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Lado B

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Fue en septiembre de este año, luego de la marcha que reunió a más de 70 mil estudiantes y profesores chilenos, que el presidente de la Confederación de Estudiantes (Confech), Gabriel Boric, resaltaba que la educación en Chile requería de ”cambios estructurales, para que los sectores más desposeídos no sean cada vez más excluidos del acceso a la enseñanza”

Los meses continúan acumulándose, así como los diferentes sectores de la población que apoyan a los estudiantes y sus demandas. Los altos costos que representa la educación en Chile han generado una cohesión social que, en otros países del mundo en donde las marchas también se han hecho presentes, no han logrado.

Y a pesar de que el gobierno de Sebastián Piñera promulgó ese mismo mes una ley que reduce desde un 6% a un 2% los intereses de los créditos que los estudiantes universitarios deben contratar en el sistema bancario para financiar sus carreras, el sector de la educación en Chile ha reiterado que con esta acción no se recogen las demandas de una reforma educativa de calidad.

Este martes Prensa Latina publica una entrevista con la vicepresidenta de la Confech, Camila Vallejo, quien reconoce que la batalla contra el lucro en la educación en Chile ganó fuerza en los últimos dos años, sin embargo resalta que «la ley en Chile prohíbe que las universidades privadas lucren, pero eso evidentemente no se cumple».

Y es que las instituciones privadas, mediante el cobro de aranceles a los estudiantes, tanto en matrículas como en otras formas, recaudan un fondo que en un porcentaje significativo no se destina o reinvierte en el proceso educativo, sino que va a los bolsillos de los dueños de las escuelas privadas: “no se dirige a pagar remuneraciones, infraestructura, laboratorios o bibliotecas, ese dinero se guarda en los bolsillos de los dueños de las instituciones”, indicó.

«Ese objetivo lucrativo atenta incluso contra la calidad de la educación, porque obliga a los sostenedores a aumentar las ganancias y disminuir los costos, y para disminuir los costos se merma la capacidad cualitativa que tenga la institución (…) Eso nada tiene que ver con un proyecto educativo, pero sí con un proyecto de negocio», reflexionó. Por ello, calificó de  falso el argumento del gobierno de Piñera que asegura que “promueve la educación pública gratuita”.

Lea la entrevista completa publicada en Prensa Latina en el siguiente link.