Lado B
5 claves para entender a Stranger Things: Bienvenidos a la nostalgia
Las producciones directas a tv muestran cada día y por asombro, una mejor calidad tanto artística como argumental. Fácilmente superan a la mayoría de metrajes que hoy en día se proyectan en cartelera e incluso a las que son nominadas por la Academia.
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
21 de julio, 2016
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Stranger Things

Stranger Things

Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap]L[/dropcap]a leyenda que hacía temblar a los cinéfilos cada vez se vuelve más real. El Youtuber, escritor y crítico de cine español, James Wallestein, dijo alguna vez:

[pull_quote_center]“El futuro de las buenas historias yace en manos de las series de televisión, y cada vez menos en la pantalla grande.”[/pull_quote_center]

Las producciones directas a tv muestran cada día y por asombro, una mejor calidad tanto artística como argumental. Fácilmente superan a la mayoría de metrajes que hoy en día se proyectan en cartelera e incluso a las que son nominadas por la Academia. Ese poder que distinguió el séptimo arte en sus mejores décadas ahora lo tienen ellas y eso, aunque cueste aceptarlo, se nota.

Sin embargo, tampoco es que no se haya visto venir. No sorprende que las series sean la respuesta que la industria fílmica no comprendió, o no quiso ver. Ya en los 50s, el maestro del suspenso le apostó a las series con su memorable Alfred Hitchcock Presents y casi a la par de ésta, Rod Serling arrazó con su The Twilinght Zone, demostrando las grandes ventajas de la pantalla chica sobre la grande.

Hoy en día nuestras series de horror son más abundantes y exitosas que cualquier propuesta en cartelera. Sin embargo, todas ellas comparten una misma particularidad que el cine también usa: la nostalgia. Porque Jurassic World, Star Wars VII, Independence Day o el pronto a estrenarse Ghostbuster, son tan directamente proporcional en ese sentido a American Horror Story: Hotel que recuerda al The Shining de Kubrick; a Scream Queens que parodia el lado femenino de los Slasher ochenteros como Halloween; a Ash Vs Evil Dead como secuela legítima de la trilogía original de Raimi, o el ya eterno The Walking Dead que nos remonta hasta George A. Romero. Pura nostalgia.

Y ahora la jugada se repite con la nueva serie original de Netflix, escrita y dirigida por los hermanos Duffer. Una producción que huele a los ochentas, que huele a la ciencia ficción y al misterio de antaño. He aquí cinco claves para comprender con mayor claridad el aclamado Stranger Things.

5.- Cine Teen de Horror, Sci-fi o Aventuras

Si hay algo cargado de nostalgia son las películas de adolescentes, o grupo de amigos, envueltos en eventos extraños y sobrenaturales. El poder de la amistad muchas veces ha logrado resolver los misterios, o ha dado la solución adecuada para acabar con los males que aquejan al joven equipo, dotando a la trama de emotividad y hasta de un pequeño toque humorístico que muchas veces es pieza clave. ¿Acaso no fue así como Richard Donner se ganó al público con la ya legendaria The Goonies de 1985? La misma ruta que siguió la clásicas The Lost Boys del 87, e incluso It de los 90s.

The Goonies

Escena de la película «The Goonies»

Sin embargo la serie de Stranger Things no es la única que ha intentado traernos de vuelta el Cine Teen enfocado al horror o el misterio. Ahí está la británica Attack The Block de Joe Cornish en el 2011, o bien, la reciente It Follows de David Robert Michell en el 2014.

4.- La literatura de Stephen King: Miedos en la niñez

El maestro del terror es uno de los principales responsables de configurar el Cine Teen de horror y ciencia ficción, ya que muchas de sus novelas son protagonizadas por niños o adolescentes que en equipo son capaces de resolver misterios sin ayuda de los adultos. Y es que para King, los monstruos o los fantasmas no son más que alegorías de los miedos surgidos en la niñez y que al crecer superamos poco a poco. El ejemplo más evidente está plasmado en su novela It, donde un grupo de niños autodenominados como «Los Perdedores» se enfrentaron con el temible Pennywise, una criatura capaz de tomar la forma de todo aquello a lo que más temían.

Otro de estos ejemplos se encuentra en la novela The Dreamcatcher, donde un grupo de amigos se reúnen para recordar su niñez y algunos de los sucesos -de carácter extraterrestre- que acontecieron en aquel entonces. Sin embargo, el homenaje más notorio que los hermanos Duffer le han hecho a este particular estilo es a Stand By Me, donde el viaje que emprende un grupo de chicos para encontrar un cadáver representa el máximo símbolo de madurez y superación de los temores infantiles.

3.- Un halo sorprendente a Spielberg

Steven Spielberg es uno de los referentes básicos de la ciencia ficción y fantasía, pues nos entregó enormes clásicos llenos de emociones que dejó grandes recuerdos y mucha nostalgia. No por nada Stranger Things es el homenaje viviente hacia este cineasta. Como si los hermanos Duffer hubiesen reunido varias de sus películas para después unirlas como un nuevo rompecabezas. Por ello tenemos constantemente la emotividad de un grupo de niños, comunes y corrientes cuyo acontecimiento fantástico los hace importantes. Un trabajo que abreva del E.T. de 1982, pero también retorma el misterio y las preguntas existenciales que alguna vez formuló Close Encounters of the Third Kind.

