En junio de 2007, hace casi 15 años, el órgano de transparencia del estado –en ese entonces Comisión de Acceso a la Información de Puebla o CAIP para la banda periodística– sesionó para resolver una solicitud de información sobre las bitácoras de vuelo de las aeronaves del estado.

Por las fechas la solicitud se ingresó a finales del 2006 –el año del affaire Cacho-Marín que derivó en una crisis política en el estado– o principios del 2007.

Y partía, seguramente, de las sospechas de que en la defensa jurídica de Mario Marín, entonces gobernador de Puebla, se habían utilizado los helicópteros del estado para el ir y venir de Ricardo Velázquez quien en ese momento era la cabeza del aparato jurídico estatal.

La solicitud la presentó Selene Ríos Andraca, quien para ese momento reporteaba en el periódico Cambio, y ante la negativa del gobierno el caso llegó a la CAIP. La resolución del órgano garante no sorprendió a nadie.

Así lo escribí en el periódico La Jornada de Oriente en aquel año: “Una vez más el tema de los viajes del gobernador del estado de Puebla, Mario Marín Torres, saltó a la palestra de la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP), pero la respuesta ofrecida por el organismo encargado de la transparencia en la información gubernamental –pública y propiedad de los ciudadanos en tanto involucra dinero del erario– apostó por la opacidad antes que por la apertura de la información.»

“La sesión pública de ayer derivó en un intercambio de argumentos jurídicos, unos para justificar la opacidad decretada, a cargo de los comisionados Antonio Juárez y Samuel Rangel, y otros para apostar por el principio de transparencia, esgrimidos por la comisionada Josefina Buxadé, pero al final fue el mayoriteo aplastante lo que decidió tender un velo de opacidad sobre toda la información requerida”.

Recordemos el año: 2007.

Y desde entonces seguimos sin saber quiénes y cómo se usan las aeronaves del gobierno poblano, pues para la autoridad estatal hacer pública esa información “pone en riesgo la seguridad pública”.

Te explico: en noviembre del año pasado solicité a la Secretaría de Administración “copia de las bitácoras de vuelo de las aeronaves propiedad del gobierno del estado de los años 2004 a 2019”.

La actual administración decidió clasificar la información como reservada y negó el acceso, hablamos de los periodos de gobierno de Mario Marín, el morenovallato (Moreno Valle, Antonio Gali y Martha Erika Alonso), el gobierno del priista Guillermo Pacheco Pulido y unos cuantos meses de la administración de Luis Miguel Barbosa.

De las personas a cargo de las administraciones estatales del periodo que pedí conocer uno de ellos está en la cárcel (Marín), otro más parece retirado de la vida pública y política (Pacheco), y un tercero amaga con regresar de la mano de una de las corcholatas morenistas (Gali), el resto ya no vive.

Bueno, pues según la dependencia dar a conocer la información de las bitácoras de vuelos que se hicieron hace años (15 en el período más lejano, cuatro en el más cercano) “estaría poniendo en riesgo la vida, la seguridad o la salud de los servidores públicos que hacen uso oficial de los mismos”.

Y agrega: “De hacerse públicas las bitácoras de vuelo permitiría a grupos de la delincuencia organizada elaborar y trazar estrategias para intentar llevar a cabo la realización de acciones ilícitas en contra de los servidores públicos”.

Lo que sigue es una joyita de la opacidad gubernamental: “hacer de conocimiento público dicha información indudablemente representaría daños para aquellos que estuvieron a bordo de las mismas”.

¡Ah vaya! O sea, el daño se le puede hacer a personas que ya no viven o a personas que usaron esas aeronaves hace años.

Y sobre el caso hay reservas que se suman unas a otras. Es decir, en respuesta a mi solicitud me enviaron un acta de sesión del comité de Transparencia de la Secretaría de Administración de diciembre del año pasado, y ahí lo que se lee es que en los últimos años se han presentado varias solicitudes de información para conocer la información de los viajes gubernamentales.

Además de la reserva a la solicitud de Selene Ríos de 2007, y en 2014 el periódico Intolerancia publicó que a ellos también les habían reservado la información. En todos los casos la respuesta ha sido siempre la misma: opacidad. 

