Frase: “Imaginemos el parque vehicular que hay en nuestro país, 35.7 millones de automotores, que podrían, con la garantía del gobierno federal estatal y municipal, implementar un motor de desarrollo, un polígono de desarrollo los 32 estados de la República, para poder transformar la movilidad del transporte, principalmente del transporte público, que es el que más contamina en las ciudades y en nuestros estados, por unidades del transporte que se muevan por electricidad, esto es posible porque el litio ya se ha recuperado para nuestro país”.

Autor: Alejandro Armenta Mier, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República 

Calificación Cazamentiras: Engañoso 

El pasado 14 de febrero de 2023 el senador poblano Alejandro Armenta dijo que con la “nacionalización” del litio en México es posible que prácticamente todo el parque vehicular, compuesto según sus datos por 35.7 millones de vehículos, se transforme en transporte eléctrico, pero ¿qué tan cierta es esta afirmación?

De acuerdo con especialistas y datos, el dicho es engañoso, porque  aún no se tiene claridad sobre cuánto litio hay en el país, y un plan para hacer con él baterías de autos eléctricos es una meta a largo plazo, ya que se requerirían procesos de extracción y refinación que podrían tomar hasta 20 años. 

Para esta verificación en primer lugar consultamos con el equipo de comunicación del senador respecto a la fuente o sustento de su dicho. En respuesta compartieron información de la WRI México respecto al transporte público, pero allí no se confirma la cantidad de automotores en el país ni se sustenta lo que afirmó Armenta.

El artículo titulado “3 líneas de acción para descarbonizar al sector transporte en México” concuerda únicamente en que el transporte público es un sector clave para mitigar las emisiones de carbono, aunque no es el principal generador de contaminantes, como dice el senador.

El documento menciona que “en el país, el transporte (terrestre de pasajeros) es responsable de la emisión de 148 millones de toneladas de CO2 y representa la segunda fuente de emisiones GEI después de la generación de electricidad”. 

Asimismo, aclara que “el autotransporte, constituido principalmente por autos privados, contribuyen con el 80% de las emisiones y es la principal causa del incremento en la demanda de energía”.

Por otra parte, la cifra del parque vehicular no coincide con la del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). 

Mientras el senador dijo que hay en México 35.7 millones de vehículos, sin indicar la fuente de la información, en la página del Inegi se menciona que para el 2021 había en cifras definitivas 53.1 millones de automotores registrados, lo cuales incluyen automóviles, camiones y camionetas para pasajeros, camiones para carga y motocicletas, así como el tipo de servicio oficial, público y particular.

En cuanto al tema del litio, de acuerdo con Violeta R. Núñez Rodríguez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, hay que analizar el Decreto por el que se crea el organismo público descentralizado denominado Litio para México, donde se menciona que la elaboración de los programas estratégicos para la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento se hará a mediano y largo plazo. 

Es decir, si la exploración será a largo plazo, aún más el aprovechamiento o la obtención de baterías para que puedan utilizarlas carros eléctricos.

Para la integrante del Departamento de Producción Económica de la UAM-Xochimilco la fase de prospección aún es muy incipiente y no se conoce la totalidad de reservas que existen del mineral, si bien ya hay un avance con el decreto para estudiar el territorio aún falta desarrollar la tecnología suficiente como para procesar el litio y transformarlo.

“Hay que recordar que en el caso por ejemplo de Tesla, tiene la posibilidad y ya tienen patentada la tecnología para separar este tipo de litio (arcilla), entonces eso podría ser más inmediato pero, ¿de cuánto tiempo estamos hablando? No sabemos cuánto tiempo le va a llevar a Litio para México el estudio del territorio”, dijo la especialista.

La planta armadora de Tesla que se construirá en Santa Catarina, Nuevo León, podría entrar en funcionamiento a finales de 2023 o principios de 2024. La producción que se prevé, explicó Núñez, es de un millón de autos eléctricos al año; sin embargo, muchos de estos podrían irse al mercado Latinoamericano y otro tanto para Estados Unidos. Además de que podría utilizarse litio de otros países para la cadena productiva, ya que actualmente México no es un país productor.

Otra cuestión que comentó la investigadora de la UAM es que México aún no tiene un plan claro sobre la transición energética automotriz, como Estados Unidos donde ya se estableció un decreto presidencial para que el 50% de los vehículos sean eléctricos para 2030. Otros países, como Noruega han proyectado que para 2025 la totalidad de los autos a la venta sean eléctricos.

“¿Vamos a tener la capacidad de transformar todos los autos eléctricos de manera inmediata o en un futuro cercano? Pues eso dependerá de cómo se lleve a cabo este proyecto nacional”, dijo Violeta R. Núñez.

Por su parte, Germán Carmona Paredes, Investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, comentó que si bien el litio en este momento es un componente importante para los vehículos eléctricos y existe un plan en Sonora ya para su explotación, la transición a electromovilidad no será de la noche a la mañana, sino que podría tardar no menos de 20 años.

“Yo lo que veo es que en un futuro próximo iremos paso a paso avanzando en la transición a la electro movilidad y empezando por las aplicaciones más importantes, desde el punto de vista de las que más contaminan, como es el transporte público”, sostuvo el investigador.

Además, para el académico de la UNAM no sólo se tiene que mirar la explotación sino el desarrollo de la tecnología para su aprovechamiento, puesto que el litio no sólo tiene aplicabilidad en los automotores, sino en las baterías para las energías renovables, como es la solar y la eólica, pero en México tampoco se ha desarrollado esa tecnología para su almacenamiento.

Este contenido fue producido con el apoyo del Institute for War And Peace Reporting y la mentoría de Animal Político, en el marco del programa Mexican Journalism Resilency