Lado B
Enviado el 26/10/2021 Resistencia al cambio
Por Lado B @ladobemx
26 de octubre, 2021
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Buen día, querida #ComunidadLADOB

 

 

El meteorito más grande que ha caído en territorio mexicano es conocido como el meteorito de Bacubirito, nombre de la localidad en la que fue encontrado. Durante años estuvo colocado en la explanada frontal del Centro de Ciencias de Sinaloa (CCS), inaugurado en 1992, hasta que el gobierno estatal decidió remodelar aquel recinto en 2018. Una de las acciones fue construir, en parte de ese mismo terreno, el Museo Materia (MM), diseñado por el arquitecto mexicano Alberto Kalach, con un costo de 250 millones de pesos e inaugurado en enero de 2020. Ahora el meteorito de Bacubirito se encuentra en el interior de este recinto, una propuesta en sintonía con los museos de ciencia más conocidos del mundo, buscando un diálogo interdisciplinario en el que se encuentran las ciencias y las artes.

Este nuevo espacio ha desatado una serie de protestas por parte de trabajadores sindicalizados del CCS, que en las últimas semanas se han manifestado en las calles de Culiacán. Pero el problema de meter varios reclamos en una misma demanda es que los pone fuera de contexto, algo similar a lo que ocurre con los problemas actuales entre grupos de científicos con el Conacyt. Trataré de desmenuzar el asunto.

La remodelación total del espacio del CCS aún no concluye, por lo que varios de sus funcionarios trabajan en espacios precarios. Además de reclamar por oficinas que dignifiquen sus labores, se menciona que hay pagos de prestaciones pendientes. Si bien el gobierno saliente ha prometido pagar los adeudos, lo cual espero que suceda a la brevedad, aún no se sabe si los espacios de trabajo estarán listos pronto. Por otro lado, con el próximo cambio de administración, que se espera se lleve a cabo esta semana, seguramente habrá recortes, lo cual tampoco les tiene muy contentos. Hasta aquí sus protestas, pacíficas, me parecen razonables.

Sin embargo, también se reclama que el MM “no cumple con las funciones de un auténtico centro de divulgación”; alegan que el CCS original contaba con 10 laboratorios, los cuales han sido desmantelados, entre estos el Laboratorio de Ciencias de la Vida, Química, Biotecnología, Procesos Industriales, Mecánica, etcétera. En este proceso, a decir del representante de los sindicalizados, se ha perdido bastante equipo. Pero lo que provoca mayor indignación entre sus filas, dice el representante, son las nuevas perspectivas dentro de la divulgación que el MM tiene como oferta para el público. Debido a su línea multidisciplinaria, el MM busca abordar el cruce entre las ciencias, artes, tecnología y sociedad, por lo que se incluyen espacios para exhibiciones artísticas y actividades interactivas, incluyendo un área STEAM (el ya conocido acrónimo en inglés para ciencia, tecnología, artes y matemáticas) con todo y laboratorio para impresión 3D. Una propuesta en particular es objeto de encono: la inclusión de un espacio dedicado a la tecnología detrás de la moda. Una pancarta en la protesta rezaba: “Arte y moda no son ciencia”. Esta falacia y postura anacrónica resume muy bien el pensamiento del grueso del gremio de divulgadores mexicanos, reacios a aceptar que sus modelos de enseñanza, enraizados en el llamado “déficit de conocimiento científico”, han sido rebasados desde hace mucho tiempo.

 

 

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