Lado B

Este miércoles a las 19:00 horas se presenta en Profética, Casa de la lectura, el poemario Neurálgica, debut de Daniel Carpinteyro. El libro es coeditado por Verso destierrO, Profética Casa de la Lectura y Diablaco Ediciones. Neurálgica agrupa cinco cuadernos que abordan fenómenos como la gestación poética, la caducidad del cuerpo, el embrujo de los no-lugares, la obsesión por lo inefable y el fracaso como condición sine qua non para el oficio de poeta.

A continuación, reproducimos un fragmento del prólogo del libro:

La neuralgia del poeticida

El dolor patológico es la forma en que nuestros antepasados nos entregan, a través de un lenguaje genético, la “destreza” para temer lo que en otra época fue el muro que nos separaba de lo desconocido.

La neuralgia es como un golpe en las sienes, igual que dos manos aplastándonos la cabeza: es la fuerza que la gravedad ejerce, desde la raíz misma de la materia, para recordarnos que somos mortales. En esta lógica, a través de un lenguaje que roza en lo barroco, pero que se mantiene vibrante, expresivo; personal, Carpinteyro transita en el glosar del que, al modo de Gerardo Deniz, mira el mundo desde una burbuja que en cualquier momento puede quebrarse y depositar a su pasajero sobre el asfalto.

Ante todo es el ritmo el que hace que los versos (al igual que en un deshuesadero los autos son comprimidos en cubos) la destrucción tenga algún sentido. La fuerza del poema reside en su energía mandibular: en las toneladas que cargan en su mordida las letras: poesía violenta, mondada de ironía y por veces una rabia que deriva en un humor ácido, corrosivo. Justa es la medida para una sociedad en la que las cosas más absurdas a veces pasan por naturales. De tal modo, Daniel Carpinteyro, todavía impregnado de un lenguaje seminal, se sumerje en la encrucijada del Ser con el conflicto latente, y como “poética neurálgica” que es, intenta desenredar en la medida de lo posible, los nudos, los semas enfermos de una complejidad contemporánea, que es parte de su latido lírico, y articulación vermicular de sus estados de ánimo, cínicos y cargados de odio hacia una Realidad que no duda en aplastar a sus criaturas.

Neurálgica, de Daniel Carpinteyro, corrobora que la deconstrucción del mundo, a partir del lenguaje, no es sino la consolidación del día. Y los disturbios de la muerte son la cerca que se alza en la mente paranoica de los habitantes del Miedo, que como una micra del sol, nacen, y son uno más de sus infinitos dedos. Navajas que Buñuel volvió estéticas, en la fractura de un ojo cuántico.

Aquí habita un poeta que asume el fracaso y lo vuelve Principio para la poética punzante del que espera ver destruida su figura: él sabe que ese es el destino de la carne y también el de los versos, que serán devorados por la blancura del todo.

Andrés Cisneros de la Cruz