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Lado B

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“He conseguido superar la valla en cuatro ocasiones, pero la Guardia Civil me ha devuelto todas a Marruecos a través de las puertas de la alambrada”, comenta Touré Mocta, camerunés que desde hace cinco meses inició el largo recorrido hacia España, país en el que espera encontrar a algunos de sus compañeros de la infancia que migraron antes que él y con el objetivo de mejorar su condición de vida.

El recorrido de más de 5 mil kilómetros desde el África negra hasta Melilla -ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo- no ha sido fácil para el camerunés de 25 años de edad; mendigar y conseguir algunos trabajos esporádicos en la clandestinidad han sido sus únicas fuentes económicas, las cuales no son muchas: “En esa zona, no tuve problemas para moverme, entre los negros nos entendemos”, relata entrevistado por Miguel Ángel Medina de El País.

“Una caminata de varios días, refugiándose en los bosques para huir de la policía marroquí, que le pisaba los talones. Al llegar a los alrededores de Melilla, siguió los pasos de millares de emigrantes obligados por la miseria. Durante varios días, aguardó en el cercano monte Gurugú. Allí le tocó convivir con otros inmigrantes de Nigeria, Camerún, Senegal, Malí, Costa de Marfil y Congo… Un grupo de unos 200, según sus cálculos”, publica el medio español.

Lea la entrevista completa publicada en El País en el siguiente link.