[dropcap type=»1″]A[/dropcap]llá por inicios de los años 20, cuando grandes conflictos sociopolíticos comenzaron a estallar en Europa –sea por su halo decadente, desesperanzador y apocalíptico–, los artistas plasmaron una horrorosa epifanía de muerte y destrucción en cada una de sus piezas. Piezas que no eran más que espejos moribundos, grotescos y espeluznantes de la realidad que transitaba frente a sus ojos. Y el séptimo arte, sin lugar a dudas, fue uno de los mayores exponentes de aquella trágica década. Una donde nacieron importantes movimientos vanguardistas.
Uno de esos fue el denominado Expresionismo Alemán, en donde se usaron recursos de la literatura para maquillar sus críticas sociopolíticas con figuras demoniacas y monstruosas. De ahí es que nacen algunos de los clásicos más importantes de la historia del cine: “Nosferatu” (1922) de F. W. Murnau, “El Gabinete del Dr. Caligari” (1920) de Robert Wiene o “El Golem” (1920) de Paul Wegener. Además claro del nacimiento de una ciencia ficción distópica que ofrecía escenarios y pronósticos nada alentadores para la propia humanidad, como lo hizo la futurística “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang, que de hecho, hoy en día es considerada como máximo exponente de dicha vanguardia y Memoria del Mundo por la Unesco.
Sin embargo, hubo una película prohibida y muy poco conocida de aquella misma época, que tal vez si hubiera nacido en Alemania y no en tierras danesas posiblemente hubiese entrado en ese movimiento. El film que nos reúne en esta ocasión fue escrito y dirigido por el cineasta danés Benjamin Christensen, siendo el más importante y reconocido trabajo de toda su filmografía. “Häxan, la brujería a través de los tiempos” es una obra particular, extraña y por supuesto, totalmente inclasificable para esos años. Película muda dividida en cuatro partes que tardó, cosa extraña para su época, casi tres años en terminar de filmarse.
Fue estrenada en 1922 con tremendo éxito en Dinamarca y Suecia; sin embargo, en EU como en Alemania y otros países europeos, el film se prohibió por ser tremendamente explícita al tratar, quizás, uno de los temas tabú más polémicos de la época: la brujería. Pero también la superstición ligada al catolicismo como una especie de crítica y a los actos más terribles que trajo la Santa Inquisición. Sin embargo, la gran cualidad de esta película y que deliberadamente la vuelven inclasificable para su tiempo, es que se trata de un documental que muestra con vasta información la brujería de la Edad Media en la zona de Centroeuropa.
Pero también incluye, y esto hay que enfatizarlo enormemente, secuencias dramatizadas que exageran la temática para volverla a momentos morbosamente satírica y ficcional. La representación gráfica de la tortura, la desnudez y la perversión sexual expuestas en este filme son materia para que algunos se inclinen a nombrarla como una especie de película de terror con cierta burla descarada a las creencias religiosas. Pero también están aquellos que la defienden como un buen documental ya que, efectivamente, hacen uso de información concisa y verídica, sumamente bien documentada y expuesta en calidad investigativa.
Por ello existe, aunque resulte difícil de creer, quien diga que “Häxan, la brujería a través de los tiempos” es el primer falso documental de la historia. Recordemos que éste subgénero del horror comenzó a gestarse gracias a los filmes Mondos de la época de los 60s y finales de los 80s que mostraban información sensacionalista de algún tema, hasta exagerarlo. “Mondo Cane” (1963) de Gualtiero Jacopetti y Paolo Cavara fue el primero de ellos y quien inspiraría a infinidad de cineastas a seguir con la morbosa tendencia. Tendencia que le permitió al italiano Ruggero Deodato rodar la mejor película de caníbales en la historia: “Holocausto Caníbal” (1979).
Y es ella a quien muchos críticos consagran como el primer found footage de todos los tiempos por hacer uso del recurso de cámara en mano y grabaciones encontradas. Sin embargo, si volteáramos a ver a “Häxan” con la atención que se merece, posiblemente los que quieren colocarla en el título del primer falso documental tengan razón.
Y pese a estar tratando con una película fuera de serie lo cierto es que posee elementos distinguibles de las vanguardias de aquel momento. La naturaleza del claroscuro que las películas del Expresionismo Alemán mantenían latente, como clara alegoría de una lucha espiritual entre el bien y el mal, con argumentos donde los monstruos eran meras metáforas de la maldad humana o la deformación de la misma es claramente reflejada en “Häxan”. Pero esta vez con cierta referencia hacia los conflictos que derivaron la superstición y fanatismo de la iglesia católica, como la Santa Inquisición o la quema de brujas.
