Lado B
Desempleo y discriminación obligan a mujeres nicaragüenses a migrar
 
Por Lado B @ladobemx
11 de septiembre, 2012
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  • 5 de cada 10 personas económicamente activas están subempleadas en el sector informal, sin prestaciones sociales y con salarios mínimos

Imagen: http://kaosenlared.net

Por Nelson Rodríguez, corresponsal

Managua, Nicaragua. (CIMAC).- Han pasado 3 años desde que Alejandra López regresó a esta ciudad donde nació. Después de trabajar en Estados Unidos, tenía la ilusión de encontrar trabajo en su patria, pero todo se ha complicado por dos razones: la falta de empleo en el país y la edad.

Alejandra volvió a su ciudad con la ilusión de seguir su vida aquí en Managua. Lo que logró ahorrar durante sus 4 meses de trabajo en Estados Unidos trabajando como Valet Parker, lo invirtió en la hipoteca de una casa porque no tenía vivienda propia, donde vivía antes de emigrar era propiedad de sus padres, pero al morir éstos se la heredaron a los hijos hombres y ella se quedó sin nada.

Estudió la licenciatura en Administración de Empresas; hasta 2007 trabajaba en el Banco de la Producción, pero fue despedida. Después de dos años de no encontrar empleo solicitó la visa a la Embajada de los Estados Unidos en Managua, “tuve suerte porque no estaba trabajando, ni tenía cuentas de ahorro y me dieron la visa, pero solo por 6 meses”, dice Alejandra y agrega que no quería viajar sin sus documentos porque tenía miedo a los criminales que asedian la ruta de los migrantes por tierra.

Actualmente no descarta la idea de repetir la experiencia de 2009, solo que esta vez, dice, tiene más experiencia y esperanzas de que le den la visa por más tiempo que en aquella ocasión.

Alejandra recuerda que en aquel entonces contactó a un amigo nicaragüense que vive en Miami y el 6 de mayo de 2009 viajó por avión hasta esa ciudad, donde le dieron alojamiento en un apartamento y asegura que la solidaridad es la mejor aliada de las migrantes.

Cuando estuvo buscando trabajo en Miami sus amigos le ayudaron con los alimentos y el hospedaje. “Mi licencia de conducir fue mi salvación, al portar la licencia nicaragüense, fui  a convalidarla, me hicieron una prueba de manejo y me extendieron una de allá”, dice Alejandra.

En noviembre de 2009 unos días antes de que se le venciera la visa, retornó a Nicaragua con sus pequeños ahorros y desde entonces ha luchado por mejorar su condición. Pagó la primera cuota del crédito hipotecario de una casa y se dedicó a vender queso en el sector informal mientras conseguía un empleo.

Pero su paciencia se agota, lleva 36 meses y no ha logrado encontrar empleo en su profesión, por lo que planea repetir la experiencia, con la esperanza de correr con mejor suerte que la primera vez.

Alejandra dice que por su edad (tiene 40) se le hace cada vez más difícil encontrar empleo en el sector formal en Nicaragua. Es Administradora de Empresas, pero asegura que no es un caso excepcional, muchas profesionales que conoce  sobreviven en el subempleo, en el sector informal, especialmente en el comercio.

En Nicaragua 5 de cada 10 personas económicamente activas, están subempleadas en el sector informal, sin prestaciones sociales y con salarios mínimos, según el Anuario del Banco Central del 2010.

Aunque no se reconozca oficialmente, la discriminación por la edad para encontrar empleo es una realidad en Nicaragua y en todas partes, sostiene Argentina Olivas, del Colectivo de Mujeres de Matagalpa, una organización civil al norte de Managua.

El desempleo en Nicaragua afecta a toda la ciudadanía, pero en especial a las mujeres “y si sos mayor de edad y gordita, con mayor razón porque piensan que no rindes igual y mucho te enfermas”.

La misma necesidad obliga a estas mujeres a viajar a Estados Unidos, ya sea con o sin documentos migratorios y en la misma medida se enfrentan a la discriminación y a la explotación laboral, muchas no tienen más opción que aceptar trabajos del hogar para poder ahorrar en alimentación y en techo, explica Olivas.

Ante las barreras que rigen el control migratorio para poder viajar de manera regular, muchas mujeres nicaragüenses se arriesgan a migrar en condición irregular, pero se exponen a ser deportadas incluso antes de cruzar  México.

En el primer semestre de 2012 fueron deportados de México, 236 nicaragüenses, según indica en su página web la Dirección General de Migración de Guatemala.

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