Lado B
Una necia canción de humor llamada Miguel ElMéndez
Por Juan Daniel Flores @
09 de agosto, 2021
Comparte

Miguel, hablando de tu generación, del tiempo en que naciste y has crecido, entre la vieja escuela y un mundo que cambio muy rápido ¿qué elementos crees que han reconfigurado tu identidad sociocultural como músico?

Como resultado de haber vivido una niñez- adolescencia diferente a lo que vemos hoy día, estoy tratando de abordar la realidad de estos nuevos tiempos, con las mismas herramientas y posicionamiento con los que hemos estado viviendo durante toda nuestra vida, pero a veces pienso que nos topamos con paredes, por llamarles de algún modo, que me parecen ridículas. 

Trata uno de enfrentar como ciudadano y como músico toda esta situación con la firme convicción de que todo esto que estamos viviendo “va a pasar”, de que uno se va a morir en la raya haciendo tu trabajo, retratando las vivencias sociales en las canciones cueste lo que cueste. Pero te topas con la realidad de que mucha gente,  en su mayoría jóvenes, toman algunas de mis canciones como algo agresivo. En mi caso, que hago canción de humor, me han llegado a decir: “oye, ¿no crees que esa canción es un poco sexista?”; les respondo: “simplemente refleja una realidad”, por ejemplo, la de un microbusero queriendo conquistar mañosamente a una muchacha y que ella termine por volarle la cartera. Retrato esa cotidianidad. 

Sin embargo, hay muchas personas que ven esas melodías donde intento retratar la realidad como agresiva, sexista, misógina. Tomando en cuenta esos puntos de vista, en este momento de mi vida estoy tratando de deshebrar, diseccionar o de entender esa forma de vida para seguir haciendo mi trabajo, y recrear una nueva lectura introspectiva de lo que hago para proyectarlo a los más jóvenes con la misma autenticidad, de los más de 20 años de esfuerzo y labor creativa que llevo como músico. 

A la par pienso que no debo de rendirme ante las exigencias del mundo actual que puedan restarle honestidad y estilo a lo que creo, porque sería como traicionarme. Pero considero que debo comenzar a tener una nueva expresión en mi arte, en mi concepción artística del mundo, para que la gente continúe entendiendo y queriendo escuchar mi propuesta. Sobre todo ahora, porque artísticamente nos enfrentamos a una realidad muy difícil en el plano material y emocional. Al igual que muchos, he tenido que realizar cosas alejadas del mundo artístico para pagar lo básico de la vida cotidiana, cosas necesarias, simplemente para sobrevivir.

Como músico y en tu experiencia como ex trabajador de la Fonoteca del Estado ¿Cómo defines la realidad musical actual?

Pienso que afortunadamente la escena musical a nivel nacional se está reconfigurando. La gente que estaba dedicada a un solo género se ha inmiscuido en otros, abordando diferentes puntos de vista musicales, tratando de hacer una especie de fusión. Aunque en lo local, pienso que hace falta un poco de esa reconfiguración que se está dando a nivel nacional. Hay grupos que están haciendo algo de folk y hacen que tenga cabida el rock, por ejemplo, con sonidos más tradicionales como el son. Lo interesante es que se nota investigación y una preocupación por elaborar música atractiva para aquellos que consumen música. 

También puedes leer: Enrique Cordero Díaz, un mecanismo activo, un parteaguas, fuerza motriz, un hombre

Justo respecto a esto que menciono, recuerdo un caso: Rockercoatl. Él es un músico que continúa con esta labor de enseñar náhuatl a través del rock. Hay quien trata de darle un nuevo matiz a su estilo de hacer música y otros que están retomando otras corrientes musicales diferentes a la que siempre han tocado.

En lo particular, gracias a que estuve un rato en la burocracia cultural, tuve interacción con diferentes grupos musicales, conocí a diferentes creadores de diferentes géneros distintos al estilo donde yo inicié como músico, la trova. Eso me hizo conocer otros sonidos. Diferenciar, por ejemplo, la creación de un sonidero respecto a un cumbiambero, donde existen raíces soneras-africanas.

Actualmente solo estoy produciendo. Puse mi estudio de grabación. Si alguien me pide una asesoría para realizar una producción musical, le presento toda esa gama musical en la que puede encajar. Han salido cosas interesantes. Recientemente hice una grabación para unos soneros de Guerrero, Son de Tarima, y esa relación entre el arpa y las jaranas, se la aplique también a un proyecto que me llegó de un veracruzano, Sergio Díaz, que hace algo así como trova. Pero al trabajarlo en la producción, y tener él obviamente metido ciertos compases en su guitarra, se pudo realizar una combinación creativa que al final salió bastante interesante.  