Además recordemos que este filme es de 1922, el mismo año en que Murnau estrenaría su mundialmente conocida “Nosferatu”. Mientras que en 1920 ya se había estrenado “El Gabinete del Dr. Caligari” creando tendencia entre los exponentes posteriores como Fritz Lang o Wilhelm Pabst. Resulta obvio, entonces, que Christensen haya tomado inspiración de estas películas para crear su film. Dotándolo de otros elementos como lo tenebroso, lo gótico goticismo y la perversidad, y así como muchas obras del Expresionismo, resultaban idénticos a trabajos pictóricos de diversos artistas,“Häxan”, por ejemplo, nos hará recordar mucho a las pinturas negras de Goya.
Algo también destacable es que esta película toma recursos de la literatura para nutrir su argumento. Así como “Nosferatu” fue basado parcialmente en “Drácula” de Stoker y “El Golem” resultó ser la adaptación homónima de la novela de Gustav Meyrink, Christensen basó “Häxan” en el tratado más importante que se haya publicado acerca de la persecución de brujas en la época del oscurantismo: El “Malleus Maleficarum” escrito por dos monjes inquisidores dominicos, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger. Interesante historia que vale la pena leer, ya que éstos aseguraron en el libro que les habían sido otorgados poderes especiales para procesar brujas en Alemania.
Y así como “Viaje a la Luna” (1902) de Méliès o “Metrópolis” (1927) de Lang, esta película ha sufrido diversas cortes por lo que existen varias versiones del film. Primero, en 1941 se re-lanzó una edición en Dinamarca con una introducción más extensa por parte del director, como una especie de director’s cut. Mientras que en el 68 hubo una versión mucho más corta de la película pero esta vez contó con música del jazz eléctico interpretada por un quinteto quien incluía a Jean-Luc Ponty en el violín y Daniel Humair en la percusión, mientras que el escritor William S. Burroughs narraba la película frenéticamente.
Y por último, tenemos la versión más conocida por parte de The Criterion Collection en el 2001. Éste ofrecía el film completamente restaurado de la versión original en conjunto con el corte de Burroughs. Además de algunas notas de producción y comentarios adicionales.
Su extraña y peculiar naturaleza de ser un film inclasificable, del que unos optan por llamarle película de terror, el primer Falso Documental de la historia o un irreverente expediente fílmico de la brujería y la superstición, han vuelto de “Häxan” una auténtica rareza de culto. Una de la cual ha pasado desapercibida por muchas generaciones debido a la censura y la polémica, o bien, jamás impartida en las clases de cine al ser opacada por grandes joyas como “Nosferatu” o “El Gabinete del Dr. Caligari”. Lo cierto es que ésta pieza resulta imprescindible para la historia del séptimo arte. Algunos amándola por su excelente información y otros por su tremenda morbosidad.
Lo cierto es que todo en conjunto la hace exquisita. Su alma multifacética, su grotesca y sensacionalista naturaleza, su implacable trabajo investigativo y su incontenible humor negro que para 1922, ya resulta obvio que fuera censurada. El halo de anticlericalismo la transforman en una bien documentada blasfemia en contra de la superstición religiosa que de momentos cumple como pieza histórica, pero que termina siendo realmente divertida y sexualmente explícita. Hay, de hecho, una escena en la segunda parte donde el propio director, Benjamin Christensen, interpreta a Satanás tentando a una mujer para salir y aterrorizar a un grupo de monjes.
Película que debe ser vista imprescindiblemente para todo aquel que ama el cine universal o de culto. Una joya nacida en pleno auge del Expresionismo Alemán, y ni siquiera lo es. Una joya que sí es horror, que sí es documental, pero que nunca encajaría en ningún de esos géneros tampoco.
“Häxan”, un film inclasificable.
[quote_box_center]Sinopsis:
Mezclando el documental y la ficción dramática, la película descubre la relación de los hombres de la Edad Media (su actitud y la proliferación de brujos y brujas) con algunas situaciones actuales. Un repaso al mundo del ocultismo, la magia negra y la brujería, a través de varios siglos, para dibujar un panorama fascinante y estremecedor. Película parcialmente basada en un manual alemán para inquisidores del siglo XV.[/quote_box_center]