“Yo tengo temor” ven hazme el favor, baila reggeaton-ton-ton. Que no sales maquillado a la calle, que quisieras vacilar-lar, que te da miedo expresarte, chale, nadie te debe asustar

Sailorfag sale al escenario con una copa en la mano. A nadie sorprende que ya venga ebrio. Al menos no a sus fans, que hasta le piden directamente que suba videos a su canal de YouTube contando historias mientras toma y se pone borracho. 

Sailorfag es un influencer con más de un millón de seguidores en YouTube que lanzó en 2018 una canción que se volvería viral (Amiga date cuenta, con más de 11 millones de vistas hasta el momento), lo que dio paso a que el entonces estudiante de modas de la Universidad de Guadalajara, se mudara un tiempo después a la Ciudad de México para seguir haciendo música y hacer crecer su canal. 

Regularmente se refiere a sí mismo en masculino, aunque es una persona no binaria, es decir que no se identifica con ningún género y fluye entre ambos.

Todo es culpa de ese vato que por ti no da ni un peso, ay amiga ya no sufras, tú mereces más que eso

¿Qué hay de especial en Sailorfag? Sus características lo diferencian de otros y otras influencers de la misma talla por la manera en que se combinan: En estética, Sailorfag es gótico y otaku (fan del manga y anime japonés). Siempre usa botas de tacones o plataformas altas, acesorios como cadenas o chockers, minifaldas negras y luce un maquillaje espectacular con lipstick negro. Su música, en cambio, sorprende por ser reggaeton, rap y a veces electro pop. 

En el escenario, Sailorfag es un rockstar. No importa si se encorva por el alcohol, la diva, autoproclamada gótica culona, convocó prácticamente sin promoción a más de 100 fans que abarrotaron un bar LGBT+ casi clandestino en la ciudad de Puebla el viernes 3 de diciembre.

Foto: @esencia_d_vainilla.m y @luv.ba

Dicen ya viene, llegó la más mamona, la reina de la noche, la gótica culona. Cuidao hay que tener, no te vayas a enganchar, que lo único que busca, una presa que acechar

Cuando sucedió el boom de Sailorfag (cuyo nombre real es Mángel Caravantes), dio varias entrevistas a medios nacionales e internacionales que, generalmente, lo abordaban como un músico alternativo, queer, disidente sexual que denunciaba el machismo y la discriminación en sus letras, e incluso como feminista. 

Esto último le trajo fuertes críticas, la mayoría por parte de mujeres feministas, aunque él siempre aclaró que no era feminista (por el simple hecho de nacer como hombre) y que ese era un lugar que no iba a tomar por las mujeres, ya que sus letras eran sobre meras experiencias personales como persona no binaria y homosexual. 

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Después de eso ya no aparece en medios de comunicación, al menos no dando entrevistas. Ya sea porque “es muy tímido”, como dice su mánager, o porque no quiere volver a ese tipo de polémicas (en ninguna de sus redes ha opinado nunca sobre ningún tema controversial, ni siquiera cuando podría pensarse que le atraviesa personalmente), las razones se quedan en la mera especulación, pues tal cual, “Sailor no da entrevistas en vivo por el momento”, anuncia su mánager. 

Comentarios agresivos son mis aperitivos, mejor joto agredido que macho desabrido

A juzgar por las y los fans que se reunieron en Puebla para verle, su público meta son principalmente centennials que, al menos para el evento, se han puesto la ropa que más se acerque a la estética de Sailorfag. Entre canción y canción él saluda a las personas más cercanas al escenario, y se toma selfies con ellas. 

En medio de alguna canción un anillo grueso (seguramente con la forma de cráneo, como los que se aprecian en sus videos), se le zafa y cae al piso, y él hace un gesto con la mirada y las manos que dicen “levántenlo, les doy algo de mí”, y los fans esperan unos minutos a ver si no se arrepiente, hasta que alguien decide tomarlo.  

Las personas corean sus canciones, gritan que le aman. Sailorfag les ama de vuelta, dice. 

Inventadas y modernas, inventadas y modernas. No le temas a la gente que aquí todes te aceptan. ¿Qué pedo con la raza que se siente agredida? Wey, si tanto te molesta, por allá está la salida

Aún sin manifestarse sobre temas de discriminación, y sin incluirlos en sus nuevas canciones (después de dos discos ha sacado apenas dos sencillos más en 2020 y 2021 respectivamente, que hablan meramente de lo que podriamos decir que es “la actitud Sailorfafg”: el placer del perreo y sentirse muy perra y seductora), la sola existencia de su figura pública tiene repercución en el colectivo LGBT+.

“Eres una inspiración para ser yo mismo(a)”, es un comentario recurrente en sus videos y en los correos que le mandan sus fans contando sus tragedias para que haga videos leyéndolas, y a veces hasta para que les dé consejos de amor. 

Caliente y peligrosa, diablita bellacosa. Me dicen friki-friki pero saben que soy picky, ‘toy bien riqui, la diablita caprichosa, más espinas que una rosa

Durante todo el concierto, Sailorfag fue alternando entre tomar alcohol y tomar agua. Cada vez más errática en sus movimientos, la diosa friki, amante de Sailor Moon (el anime de los 90 sobre chicas mágicas que luchan por el amor y la amistad), cerró la noche entre gritos emocionados.

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Puebla fue (tal vez) su última presentación el  año pasado, después de estar en ciudades como Hermosillo (de donde es originario), Cancún, Querétaro, entre otras. Es difícil seguirle el rastro en ese sentido, pues tuvieron muy poca difusión.

La experiencia de verle es, sin duda, lo que podría decirse alternativo: invita a vestir como quieras sin que importe lo que digan las y los demás y, de paso, también a sobrellevar las desgracias perreando sin pena. 

Pa perrear llorando (sacúdelo, sacúdelo). Llegar hasta abajo (es mi medicina). Apenas así (genero serotonina)

Puedes seguir el canal de Sailorfag aquí, y en este otro canal sus videos musicales.

*Foto de portada: sailorfag.com