De esta manera, al darse esta reconfiguración, la gente tarde o temprano se va a cansar de estar en una constante estridencia, el oído se va a cansar y  la gente va a buscar alternativas, entonces les acogerá muy bien. 

Foto: ElMéndez

Ahora que mencionas la palabra trova ¿aún existe?

Esta es una discusión que he tenido con muchos de mis amigos, porque siempre he sostenido que la trova ya no existe. Los trovadores ya no existen. 

La trova como movimiento tuvo su tiempo y luego una decadencia hasta el punto en que ha desaparecido. Muchos de esos amigos que hacen trova me dicen que no, que la trova sigue. Por ejemplo, una vez conversando con mi querido Armando Chacha, me decía que la trova existe, los que no existen son los que hacen trova. Pienso que la trova como proceso creativo ya no existe. Obviamente quedan reminiscencias y en el colectivo musical quedan enfoques, puntos muy arraigados de los cuales se agarran muchos principiantes para decir que están haciendo trova, ya sea porque escuchan “Ojalá”, “Ten miedo de mí” o porque escuchan «Cantares» a las 5 en Radio BUAP. Pero en sí la trova ya no existe, aunque de ninguna manera esto es algo para entristecerse.  

A los que estamos en la composición o producción musical, lo que nos queda es tomar aquellas fuentes de donde abrevamos inicialmente, procesarlo y dar un nuevo fruto musical. Esto actualmente es una responsabilidad necesaria.

¿De qué manera han determinado las interacciones socioculturales tu caminar como músico en estos más de 20 años de carrera musical?

Primeramente, cuando se ha dado el caso en que no hay espacios públicos para exponer mi música, he tratado de resolver creando una propuesta o proyecto artístico muy personal para solventar esa carencia. Como ciudadano busco transformar esas carencias. Por ejemplo, en un jardín privado que funja como un espacio cultural. Algo que ya se había dado en la ciudad de Río Blanco, donde se hicieron varios jardines culturales que eran patios de casas y que, después de hacerlo aquí, muchos de esos invitados lo reprodujeron en la Ciudad de México. De esa manera he dado respuesta a la carencia de apoyos.

También tomaría la experiencia de haber trabajado en la Fonoteca del Estado. Primero para una asociación civil que se dedica al rescate del patrimonio inmaterial, por ese medio fui invitado a realizar el rescate sonoro de varios discos de la fonoteca. Después ya trabajé directamente para el Gobierno del Estado. Trabajar en la fonoteca me marcó mucho. La sociedad no valora para nada el patrimonio intangible, las expresiones orales, los sonidos más presentes y vivos en la naturaleza, la música.  Eso me marcó mucho el hecho del deber preservar todo aquello valioso que no podemos tocar, pero que sí podemos escuchar.

Esto lo vinculo al hecho de “hacer canción”, la cual, desde mi punto de vista, debe retratar lo mejor posible el momento que está transcurriendo. Por ejemplo, si vas a hacer una canción, debe tener ciertos rasgos que retraten el momento o el contexto de esa historia que cuentas. Si hablamos de una canción de amor, que en alguna parte de ese texto haya un rasgo distintivo de la ciudad, algo que capte un momento exacto de la historia de la ciudad. Eso le va a dar un plus a la creación. No vas a hablar solamente de la situación amorosa de dos chavitos, si no de que estaban situados, por ejemplo, en el momento en que ocurría una marcha feminista y que rompieron un cristal y a ellos les valió gorro y se siguieron abrazando. Ahí ya hay todo un marco referencial.     

Una necia canción de humor llamada Miguel ElMéndez

Foto: ElMéndez

¿Qué obstáculos has enfrentado en tu creación artística en estos años y qué aspectos sociales o culturales son representativos de tu labor?

Tiene que ver con la estridencia que mencionaste y que no necesariamente es musical, sino del ambiente dominante donde uno llega a tocar como músico.

Por ejemplo, si llegas a donde incluso la gente pagó por verte, pero el lugar tiene tres o cuatro pantallas instaladas que, aunque están en silencio, pasan el partido de futbol, ese es un enemigo a vencer. Es falta de respeto por el trabajo del músico. Incluso por aquellos que se nombran a si mismos como difusores del arte. 

