
Curioso asunto, los recientes ataques que ha recibido Cárdenas se asemejan a los ataques que Moreno Valle recibió en 2010, cuando competía contra el priísta Mario Marín y su delfín Javier López Zavala.
Los ataques han coincidido con su crecimiento en las preferencias, aunque de acuerdo con las encuestas como la de Masive Caller aún no ha podido acortar los -al menos- diez puntos que lo separan del candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa Huerta.
En el templete estaban también los panistas Ana Teresa Aranda, Enrique Guevara, Juan Carlos Mondragón y Manuel Gómez Morín, quien aseguró que Enrique Cárdenas representa los ideales políticos en los que creía su abuelo, el fundador del PAN; y Fernando Morales, el hijo del exgobernador priísta Melquiades Morales Flores, hoy metido de dirigente del partido naranja en Puebla.
Y aunque el apoyo fuerte parece estar en el albiazul, pues se ha visto en varios eventos a donde lo han acompañado figuras nacionales como el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, o el secretario General Héctor Larios, también recibe apoyo de la dirigente estatal Genoveva Huerta, o el otro líder moral Francisco Fraile.
Pero también desde el militancia albiazul se han oído críticas al poco apoyo que Cárdenas ha tenido por parte del partido, hace unos días el expresidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera dijo en una entrevista al portal e-consulta que su partido “le quedó a deber a Enrique Cárdenas Sánchez al no propiciar las condiciones para que pueda obtener el triunfo el próximo 2 de junio”.
Cuando finalmente el candidato tomó la palabra comenzó a describir su sueño, el sueño de ganar la gubernatura y ejecutar sus propuestas de infraestructura y obra pública, seguridad, igualdad de oportunidades, respeto por el medio ambiente, agua para todos, crecimiento económico y empleo, y fin a la corrupción.
Cárdenas, aún lejos del perfil político, lleva en la mano su guión y trata de centrar su discurso en cosas concretas, en explicar su proyecto de gobierno, en trazar las líneas sobre las que, en caso de ganar, lo construiría, como la transparencia y la honestidad, pero la gente se emociona y grita cuando promete ayudar a las mujeres, cuando asegura que todas las viviendas tendrán agua.
Tampoco la tiene fácil, se ha cuidado de criticar a los recientes gobiernos panistas, aun cuando sí lo hizo antes de recibir el apoyo de ese partido para su candidatura, o cuando intentó llegar a la boleta electoral por la vía de la candidatura independiente.
Poco antes de terminar su discurso es interrumpido por los gritos espontáneos de “¡Cárdenas gobernador!”, mientras las banderas amarillas, blanquiazules y naranjas se agitan y una matraca suena.
“Me gusta verlos a los ojos porque así se expresa el compromiso de a deveras”, dice casi para terminar y arenga a la gente a salir a votar por él.
“Los veo a los ojos, los veo a todos a los ojos”, vuelve a decir y a cambio recibe un “¡Sí se puede, sí se puede!”.
EL PEPO