Hablemos de las canas. Sí, esos pelos blancos que, al menos a algunas, nos conflictúan, o nos incomodan porque, ¿por qué? Es decir, siento que todas tenemos al menos una respuesta, pero tengo la impresión de que en el fondo está el mandato de género, la exigencia de la eterna juventud.
Y por qué queremos seguir siendo jóvenes si crecer es tan, cómo definirlo, ¿retador?, ¿interesante? Quizás lo que digo no tiene sentido para muchas, pero al menos en mi experiencia crecer es chido. Aprendes muchas cosas, pero no sólo me refiero a conocimientos y habilidades, sino a cosas más profundas de ti, de la vida, de tus relaciones, de tu cuerpo.
Ah, el cuerpo. El cuerpo cambia, de manera diferente para cada una, pero cambia. Y parte de esos cambios se reflejan en el cabello, con el nacimiento de las canas, y entonces comienza la batalla por la identidad. ¿Quién quiero ser? Porque de fondo cada una debería elegir de manera libre lo que chingadamadre quiera hacer con su cuerpo y cada pelo que hay en él, incluyendo los que cubren nuestra cabeza, por supuesto. |