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Escena de la película «Encuentros cercanos del tercer tipo»

De hecho, en el 2011 J.J. Abrams nos entregó con Super 8 una pieza que nos permitía la misma función: una exhaustiva mirada retro, repleta de guiños y alusiones fascinantes al cine de Spielberg. De hecho, una línea tan fina como delgada separa a esta nueva serie de esa película. Pareciera incluso ser su hermana mayor, ya que comparten el mismo padre.

2.- El suspenso a lo The Twilinght Zone o The X-Files

Si hay algo que Stranger Things posee en sus entrañas es el misterio. Tan sólo el episodio piloto generó bastante dudas y confusiones -así como debe ser- en cuanto argumento. Un guiño sorprendente a la manufactura que series como The Twilinght Zone empleó en su momento. Un montón de personajes atrapados en un escenario pequeño: el pueblo, donde un misterio nace para cambiar sus vidas de sobremanera. A la par un suspenso que recordaba a la clásica serie de televisión, un poco de The X-Files y el rollo de conspiraciones gubernamentales que ocultaban secretos a la nación acerca de seres extraterrestres o sucesos sobrenaturales.

De hecho, en la serie hay mucha referencia acerca de los extraños experimentos MK-ULTRA de los que tanto se habló en los últimos años de la Guerra Fría. Stranger Things posee, por si fuera poco, un sabor demasiado parecido al The Day Earth Stood Still de 1951.

1.- Criaturas y monstruos de los 80s: Carpenter y más

Podemos cerrar este círculo de homenajes añadiendo la pieza clave que hacía falta: los monstruos. La década de los 80s estuvo, sin duda, repleta de ellos. Las pequeñas y mitológicas criaturas de Joe Dante, por ejemplo, los Gremlins de 1984, que invadían el ficticio pueblo de Kingston Falls mientras atormentaban a sus habitantes. O bien, también tenemos el trabajo de Stephen Herek, que surgió como inspiración de ésta última, trayéndonos a los ya emblemáticos Critters en el 86; esos pequeños seres alienígenas que luego de escapar de su prisión intergaláctica llegan para aterrorizar a una familia en un “tranquilo” pueblo de Kansas.

Quizás no debemos dejar pasar a Night Of The Creeps de Fred Dekker de 1986, donde una nave extraterrestre abandona en la Tierra unos peligrosos parásitos que al introducirse en la cabeza de sus huéspedes eran controlados a tal punto de transformarlos en zombies. Un clásico de la serie B underground que, por si fuera poco, también mezcló Cine Teen y los clásicos problemas que se sufren de adolescente. De hecho y como dato curioso, la película también fue inspiración para el clásico Slither de James Gunn -el creador de Guardians of Galaxy– en el 2006. Y que de igual forma que con Stranger Things, se trata de un homenaje a los filmes de horror Sci-fi ochenteros.

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No olvidemos Bad Taste, la opera prima de Peter Jackson en el 87, acerca de unos alienígenas bastante grotescos que invadían Nueva Zelanda con el único fin de usarnos como carne para una franquicia de hamburguesas intergaláctica. O bien, el horror Sci-fi que el emblemático John Carpenter estructuró en 1982 -el mismo año en que se estrenó E.T. de Spielberg- con The Thing. De hecho, es ésta la principal referencia de la serie, ya que en el episodio piloto vemos un poster de la mítica película. Y es que resulta curioso que Carpenter sea el principal referente ya que todo en la serie recuerda a él: la música, el manejo de cámara, los monstruos y las conspiraciones gubernamentales parecida incluso a su They Live del 88.

La nueva serie de los Hermanos Duffer, como dije anteriormente, huele a nostalgia. Un esfuerzo de hacernos recordar, quizás no como una secuela, precuela o remake, como ahora hace el cine, pero sí con una historia manufacturada con un sinfín de homenajes. Como ya lo hicieron algunas películas actuales It Follows en el 2014, Attack the Block y el Super 8 en 2011, Slither de James Gunn en el 2006, la poco conocida The Box de Richard Kelly del 2009 o Los Parecidos de Isaac Ezban del 2015.

Por supuesto, existe una línea muy delgada entre el homenaje y copia barata, que a veces resulta complicado distinguir, como la saga de The Hunger Games de Suzanne Collins y su extraño parecido a Battle Royale de Kinji Fukasaku, o The Others de Amenábar en comparación con el The Changeling de Peter Medak o Mátrix de los Wachowski y Dark City de Proyas. Pero a veces, sólo a veces, existen esas que, pese a estar llenas de homenajes y guiños, sobresalen como una historia independiente, y Stranger Things -aunque sin dejar de parecernos un tanto innecesaria- podríamos colocarla aquí. Una serie que llegó para quedarse… bienvenidos a la nostalgia.

https://youtu.be/XWxyRG_tckY

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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