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Covax, esperanza del Sur ante la COVID, quedó a mitad de camino
Por IPS Noticias @
16 de enero, 2022
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Humberto Márquez

La iniciativa Covax, esperanza de los países del Sur para inmunizar contra la COVID-19 a sus poblaciones, solo cubrió la mitad de sus metas en 2021, y al despuntar 2022, mientras progresa la variante ómicron del virus, aún depende de las decisiones de las farmacéuticas y de la buena voluntad de gobiernos donantes.

José Manuel Durão Barroso, presidente de la alianza de vacunas Gavi, uno de las entidades que dirigen la iniciativa Covax, advirtió de entrada que “mientras una gran parte de la población mundial no esté vacunada, seguirán apareciendo variantes y la pandemia continuará prolongándose”.

“Solo evitaremos que surjan variantes si somos capaces de proteger a toda la población mundial, no solo a las partes ricas”, agregó Durão Barroso, ex primer ministro de Portugal (2002-2004) y expresidente de la Comisión Europea (2004-2014), en una entrevista por correo electrónico con IPS.

Covax, fondo de acceso global para vacunas COVID-19, establecido en abril de 2020 como una alianza de Estados, multilaterales y fundaciones privadas, ya en octubre de ese año reunía a 184 países y se propuso obtener y distribuir equitativamente en los países del Sur centenares de millones de vacunas contra la enfermedad.

Según su plan, un grupo de países se autofinancia y paga por las vacunas que le envía Covax, y otro, los más pobres, deben recibir las inmunizaciones de modo gratuito.

Poco después de que las primeras vacunas se aplicaron en países del Norte, a finales de 2020, un esperanzador primer cargamento de 600 000 dosis de la vacuna británica Oxford-AstraZeneca arribó al aeropuerto de Accra, en Ghana, el primer país beneficiario del mecanismo Covax, el 24 de febrero de 2021.

Se iniciaba el plan de distribuir y aplicar, en más de un centenar de países, dos millones de dosis a lo largo de 2021, para asegurar una equitativa inmunización de 40 % de la población mundial, y luego alcanzar a 70% en el primer semestre de 2022, cifras con las cuales la pandemia debería desinflarse.

Pero el desastre aguardaba a la vuelta de la esquina. India sufrió una ola repentina y devastadora de contagios de COVID-19, y el superpoblado país detuvo la exportación de vacunas. Y Serum Institute of India (SII), el mayor fabricante mundial de vacunas, era la cantera de la que preveía aprovisionarse el mecanismo Gavi-Covax.

Mientras países de altos ingresos como Estados Unidos, Canadá, los europeos o Israel adquirían de las trasnacionales farmacéuticas grandes cantidades de vacunas, a veces en demasía en relación con sus poblaciones, era lógico que Covax buscase aprovisionarse en el indio SII, donde además las dosis eran más baratas.

Una dosis elaborada por el SII pudo costar tres dólares, y en una farmacéutica occidental 50 % o 100 % más.

Así, mientras sus destinatarios en el Sur aguardaban vacunas bajo gran presión de sus poblaciones, Covax debió anunciar que habría retrasos en abril y mayo, y los hubo en los meses siguientes, lo que colocó a muchos países en una incierta e impotente espera mientras las variantes del virus hacían estragos.

Al despuntar este enero los casos de infectados superaron los 300 millones en todo el mundo y las muertes 5,5 millones, con dos poblados países del Sur, India y Brasil, como castigados escoltas del país numéricamente más afectado, Estados Unidos.

Covax, en vez de dos millones de dosis, colocó a lo largo de 2021 menos de la mitad, 900 millones, y hasta noviembre menos de 600 millones, lo que compensó a base de donaciones agregando en diciembre 310 millones de dosis.

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*Foto de portada: Entrega de jeringas para la campaña de vacunación en El Salvador. Los países latinoamericanos avanzaron en la inmunización de su población en parte con la negociación directa de sus gobiernos con empresas proveedoras y en parte por la cooperación internacional. / Foto: OPS

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