Terminar una amistad es, creo, hasta más doloroso que cortar con una pareja sentimental. Duele mucho y el duelo es confuso porque no lo tenemos definido así. Creemos que la pelea es temporal, que es nuestra culpa, que algo hicimos mal. Pero la verdad es que muchas veces no es así (a menos, claro, que todo parta de una pelea). Muchas veces simplemente aparece una grieta que indica el inicio de la separación. Una grieta que no vemos, o que no queremos ver, que hace que empecemos a alejarnos.
Pensé mucho en escribir este texto pero también decidí que es importante porque de esto casi no se habla. No espero que esto resuelva dudas o sea la cura al dolor que significa cortar con una amiga, pero sí enviar un apapacho virtual a quienes estén pasando o hayan pasado por esto, y hacerles saber que esto también es un duelo, que es normal que duela ( y un chingo), pero que esto también pasará.
Del cortar con amigas nadie habla. Cortar con el novio, un clásico. Pero, ¿qué hacer cuando una amiga nos abre, nos deja de hablar, o empieza a portarse grosera y no sabemos por qué?
Estoy muy consciente que cuando hay una separación es porque ambas partes tienen algún problema, seguramente hay tensión e inconformidades. Lo que quiero decir con esto es que no se trata de que “mi amiga se volvió loca y me odia”, más bien pasa que “mi amiga se volvió otra persona y ya no quepo en su vida”. |