Red Libre Periodismo

Chihuahua, Ch. Sus armas fueron cartulinas, marcadores, un par de mantas y calcomanías con la leyenda “clausura ciudadana”… y la razón. La cita fue a las seis de la tarde del viernes 23 de agosto en la construcción de la réplica del mausoleo de Francisco Villa. La protesta era porque la original estaba a unos ochocientos metros y era ocioso invertir 8.2 millones de pesos en una “muestra pirata”.

Acudieron madres de familia, jóvenes, la comunidad intelectual, líderes sociales y los directivos de los comités municipales del PAN, Miguel Latorre y del PRD, Óscar Gómez. Sólo hablaron los ciudadanos.

Uno a uno, colocaron calcamonías de clausura simbólica, mientras otros colocaron una manta grande para hacer énfasis en la intención de los ciudadanos congregados.

Una adulta mayor se presentó con un pequeño marro. Lo mostró como símbolo de su inconformidad, sumada a los de decenas que se encontraban de la plaza de la Grandeza.

Miguel Latorre y Óscar Gómez, declararon a los medios durante la manifestación ciudadana, que fueron a apoyar porque también estaban en desacuerdo con la falta de transparencia y derroche de los recursos públicos, en una obra que no tenía sentido.

Algunos no alcanzaron a llegar porque esa tarde no hubo camiones. Los choferes y concesionarios estaban en otra manifestación, que rodeaba a los inconformes con la réplica del mausoleo.

Eran decenas de camiones estacionados en las calles del primer cuadro de la ciudad. “Hubo caos vial”, dirían las notas de los principales medios de la ciudad, como un cliché que pareciera un molde gráfico para mostrarlo en la cobertura de cada manifestación.

Eran los trabajadores del volante, esos tan criticados porque no respetaban al pasaje. Padres de familia, jóvenes, adultos mayores también, se hicieron presentes en la protesta y esta vez, los cobijó la gente, por lo menos la que estaba en las manifestaciones.

Y es que durante los casi dos años de anuncio y planeación del arranque del Vivebús, la desinformación fue generalizada. Apenas la última semana u hoy, el mismo día de la inauguración, se tenía un poco claro el costo del pasaje, no así de las rutas.

Los trabajadores exigen aun sus liquidaciones porque con la entrada en vigor un nuevo transporte,  dejarán a varios de ellos sin trabajo y con el cambio de patrón, muchos no quieren continuar.

“Apenas el jueves pasado nos informaron lo que sucedería y por eso decidimos manifestarnos para exigir liquidaciones justas”, informó Víctor López, líder sindical de Permisionarios de la CTM.

La desinformación sobre rutas y costo del ViveBús, generaron inconformidad en la ciudadanía, aunque ayer se quedaron sin transporte alrededor de 20 mil usuarios, que fueron trasladados a sus casas, por particulares y unidades oficiales.

La trifulca

Pasadas las 7 de la tarde, comenzaron a llegar agentes de la Policía Estatal Única y de Vialidad.  El rumor corrió y se supo que la orden venía de Palacio de Gobierno: desalojarían con grúas las calles, para llevarse los camiones y detener a los choferes que se resistieran.

Se colocaron a un costado de donde se encontraba la manifestación contra el mausoleo, por la calle Juárez.

Tomada de redlpchi.blogspot.mx/

Al llegar la primera grúa, un grupo de manifestantes del mausoleo se acercó y se cruzó en la calle para impedir que se llevaran el camión, se sumaron los demás, mujeres y hombres.

Los agentes detuvieron primero a cuatro choferes, a dos los sometieron sobre el suelo y patearon a uno. “No los golpeen”, alertó uno de los agentes por la presencia de medios de comunicación.

La acción causó el enojo de varios jóvenes y comenzaron a aventar pedazos de block de la construcción del mausoleo.

“¿Por qué no tratan y enfrentan así a los narcos, a los sicarios?, ahora sí muy valientes”, les gritaba a los agentes una señora que acudió con su familia a la manifestación.

Las pedradas fueron respondidas por agentes de Vialidad y policías, quienes dieron una muestra de la falta de capacidad para enfrentar ese tipo de situaciones.

Un chofer resultó descalabrado. Los agentes ya lo habían golpeado en la nariz y lo esposaron para llevarlo a una de las unidades, donde permaneció hasta que la gente obligó a que lo soltaran. Se lo llevaron para su atención médica y más tarde se supo que continuaba detenido. Soltaron a los otros tres ante las presiones.

Las piedras volaban por encima de niños, adultos mayores y familias completas, que temían ser agredidos cuando sólo habían ido a manifestarse contra la réplica.

La multitud, unidos permisionarios y ciudadanos de la otra manifestación, se dirigieron a Palacio de Gobierno, mientras un grupo de policías estatales resguardaba el mausoleo ya clausurado por la gente.

Los grupos de antimotines, de la Policía Estatal Única, apoyados por el del Cereso, resguardaron el Palacio de Gobierno. Con sus armas largas empuñadas, hicieron disparos al aire y directo contra los ciudadanos. Eran balas de salva.

El pánico se hizo presente entre los manifestantes: “Hay niños, no hagan eso, no disparen”, gritaban.

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