Foto: @ericdmontero

Eric David Montero

@ericdmontero

Vistieron playeras rojas y entre sus manos llevaban cruces blancas con los nombres de quienes murieron atrapados en la mina de carbón Pasta de Conchos en Coahuila. Eran las viudas de los mineros muertos aquel 19 de febrero de 2006, cuyos restos quedaron atrapados y que durante 7 años se han negado a rescatarlos.

El pequeño contingente entró por la avenida Moliere para llegar a la calle Campos Elíseos, justo frente al edificio de Minera México, a quien responsabilizan  de las condiciones en las que laboran los trabajadores.

Eran alrededor de 100 personas las que desde el estado de Coahuila llegaron a la ciudad de México, para dar una noticia, “una luz en el túnel” como dijo  María Trinidad Cantú, —madre de Raúl Villasana una de las víctimas—  porque el Secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, anunció en Saltillo que solicitó un nuevo peritaje a la Procuraduría General de la República para que se determinaran las condiciones de la mina 8 donde murieron los trabajadores hace 7 años.

Carlos Rodríguez, el sacerdote jesuita que estuvo a cargo de la  misa celebrada frente al edificio de Grupo México, —cuya entrada estuvo vigilada por alrededor de 15 guardias— dijo que exigen sus peticiones frente a Minera México “porque ellos son los principales responsables, Su dueño siendo uno de los más ricos no protegió a sus trabajadores”.

“Cuando una viuda o un indígena pide justicia estos grupos poderosos dice ‘alguien los está agitando’, Grupo México no tiene dignidad”, agregó ante los familiares que también exigen mejorar las condiciones de trabajo en las minas.

Mientras la celebración de la eucaristía avanza, pasan trabajadores de oficina y uno que otro alumno de secundaria, algunos ven al pequeño contingente y no dudan en mostrar una sonrisa, algunos prefieren no voltear, otros se acercan y se quedan un rato escuchando una a una las palabras de los jesuitas que unidos con los mineros claman justicia, y se inicie un nuevo recate de los cuerpos.

Las actividades de los familiares de los mineros atrapados en la mina Pasta de Conchos iniciaron desde el día 18 de febrero, con una marcha con ataúdes desde el monumento a la revolución al ángel de la independencia.