Ahora, ¿cuántos años se puede reservar la información? De acuerdo con la ley actual el plazo máximo es de cinco años con posibilidad de prorrogar por un periodo más, es decir diez años. De la ley vigente en 2007, cuando se resolvió en la CAIP la solicitud de Selene Ríos si mal no recuerdo eran siete años con prórroga, es decir 14 años. En cualquiera de los casos el periodo de tiempo máximo ya se cumplió en exceso.

Pero el gobierno actual quiere llevar la opacidad heredada en torno al uso de los vehículos aéreos oficiales hasta el 2027.

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Cacho vs Marín

En los últimos días Mario Marín regresó al escenario público (no sólo en este boletín, jejeje), o al menos se asomó, cuando la periodista Lydia Cacho nos contó desde su cuenta de Twitter que “lograron evitar que el ‘góber precioso’, Mario Marín, saliera libre del penal del Altiplano”.

En su hilo de twitter (que puede leer acá), la periodista, que hace 18 años fue detenida por policías poblanos y encarcelada en el penal de San Miguel por órdenes de Mario Marín a petición del empresario textilero Kamel Nacif, nos cuenta que como parte de la confrontación legal que tiene con el exgobernador ell y su equipo jurídico lograron demostrar que “junto con el pederasta Succar Kuri tenía el control de la cárcel de Cancún y se le abrió expediente por mala conducta”. Vaya con el Góber Precioso.

Cartón: El Fisgón

También cuenta que para buscar su salida, Marín recibió ayuda de un líder sindical quintanarroense ligado a la CTM que ya fue acusado por trata de personas con fines de explotación sexual (y excarcelado por ese delito hace unos meses).

Dice Lydia Cacho: “Santamaría Casanova (el cetemista de marras) metió carta como recurso para ofrecer trabajo a Mario Marin y solicitar su liberación. Santamaría es cercano a Kamel Nacif y fue parte de la red de operadores del Rey de la Mezclilla.”

El cetemista ofreció pagarle a Marín 30 mil pesos de iguala por sus servicios jurídicos, más 15 mil pesos mensuales como prestación para pago de vivienda. Marín y sus amigos.

De acuerdo con la periodista además de su denuncia que tiene hoy en la cárcel al priista, hay cinco averiguaciones previas más que arrastra tras de sí el exgobernador. En el documento que publica se lee que en cuatro de ellas la Fiscalía General de la República se declaró incompetente, pero que podrían ser retomadas.

El exgobernador y el conflicto que marcó políticamente su administración sigue dando de qué hablar a más de una década de que terminó su gobierno.

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Otras notas del lado oscuro:

La ministra Yasmín Esquivel plagió en su tesis de doctorado… La jueza del máximo tribunal de México obtuvo en 2009 el grado de doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac con un trabajo de titulación en el que plagió 209 de las 456 páginas. 

Cobraban gestores a migrantes en Hidalgo ‘moches’ para tramitar apoyos… En el Gobierno del priista Omar Fayad operaban “coyotes” o “gestores” que ofrecían “ayuda” a migrantes y sus familias para obtener los recursos del FOMIH, programa de asistencia social conformado por un padrón de 264 beneficiarios.

¿Qué hacer ante el abuso sexual en las escuelas?… ¿Qué hubiera pasado si el abuso sexual de la menor se hubiera investigado cuando se denunció?, ¿si las autoridades escolares no hubieran minimizado la situación?

Y un podcast: Los Papeles… Los papeles es una historia de políticos corruptos y periodistas pero también es una historia de amistades rotas, de confianzas quebrantadas y de traiciones. Con un ritmo que mezcla el thriller judicial y el periodístico, Los papeles detalla el sistema ideado por el español Partido Popular  para recibir donaciones ilegales y pagar sobresueldos a su cúpula directiva. 

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Cualquier comentario, sugerencia de tema o temas (tips de investigación) no dudes en escribirme a aroche@ladobe.com.mx. Me encantará tener una conversación contigo.

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