Digo, no estamos buscando que nos pongan veladoras y que todos estén en silencio. Pero sí se pide que todos aquellos que están tratando de abrir un negocio a una oferta cultural o musical, tengan el conocimiento básico de cómo hacer un evento para darle realce a su lugar y a quien van a presentar, y que esa inversión que realizan, no solo se base en lo económico sino en el impacto social. Creo que ese es el mayor obstáculo del artista. Incluso las instituciones culturales no tienen esa capacidad de ver a un evento musical como un evento cultural, sino que lo ven como un evento para llenar datos, estadísticas, justificar gastos, pero no se involucran. No tienen interés en que ese evento tenga un adecuado impacto social.

Hablando de lo representativo, procuro captar la belleza o la importancia de la cotidianidad, del momento histórico también porque no estamos seguros de que esta cotidianidad sea la cotidianidad de los años siguientes y ese momento, por más efímero o cotidiano que pueda ser, tiene identidad propia que involucra a un microbusero o a dos enamorados, del patrón con la sirvienta. El punto en la canción es no solamente mostrar un lienzo plano, en el caso de la canción de humor es  hablar también de algo que dolía o  que no es correcto, o también, si es una canción de amor, hablar de que ése amor esta rodeado de un mundo de violencia. 

Me cuesta mucho hacer mis canciones. De hecho llevo ya un buen rato en un bache creativo. El objetivo último que persigo en mis canciones es que cumplan con todos mis requisitos personales, poderla interpretar, actuarla incluso, ya que no sólo las canto. Cuando entra mi canción en la cabeza de otra persona me sorprendo de las reacciones y de la consecuencia que mi canción tiene en el público. Alguna vez he hecho una canción que habla de una decepción amorosa y ha habido gente que piensa que hablo de un familiar muerto. Ahí lo que me queda decir es “que bueno que te gusto, ojalá que eso que te movió lo puedas seguir compartiendo con otros…” Pero jamás digo que no la hice por la razón que pensaron. Aunque me da mucha satisfacción terminar una canción. Aunque no se si el que la interpreten como ellos quieran me vaya a convenir o no.    

Para ir concluyendo, si hicieras un pachangón de pachangones por tu cumpleaños o por el fin de la pandemia, ¿con que músicos vivos o difuntos harías la tocada?

Primero que nada, con José Alfredo Jiménez, Chava Flores, John Lennon, Daniel Santos, me gustaría mucho, aunque no tengo un nombre, algún juglar de la Edad Media. Y por último, creo que Angélica Chain, jajaja, no sé si cante o no, pero digo si ya vamos a estar todos borrachos y encuerados. 

Si hablamos de los grandes músicos de casa, de los locales, seria Carlos Arellano, que aparte de ser un gran amigo, es un músico que admiro. Carlos Carreira, mi amigo Carlos Monfil que hace música para niños, el Juan Morales pero si se pudiera ver en una etapa específica, cuando formaba parte de los “Patita de Perro” y el último, por el mucho cariño que le tengo y porque desafortunadamente ya no esta entre nosotros a causa del COVID, es el gran Lalo Bermúdez.       

Miguel, ahora que hablas de grandes músicos, vivos y no, recordamos a grandes no sólo por su música sino por su todo lo que significó su personalidad, a ti ¿Cómo te gustaría ser recordado?

Pues no lo había yo pensado, pero las únicas personas que me gustaría que me recordaran como una persona testaruda, necia, siempre buscando que ellos hagan lo adecuado, son mis hijos. Podríamos apelar en este momento a la falsa modestia y decir que no me importa que los demás me recuerden, jaja, pero en el hipotético caso, me gustaría que me recuerden como el músico que los hizo entrar en otro estado de ánimo. Que cuando llegaron a escuchar algo que no sabían ni que era, entraron con un humor malo y salieron con otra actitud, salieron con una sonrisa, salieron diferentes de cómo entraron a ese lugar. Que me recuerden como “…este cuate que me hizo ver algo que no había visto antes”.

 

*Foto de portada: ElMéndez

Comparte
Autor Lado B
Juan Daniel Flores
Egresado de la BUAP-ITESM, estudiante de sociología, produzco las cápsulas radiofónicas "Espiral Urbana" para Radio BUAP, colaboro con LADO B con entrevistas socioculturales "¿De que lado masca la Iguana?", colaboro con la columna de opinión "Espiral Urbana" para Los Periodistas y soy creador de "Criticas Vitales" Cine, Literacidad y Sociología para espacios culturales y escolares.
Suscripcion