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Lado B

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“Personas, hasta hace poco de clase media, se ven durmiendo en colchones por el suelo o en un sofá.  Y de ahí, sólo hay un paso al más absoluto desamparo”, comenta Chema Ruiz, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Madrid, quien ha visto desde el inicio de la crisis económica en España, como “mucha gente viviendo en la misma habitación, miles de personas volviendo a casa de sus padres, pero ahora con la familia a cuestas”.

España es uno de los países que ha sufrido mayormente la crisis económica. La pobreza extrema y la exclusión social han crecido más que en la mayoría de los otros países de la UE.

Ante este panorama, son cada vez más familias que no cuentan con algún tipo de ingreso, así como menos recursos de protección social. Las redes sociales se han convertido en el bote salvavidas al que muchos han tenido que aferrarse.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Fondo Monetario Internacional y el Eurostat, han señalado que el mercado laboral español ha resultado el mayormente afectado.

El estudio “Crisis y fractura social en Europa. Causas y efectos en España”, que se hizo público este jueves reveló que el 7,6% de los hogares españoles tienen a todos su miembros en paro.

El estudio evidencia que “ahora la pensión de uno de los miembros de una familia se ha convertido en un recurso esencial para la supervivencia de los demás integrantes con desempleo total”.

Estas situación ha generado que el 13% de los hogares españoles, es decir, más de 3 mil, estén sobreviviendo gracias a la pensión de alguno de los miembros de su familia.

“La crisis ha afectado más a la población con edad de trabajar, ‘no tan solo por la inmensa pérdida de puestos de trabajo, sino también debido a la limitada capacidad protectora —en cuanto a la intensidad o el tiempo—, de las políticas de protección por desempleo, de rentas mínimas, familiares y de vivienda’”, dio a conocer El País.

Los más afectados han sido los trabajadores sin calificación, los temporales, los jóvenes y los extranjeros. Este impacto en el empleo ha llevado a su vez al aumento de la población situada por debajo de los umbrales de la pobreza severa —por debajo del 30% de la media de renta—, que alcanzó en 2010 al 5.2% del total.