Lado B
Sobre los cuestionamientos al nuevo alcalde tengo mis reservas
En un acto poco ortodoxo el señor Luis Banck Serrato fue designado presidente municipal de Puebla para un periodo de casi tres años. Ha jugado a su favor la armonización de la ley local con la federal, pero también el empeño del gobernador Rafael Moreno Valle, pues sin él no habría ocurrido lo que finalmente ocurrió.
Por Ociel Mora @ocielmora
25 de febrero, 2016
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Ociel Mora

@ocielmora

[dropcap]E[/dropcap]n un acto poco ortodoxo el señor Luis Banck Serrato fue designado presidente municipal de Puebla para un periodo de casi tres años. Ha jugado a su favor la armonización de la ley local con la federal, pero también el empeño del gobernador Rafael Moreno Valle, pues sin él no habría ocurrido lo que finalmente ocurrió.

No es esta la primera ocasión en que el ahora alcalde sirve en la ciudad. Lo hizo en el último tramo de Enrique Doger en un tema altamente sensible para la capital y para él mismo: el área social. Fue el primer secretario de Desarrollo Social del ayuntamiento de Puebla, desde donde puso en marcha un programa de atención a la población indígena circunscrita a la jurisdicción capitalina.

Para entonces el pensamiento predominante imaginaba a los descendientes de los primeros mexicanos en las partes más inhóspitas de las sierras, pero nunca en la gran ciudad capital, una región pensada desde su fundación para españoles y su descendencia, y ya como república, para la aristocracia acomodada. Una idea que predomina imperturbable hasta nuestros días.

El merito de Luis Banck, me parece, fue haber reconocido que los grandes problemas de miseria secular ocultos allá lejos, en las sierras, tocaban peligrosamente a la puerta de la capital, y demandaban acciones específicas. Se supo entonces que el municipio del estado de Puebla que concentraba el mayor numero de población indígena no era de la Sierra Negra, ni de la Mixteca ni de la Norte, sino el capitalino. Fue como se redescubrió desde las gestiones de gobierno a San Miguel Espejo y San Miguel Canoa.

Sin ánimos de exageración, pero me parece que fue entonces cuando los indios de la ciudad de Puebla fueron tratados por primera vez como sujetos de derecho y con respeto cumplido a su cultura milenaria. Incluso se implementaron acciones encaminadas a revalorizarla.

No hablo –ojo– de acciones políticas sino de desarrollo comunitario y cultura tradicional. Ahora sabemos que a San Miguel Canoa se le regatea su derecho consuetudinario, reconocido en leyes nacionales y acuerdos internacionales firmados por México, al autogobierno. Pero ese no es el tema de ahora.

Al final, aquel proyecto de desarrollo indígena naufragó con el cambio de gobierno y no se supo más de lo hecho en las juntas auxiliares con población étnica de filiación mesoamericana. En algún sitio deben hallarse los estudios acerca de las poligonales de pobreza. Hasta donde sé, fue un tal Mario Rincón quien se encargó de sepultar aquella experiencia precursora de desarrollo comunitario urbano.

[quote_box_right] El nombre de Luis Banck es cuestionado en los bebederos políticos y entre los expertos por la manera en cómo arribó a la alcaldía. El principio republicano-liberal de hacer gobierno pasa de manera ineludible por las urnas. En donde se manifiesta y rige la soberanía popular. Ya se sabe de las razones y sin razones que median entre la legalidad y la legitimidad.[/quote_box_right]

En aquella ocasión el señor Luis Banck estuvo a punto de ser nombrado candidato a diputado por una de las demarcaciones de la ciudad. No prosperó el proyecto electoral, supongo que por razones de partido. No se sabe hasta ahora cuál es la militancia del nuevo alcalde, pero tengo la sospecha que se trata de un híbrido ideológico, como suele reinar en los tiempos actuales.

El nuevo alcalde se formó en los valores humanistas de los jesuitas de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México. Como funcionario responsable de la política social en la Secretaría de Finanzas, durante la gestión de Melquiades Morales Flores, se vinculó con los altos ejecutivos del Banco Mundial, de donde surgieron proyectos importantes para Puebla, los que al poco fueron retomados por el gobierno federal e implementados nacionalmente.

Por su alcance, las políticas del Banco Mundial son motivo de un gran debate en el mundo en el que el organismo internacional va perdiendo la batalla. No vamos a entrar aquí a reseñar esa discordia, pero sí señalar que sus recomendaciones y postulados de acción social, por audaces que parezcan, no están dando los resultados prometidos. En México y el mundo, las políticas sociales están supeditadas a la política, y no la política a las acciones de combate a la pobreza. Es el gran problema.

El nombre de Luis Banck es cuestionado en los bebederos políticos y entre los expertos por la manera en cómo arribó a la alcaldía. El principio republicano-liberal de hacer gobierno pasa de manera ineludible por las urnas. En donde se manifiesta y rige la soberanía popular. Ya se sabe de las razones y sin razones que median entre la legalidad y la legitimidad.

La conclusión común es que su nombramiento es legal pero no legítimo. Tengo mis reservas al respecto. El gobernador, previsor como es, y a sabiendas de que en la capital gobernaba uno que no es de su grupo compacto, mandó reformar la ley municipal. Y puso en las manos del Congreso decisiones que son, fueron, facultad del cabildo. Pero cabildos son 217; Congreso, hay uno.

El problema del mal no está en quien llega, sea quién sea, ni en el Ejecutivo, sino en la falta de representación política en el Congreso del Estado. La población vive –vivimos– en el desamparo total.

Por lo demás, y la comparación es obligada, el nuevo alcalde tiene mucha más experiencia de gobierno, conoce más sobre la ciudad, y cuenta con mayor conocimiento técnico sobre administración pública, que el señor Antonio Gali, hace dos años cuando llegó a ese mismo puesto.

ocielmora@gmail.com

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Autor Lado B
Ociel Mora
Tiene estudios en antropología social. Es autor de varios ensayos de interés académico, y de un par de libritos sobre el impacto de las políticas liberales en los pueblos indios en el XIX. Ha trabajado en el INAH y Culturas Populares en diferentes momentos y estados de la República. En el sector social, es parte de Perspectivas Interdisciplinarias A.C. En el privado, se desempeña como consultor para el desarrollo y combate a la pobreza en áreas indígenas. Ha publicado cerca de cinco mil artículos de opinión dispersos en diarios nacionales y revistas como El Universal, Excelsior, y Plural. En Puebla se arrogó el inmerecido título de columnista por varios años en Intolerancia y El Sol de Puebla. En un acto fugaz animo la publicación Barbarie. La ciudad letrada.
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