Lado B
Si me matan
Los feminicidios no se perpetran solos, por generación espontánea; todos y todas somos responsables de este clima de odio contra las mujeres
Por Lado B @ladobemx
25 de mayo, 2017
Comparte

Tomada de noticiasmvs.com/

“La discriminación empieza por la boca”

Agnes Torres

Tras el feminicidio de Lesvy Berlín dentro de las instalaciones de la UNAM, siguió una violencia más: la PGJ de la CDMX utilizó sus redes sociales para publicar datos innecesarios de ella: que debía materias, que tomaba o se drogaba y que vivía con su pareja. Todo un ejemplo de cómo las mismas instituciones de justicia revictimizan a las mujeres que sufren un delito, incluso uno tan grave como morir asesinada con un cable telefónico. Como respuesta, muchas personas (principalmente mujeres y principalmente feministas) comenzaron una campaña en redes sociales con el hashtag #SiMeMatan. Aquí hay una breve semblanza sobre el tema.

Esta situación me ha tocado profundamente. Parece que es un milagro sobrevivir en un país que está atravesado por dos guerras: contra el narco y contra nosotras. Leer cómo las mujeres, muchas cercanas a mí, concebimos la posibilidad de morir asesinadas por serlo y además ser revictimizadas por el gobierno y la opinión pública es terriblemente doloroso.

Pienso: “¿y si me matan? ¿Qué dirán de mí?” Dirán que viajaba sola, que usaba ropa pegada y corta, que bebía y fumaba. Dirán que me gustaba el sexo casual, que no tenía relaciones monógamas, que hablaba con muchas groserías, que tenía perforaciones y que mi papá y mi mamá me solapaban mi trabajo en feminismos y sexualidad; que no me supieron educar ni controlar. Si me matan, nos revictimizarán a mí y a mi familia, diciendo que por eso me mataron.

¿Y si me acosan y denuncio? ¿Qué dirán de mí? Dirán que soy clasista porque yo tenía más dinero que el acosador, como en el caso de Tamara de Anda, que si hubiera sido rubio y adinerado me subo a su coche de inmediato, que estoy horrible y me debería de sentir halagada de que alguien se fijó en mí, que quiero llamar la atención para subir mi popularidad en mi columna y que por eso nos matan.

¿Y si la Procuraduría General de la República me sembrara un delito grave y se disculpara conmigo 11 años después? ¿Qué dirán de mí? Dirán que mi discurso estuvo lleno de ira y resentimiento como en el caso de Jacinta Francisco Marcial, dirán que pude haber logrado más con un discurso de paz e inclusión, que no debí usar malas palabras, que es vergonzoso decir lo que siento al haber visto a mi madre encarcelada injustamente. Por eso nos matan, por insumisas.

¿Y si, siendo adolescente, abusan de mí mis compañeros de preparatoria en una fiesta? ¿Qué dirán de mí? Dirán que no debí haber bebido y salido con hombres, que como son blancos y adinerados seguramente lo hice a propósito por interesada, que por qué mi madre me deja salir. Como en el caso de Daphne el juez encargado de mi caso argumentará que ellos no tenían intención de disfrutarlo, por lo que no se les puede condenar. Actuará contra el protocolo obligatorio y tratados internacionales competentes para estas situaciones, con tal de no hacerme justicia. Por eso nos matan, por querer divertirnos.

Tomada de starmedia.com/

¿Y si no soy yo, sino mi esposo o padre quien se involucra en un escándalo político y es un juez corrupto? Serán mis fotografías las que circulen en redes sociales, dirán que deben violarme para darle un escarmiento al juez, porque eso fue lo que pidieron para la esposa y las hijas del mismo juez Anuar González (“Juez Porky”), seré yo el botín de venganza y linchamiento con el que busquen castigar a mi esposo/padre. Por eso nos matan, por amar a un hombre corrupto.

¿Y si fuera competidora olímpica? ¿Qué dirán de mí? Al igual que con Alexa Moreno dirán que perdí por gorda y fea, que soy mediocre por no haber ganado, que es vergonzoso mi físico. Se me usará a mí como estandarte de la corrupción del presidente de CONADE y dirán que merezco las burlas sobre mi cuerpo y mi desempeño. Por eso nos matan, por intentar sobresalir. Por eso nos matan, por no servir de adorno. Y si denuncio la misoginia idiosincrática en una columna feminista ¿Qué dirán de mí?

Tenemos una vergonzosa lista de revictimizaciones hacia las mujeres. Esa sí es una vergüenza, como también lo es el tener 7 feminicidios diarios en México, como lo es la impunidad en los delitos contra mujeres, como lo la indiferencia y la insensibilidad.

Los feminicidios no se perpetran solos, por generación espontánea; todos y todas somos responsables de este clima de odio contra las mujeres, probado en estos escasos ejemplos. No sólo cuando se mata a una mujer se le violenta, no sólo cuando se mata a una mujer se le odia. Odiamos a las mujeres todos los días, cuando repetimos estos crueles e ignorantes comentarios, cuando hacemos parecer que nada de lo que hacen las mujeres está bien y que merecen las vejaciones en su contra. Tú que me estás leyendo, te pido encarecidamente que te comprometas a hacer algo para detener la violencia contra las mujeres. Y, como he tratado de demostrar, podemos hacer grandes cambios con solo cambiar nuestra manera de expresarnos sobre ellas.

Si quieren leer mis quejas feministas anteriores aquí pueden encontrarlas: Soy psicoterapeuta y sexóloga de Puebla, y presido el Colectivo Equilátera A.C. de educación sexual y educación para la paz. (Por si te interesan mis servicios o quieres amenazarme de muerte por feminista, este es mi Facebook).

Gracias, nos leemos pronto.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion