Lado B
Crimson Peak, los fantasmas de Del Toro
Los directores de culto, esos grandes pioneros que revolucionaron el cine a su manera lo han conseguido, en la mayoría de los casos, desde abajo, desde el mundo subterráneo del cine independiente
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
05 de noviembre, 2015
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LaCumbreEscarlata2

Héctor Jesus Cristino Lucas

[dropcap type=»1″]L[/dropcap]os directores de culto, esos grandes pioneros que revolucionaron el cine a su manera lo han conseguido, en la mayoría de los casos, desde abajo, desde el mundo subterráneo del cine independiente: Quentin Tarantino, por ejemplo, logró establecer el cine pastiche y ultra violento con su poco conocido My Best Friend’s Birthday”; Peter Jackson logró grandes parámetros en el horror con sus operas primas “Bad Taste” o “Meet The Feebles”. Así, John Waters, pasando por Cronenberg y llegando hasta Sam Raimi han hecho maravillas desde abajo. La historia de Guillermo Del Toro no es la excepción.

Pero hay un riesgo cuando estos directores llegan a un cine más amplio, denominado por algunos como mainstream o comercial, y terriblemente llamada por otros como: “cine basura a base de negocio”. Una incursión al cine de Hollywood que puede convertir a cineastas de culto en simples directores vacíos y sin pizca de conciencia. He ahí el fatídico dilema por el cual tantos directores han pasado. Desde Tim Burton hasta Wes Craven, e incluso están aquellos que sólo nombrar sus últimos trabajos retuercen la tripa a más no poder, ¿no es así, Woody Allen?

Sin embargo, la pregunta sería: ¿esto mismo, esto que los directores sufren tras cada incursión al cine de Hollywood es exactamente lo mismo que le ha ocurrido a Del Toro? Repasemos. La primera vez que nuestro mexicano tocó tierras extranjeras fue en el 97 con “Mimic”. Alabada por algunos, destrozada por otros. El propio Guillermo la odia debido a todo el martirio que resultó filmarla, aunque si se le mira con detenimiento no es con exactitud una mala película. Además, mucho de lo que se muestra no estaba planteado en el guión original. Los hermanos Weinstein, esos hermanos que han dado mucho de qué hablar, tuvieron diferencias creativas con el propio Del Toro, por lo que tuvo que arreglárselas como pudo con ese drama de horror y ciencia ficción que en un principio estaba planeada ser más obscura y sanguinaria.

Luego vinieron grandes saltos al mundo de la adaptación a cómic. Desde “Blade II” (que incluso se considera la mejor película de la franquicia) hasta las rocambolescas piezas de acción sobrenatural “Hell Boy” basadas en las obras de Mike Mignola. Y hay que decirlo, Guillermo Del Toro se lució con todas ellas, demostrando además, que lo de “Mimic” no fue culpa suya. Lavó su nombre de inmediato, y luego sorprendió al mundo con su “Laberinto Del Fauno”.

Del Toro, sin embargo, no se alejó de Hollywood. En el 2013 nos trajo una película llena de efectos especiales, robots y monstruos Kaiju: “Titanes del Pacífico”. Muchos de los fanáticos se mordieron las uñas en aquella ocasión. No era cualquier cosa tener la película más cara en tu filmografía, era un salto aún más grande. Uno que podría definirlo como el cineasta de culto que siempre ha sido, o en su defecto, uno más que se vende a la fama del 3D. Y para sorpresa de muchos, sean fanáticos o críticos exhaustivos, Del Toro salió bien librado y logró colocar su granito de arena a las películas de monstruos gigantes.

Sin embargo, y con la nueva película en su filmografía, muchos vuelven a formularse la misma pregunta: ¿Ha sufrido Guillermo Del Toro una auténtica pérdida de identidad a causa de sus grandes incursiones al cine de Hollywood? Pregunta que, debemos aclarar, es absurda y no tiene pizca de sentido. “Crimson Peak” es la prueba definitiva de que el talento que tenemos en México, es sólido. Sea con filmes de bajo presupuesto muy a lo “Cronos” o “El Espinazo Del Diablo”, hasta aquellos que podemos inscribir en el cine comercial, véase: “Titanes del Pacífico” o “Hell Boy”.

Guillermo Del Toro ha dejado en claro que el género de terror y ciencia ficción es lo suyo. Que puede generar excelentes historias y críticas sociales a través de sus monstruos y fantasmas sin necesidad de corromper su esencia más original. He ahí el encanto de su multifacética filmografía.

Para los que conocen el trabajo del mexicano sabrán sus películas albergan innumerables guiños a filmes que pretende homenajear. En“Titanes Del Pacífico” con su clara referencia al manga y a las películas de monstruos gigantes. En“El Laberinto Del Fauno” a los cuentos clásicos de los Hermanos Grimm. En “Crimson Peak”, entonces, todas las referencias se enfocan a la literatura del romanticismo de donde salen grandes clásicos del horror como “Frankenstein” de Mary Shelley o “Drácula” de Stoker. Y es importante hacer mención de esto porque esa es la base primordial para adentrarse en la nueva película de Guillermo Del Toro.

[pull_quote_right]“Crimson Peak” es todo esto y más: un excelente filme romántico, lleno de elementos de la novela gótica que acentúa los horrores de una pasión demente. Una historia que cruza los umbrales del horror más clásico, repleta de amores desquiciantes en un ambiente magistralmente gótico: casas embrujadas y espectros como las novelas de terror de los siglos XVIII y XIX[/pull_quote_right]

La literatura del romanticismo, es decir aquella que se produjo entre finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, no debe con los Bet-Sellers actuales del tipo “Twiling” o The Fault in Our Stars” que plagan las páginas de verdaderas bombas de azúcar que podrían poner en coma a cualquier diabetico y de alta dosis de cursilada. El romanticismo, el verdadero romanticismo quiero decir, está repleta de dramas incestuosos, monstruos, fantasmas, asesinatos y un sinfín de locuras enfermizas en pos del amor y la exhaltación de los sentidos. Todas acompañadas de cierto halo de obscuridad y decadencia que incluso tocan linderos con otro género: la novela gótica.

“Crimson Peak” es todo esto y más: un excelente filme romántico, lleno de elementos de la novela gótica que acentúa los horrores de una pasión demente, de una pasión que se confunde con lo grotesco y enajenante. Una historia que cruza los umbrales del horror más clásico, repleta de amores desquiciantes en un ambiente magistralmente gótico: casas embrujadas y espectros como las novelas de terror de los siglos XVIII y XIX, y recuerdan en demasía a “El castillo de Otranto” de Horace Galpone o los macabros cuentos, llenos de perdición humana, de Edgar Allan Poe: un “Cuervo”, un “La caída de la casa Usher” o un “Lenore”.

Al mismo tiempo, Del Toro, ofrece una referencia cinematográfica a los horrores más clásico: de Stanley Kubrick con su “The Shining”, basada en la novela homónima de Stephen King, tenemos el embrujado Hotel Overlook, repleto de espectros en pena que no pueden partir de este mundo. Una mirada semejante, donde la casa es otro más de sus personajes monstruosos y es quien aprisiona el dolor de estas entidades para toda la eternidad.

Guillermo Del Toro puede crear una historia con tantos guiños sin resultar predecible, con un uso del horror y el thriller psicológico que hacen que el desenlace, tal vez ya antes visto, sea usado con maestría para crear suspenso único. Y aunque los fantasmas sean personajes trillados el director los construye como la metáfora de la demencia, de la obscuridad misma que alberga el alma de una pasión que no lleva a nada, más que a sufrimiento y decadencia, capaz incluso de trasgredir la barrera de la muerte. Por ello mismo los monstruos de la literatura clásica son románticos, porque albergan tragedia y una pasión más allá de lo mortal, de lo superfluo.

Del Toro abre el filme con una escritora que intenta explicarle al mundo que las historias de fantasmas son pasionales, alegóricas y profundas, uno de los discursos más rescatables de toda la película, porque parecen palabras salidas del propio mexicano. Palabras que incitan a tratar este género con la seriedad que se merece. Quien juzga un filme de horror sólo por ser de horror comete uno de los errores más grandes. Esta película sale a la defensiva y lo mejor es que termina consiguiendo su propósito. Consigue presentarnos una historia de amor ligada perfectamente con tintes sobrenaturales.

¿Qué decir de la dirección de arte? Ya sabemos cómo opera Del Toro cuando se trata del vestuario, del diseño de personajes y los fabulosos escenarios. Tan sólo recordemos el trabajo que representó crear el universo de “El Laberinto del Fauno”, logrando verse como un cuento clásico, como un cuento de los Hermanos Grimm. Aquí, todo el conjunto, tanto en conceptos como en tecnicismos, logran una visión retrospectiva que captura la arquitectura gótica, la época del romanticismo y los horrores que se combinan con la pasión. Una obra elegante, fina, aterradora y sangrientamente pasional. Adjetivos propios de los cuentos de Poe o a las obras de teatro de Shakespeare.

Podría atreverme a decir incluso que se trata de una de sus mejores películas, no por encima de su galardonada “Pan’s Labyrinth”, pero sí a la altura de ella. Como también a los horrores más clásicos de su filmografía tipo “Cronos” o “El Espinazo Del Diablo”. Y que por cierto, la escena final es un homenaje a ésta última. Los más fanáticos sabrán del inmenso parecido que estos fantasmas poseen con el espectro de Santi. Un guiño espectacular.

“Crimson Peak” no es otro “El Conjuro”, no es un “Actividad Paranormal” ni mucho menos un “Insidious”. Es, sin lugar a dudas, el ejemplo perfecto de cómo crear una buena película de fantasmas. Que usa elementos conocidos para rendir homenajes, pero al mismo tiempo sacude las reglas creando nuevas. Un obscuro y truculento relato de amor que encierra secretos humanos más espeluznantes que los sobrenaturales. Pero lo más importante, aclaremos, es que los dramas humanos, espectros, pasiones demenciales y la casa misma, la casa como un círculo del infierno Dantesco que encierra maldiciones, es el protagonico más importante de todo la película.

Con esto no quiero decir que el trabajo de los actores sea menos importante, pero la historia como tal, siendo ellos parte de la misma, la vuelven un conjunto perfecto. Uno donde no será necesario decir que es una película de Tom Hiddleston y Mia Wasikowska. Porque “Crimson Peak” es más que un horror comercial y trillado. Es una película de horror gótico. Una película de fantasmas. Los fantasmas de Del Toro.

https://youtu.be/PtJ8A7I5Hgw

[quote_box_center]Sinopsis:

Una joven escritora norteamericana, Edith Cushing, se enamora de un apuesto inglés, Thomas Sharp, que ha llegado a la ciudad en busca de financiación para futuros negocios. Cuando el padre de la joven muere en extrañas circunstancias, Thomas convence a Edith para que le acompañe a su lujosa mansión familiar, Allerdalle Hall, una enorme propiedad de estilo gótico escondida en los montes de Inglaterra y plagada de misterios y peligros, un lugar único donde la nieve llora sangre y en cada esquina se esconde un fantasma.

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Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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