Camilo Useche*

De nuevo Almodóvar. Bastaría con eso para saber de qué se trata la nueva película de este afamado director español. Para muchos el sólo nombre ya representa un universo completo, y cuenta con un club de fans bastante numerosos en Francia y en EE.UU, países que parecen entender ese sórdido mundo lleno de colores y extravagancias y que aplauden en festivales y presentaciones. Es indudable la labor mediática y comercial de este sr. Como también es indudable que cada vez que se anuncia una película con el sello Almodóvar, las salas se llenan.

De lejos quedan esas películas ingeniosas que empezaron a crear a este mito como “¿qué he hecho yo para merecer esto?” (1984) , “la ley del deseo” (1987) o “Átame” (1990), en el olvido podrían quedar muchas otras de sus película, pero para fortuna de ellas, sólo de ellas,  llevan el sello de su director,  cosa que garantiza todo lo anteriormente dicho. Por mi parte, creo que  con excepción de “Volver”(2006) destacando algunos elementos de “todos sobre mi madre” y “hable con ella”, este director no ha hecho más  que elaborar un soliloquio de películas para engrandecer su ego.  Pero en “volver”, por ejemplo, se ve al más humano y al más firme de todos los Almodóvar, una mezcla completa de ingenio y arte para contar una historia de la España profunda como ninguna otra.   Sin lugar a dudas, la singularidad de este Ser  es su puesta en escena, su dirección artística; allí recae su poder, lo que quizás lo haya hecho único. Es muy fácil reconocer una película de Almodóvar con sólo ver una imagen, tanto así que en España se habla de un estilo “Almodóvar” cuando quieres comprar  muebles, o decorar una habitación, el caso es que  tanto en los “abrazos rotos” como en “la piel que habito” esta característica está potenciada hasta la exageración, es decir, parece demasiado Almodóvar para ser Almodóvar, o más bien son películas que intentan ser de una manera muy atenuante una película “Almodóvar”, lo que las hace poco creíbles.

La piel que habito intenta contar una historia Siniestra basada en la novela de Thierry Jonquet “tarántula” sobre la venganza de un Cirujano plástico experto en transgénesis (Antonio Banderas) después del fallecimiento de su hija.  Como siempre, dentro de la mente de este sujeto hay algo retorcido una venganza peculiar que raya con lo inverosímil.  Según las propias palabras del director esta película es un « intenso drama que a veces se inclina por el noir, a veces por la ciencia ficción y otras por el terror » pero la verdad, cuando estás sentado frente a una pantalla gigante viendo los diálogos  teatrales y las escenas sórdidas, la película te da ganas de reír, como si estuvieras ante una película Serie B o cualquier película de T.V de un sábado por la tarde.  Quizás lo más destacable para aquellos que se motiven a pagar una entrada de cine por esto, además de la siempre impresionante dirección artística, es el reencuentro para el cine de director y Antonio Banderas, también puede motivar la belleza de Elena Anaya, pero como nada de lo que diga va a convencer a los defensores y seguidores de este director,  lo mejor es decir:  Si, es Almodóvar, en su estado más decadente pero es Almodóvar.

La piel que habito

Dirección: Pedro Almodóvar

Guión: Pedro Almodóvar, basada en la novela  « Tarántula » de Thierry Jonquet

Intérpretes: Antonio Banderas, Elena Anaya

Género: Drama, España,  2011.

Duración: 117 minutos.

*Candidato a Doctor en Historia por I’ Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Paris. Maestro en Relaciones Internacionales y Estudios Latinoamericanos UAM, Madrid. Historiador y sociólogo por la Pontificia Universidad Javeriana y por la Universidad Nacional de Colombia.