Lado B
Nigeria y las ejecuciones en secreto de su gobierno
 
Por Lado B @ladobemx
02 de julio, 2013
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Imagen: http://cdn.24.co.za

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Amnistía Internacional (AI)

El martes, en la prisión de Benin, Nigeria, llevaron a Ebhos a la horca y lo obligaron a mirar mientras colgaban a cuatro hombres. Se libró de la ejecución porque, en el último momento, las autoridades de la prisión se dieron cuenta de que su condena de muerte, impuesta por un tribunal militar, tenía que llevarse a cabo por fusilamiento y no se había preparado éste.

Ebhos, carpintero nigeriano, declarado culpable de asalto a mano armada, lleva 17 años condenado a muerte. Su hijo, Solomon, se enteró de que estaba a punto de ser ejecutado porque leyó en un periódico local que habían ahorcado a cuatro hombres.

 “A la mañana siguiente de las cuatro ejecuciones supe que estaba expuesto a ser ejecutado –ha contado Solomon a Amnistía Internacional–. El artículo decía que había aún otra persona pendiente de ejecución y supe que era él. Mis dos hermanas mayores fueron a la prisión a averiguar qué pasaba.”

Solomon ha explicado la desesperación que sintió al enterarse de que su padre puede ser ejecutado en cualquier momento.

«Mis dos hermanas fueron a verlo a la prisión para saber bien qué pasaba. Cuando regresaron dijeron que estaba sollozando –contó–. Mi hermana dijo que era la segunda vez que veía llorar a mi padre.”

 “Lo habían llevado a la horca y le habían dicho que escribiera su testamento, que me darían a mí algunas de sus cosas, porque soy el único hijo. No nos llamaron. Ni siquiera le preguntaron si había alguien con quien pudieran ponerse en contacto. Estuvieron a punto de matarlo en secreto.”

17 años en espera de ejecución

Ebhodaghe Solomon apenas sabía caminar cuando encarcelaron a Thankgod Ebhos, acusado de asalto a mano armada, en 1988.

Ebhos fue por fin juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar en 1995, unos siete años después de su detención. En ese momento, Nigeria tenía un gobierno militar. Los tribunales militares de esa época negaban a los acusados el derecho de apelación.

Amnistía Internacional expresó honda preocupación por la falta de garantía de los tribunales militares de Nigeria durante ese periodo, que se prolongó hasta 1999, cuando el país volvió a tener un gobierno civil.

Ebhodaghe Solomon recuerda así la primera vez que fue a ver su padre a la prisión:

“Hace cuatro años tuve por fin la oportunidad de ver a mi padre. Yo tenía alrededor de 21 años. Estaba preparado y me dio mucha alegría verlo bien de salud y ver que estaba bien.”

Explica que con el nuevo régimen de gobierno civil su padre esperaba poder apelar contra la condena de muerte.

 “Cuando nos vimos, habló mucho de la familia y de sus intenciones de trabajar, ganar dinero, ir al extranjero. Le gusta tocar música. Ha aprendido a tocar instrumentos musicales en la prisión. También le gusta leer y ha aprendido a pintar en la prisión. Es una persona muy alegre y animada.”

Ebhodaghe Solomon vio por última vez a su padre hace cuatro semanas.

 “Todo seguía igual. Me contó que sus hermanos, mis tíos, habían estado intentando buscar un abogado para que viera el caso pero que cada vez que iban a uno, todo era inútil. Muchos de los abogados con los que hablamos no podían hacer nada, así que no nos queda más que rezar para que Dios lo ayude, porque mi padre ha cambiado totalmente.”

Ejecuciones por sorpresa

Hay alrededor de mil personas condenadas a muerte en toda Nigeria y no se ejecutaba a nadie en el país desde 2006. Sin embargo, el 16 de junio, día del padre, las cosas se pusieron mal al instar el presidente Goodluck Jonathan a los gobernadores de los estados a firmar las ordenes de ejecución de los condenados a muerte, lo que, en la práctica, permite a las autoridades penitenciarias federales ejecutar a estos reclusos.

Una semana después llevaron a los cuatro presos de la prisión de Benin a la horca y los ejecutaron. Todos tenían aún recursos de apelación pendientes. Su ahorcamiento se llevó a cabo apenas unas horas después de que un tribunal superior federal rechazara un recurso contra tres de las órdenes de ejecución. Los abogados de los condenados habían presentado en seguida una petición de aplazamiento de la ejecución, pero el fiscal general y las autoridades penitenciarias del estado de Edo hicieron caso omiso de ello.

 “Nos hemos llevado todos una impresión muy fuerte con estas ejecuciones”, ha manifestado Lucy Freeman, directora adjunta de Amnistía Internacional para África.

 “De acuerdo con la legislación nigeriana y con el derecho internacional, no pueden llevarse a cabo ejecuciones mientras haya recursos de apelación aún pendientes –ha añadido Freeman–. Al ejecutar a los condenados, Nigeria dado muestra de una gran falta de respeto por el Estado de derecho y el proceso judicial.”

No se informó previamente a los familiares de los ejecutados. Por ello, Solomon ha dicho que su familia está consternada porque sabe que su padre puede ser ejecutado en cualquier momento.

Este texto fue publicado en el sitio oficial de Amnistía Internacional.

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Autor Lado B
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