Lado B
90 mil personas continúan en paradero desconocido en Sudán del Sur: MSF
 
Por Lado B @ladobemx
21 de agosto, 2013
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Foto: Camille Lepage / MSF

Foto: Camille Lepage / MSF

Médicos Sin Fronteras

Gumuruk. (MSF).-  En la región de Pibor, perteneciente al estado sursudanés de Jonglei, las inundaciones y el miedo a los combates han provocado que unas 90 mil personas se encuentren al día de hoy desaparecidas. Se supone que muchos de ellos, presos del pánico, se han refugiado en el monte, pero no se puede asegurar con certeza cuál es su paradero.

“De lo que no cabe duda es de que las 28 mil personas que sí han sido localizadas no están recibiendo ningún tipo de ayuda”, afirma Carolina López, coordinadora de emergencias de MSF en la región de Pibor.

Los combates entre el ejército popular de liberación de Sudán y las milicias del líder rebelde David Yau Yau se intensificaron el pasado mes de mayo. Desde entonces, y a lo largo de estos tres meses, la violencia ha obligado a la práctica totalidad de la población de Pibor a huir hacia el monte.

Hace escasas semanas fueron los enfrentamientos entre los grupos rebeldes Luo Nuer y Murle – la etnia mayoritaria en la región – los que provocaron una nueva oleada de pánico que hizo huir de nuevo a miles de personas.

Las autoridades locales han podido encontrar hasta ahora a cerca de 28 mil en los alrededores de la aldea de Gumuruk, donde MSF dirige un centro de salud. Gumuruk es uno de los pocos lugares accesibles en esta región pantanosa e insegura, pero la ayuda está llegando muy lentamente y la Organización de Naciones Unidas (ONU) apenas acaba de empezar a registrar a los desplazados.

La pequeña clínica de MSF en Gumuruk siempre está llena: cada día se pasa consulta a unos 100 pacientes con dolencias generalmente asociadas a las semanas o meses que llevan en el monte a merced de las lluvias: neumonías y otras afecciones de las vías respiratorias, además de malaria, diarrea y desnutrición.

 “La gente viene a la aldea y se queda todo el día sentada esperando a que alguien les proporcione algo comida”, afirma Carolina López. “La mayoría han perdido a su ganado en el transcurso de los enfrentamientos. Tampoco han podido plantar ni recolectar sus cosechas por la inseguridad y los múltiples actos de violencia a los que se han visto sometidos. Ahora mismo están en una situación de extrema vulnerabilidad. Se pasan aquí horas y horas y al atardecer la mayoría regresa con las manos vacías, bajo la lluvia, a sus refugios temporales”.

Una de las grandes preocupaciones del equipo de cirujanos de MSF en Gumuruk es que apenas se han recibido heridos de los combates que tuvieron lugar en julio. “Hemos tratado a veinte mujeres y niños que presentaban heridas de consideración bastante infectadas, pero no se ha presentado ningún hombre con herida de bala”, explica Martial Ledecq, cirujano de MSF en Gumuruk. “Hasta donde nosotros sabemos, los últimos combates que se produjeron en el bosque datan de hace aproximadamente un mes. Todo el mundo asegura que fueron extremadamente violentos, así que hay pocas posibilidades de que aquellas personas que resultaran gravemente heridas estén todavía con vida”.

Muchos de los pacientes que acuden a la clínica dicen tener miedo de acudir en busca de ayuda a los lugares donde hay presencia militar. “Mi marido está enfermo, pero no se atreve a entrar en la aldea. Tiene miedo de que le maten”, explica una mujer que llegó en busca de asistencia médica. “Si entramos en una aldea, los soldados podrían matarnos. Si huimos al monte, es la tribu enemiga quien podría matarnos”.

 “Hay muchas personas enfermas en el monte”, asegura un hombre que ha arriesgado su vida para llevar a su hija hasta la clínica de MSF. “Si no logran venir enseguida, todos van a morir”. “Mi hija tiene una herida de bala en la espalda que se estaba infectando, por eso no he tenido más remedio que arriesgarme a venir”. “Él mismo está muy débil y, debido a las lluvias que lo inundan todo, ha tardado más de dos días en llegar hasta la clínica. Normalmente, desde el lugar donde dice que se encontraba, apenas se tardan dos horas”, explica Martial Ledecq.

Las lluvias no han dejado un solo respiro desde hace semanas y las condiciones de vida de los desplazados son cada vez más precarias. Desplazarse por el barrizal en el que se ha convertido la región constituye un verdadero desafío logístico, pero a pesar de las dificultades, MSF va a intensificar sus esfuerzos para tratar de localizar a las 90.000 personas que  probablemente se hallen esparcidas por el monte, hacer un balance de su estado de salud y responder a las necesidades más urgentes.

 “Mientras tanto, es primordial todas las organizaciones humanitarias presentes en el estado de Jonglei amplíen sus actividades y que ayuden a las 28.000 personas que están en los alrededores de Gumuruk”, concluye Carolina López.

Nota: se estima que en la región de Pibor hay 148.000 habitantes. 30.000 de éstos se encuentran en países vecinos o en Juba, capital de Sudán del Sur. 28.000 han sido localizadas por las autoridades locales en los alrededores de Gumuruk. Las 90.000 restantes es posible que se estén desplazando por la región de Pibor en busca de un lugar seguro, pero a día de hoy nadie sabe dónde están.

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