Lado B
Grupo Pro Niñez protege los derechos de menores en Ceresos
Ana Acevedo, del Grupo Pro Niñez, nos cuenta sobre la organización y los problemas que han surgido con las autoridades al momento de llevar víveres a menores que actualmente viven en el Cereso San Miguel con sus madres
Por Allison Madrid Perry @allison_madrid
07 de julio, 2021
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Hay al menos 20 bebés en el Cereso de San Miguel, de entre una semana de nacidos y hasta tres años de edad; viven ahí con sus madres reclusas, quienes poco pueden hacer para garantizar su salud y alimentación. Es bajo estas circunstancias que el Grupo Pro Niñez interviene donando víveres como pañales, leche y medicinas.

Tras cinco años de trabajo ininterrumpido mediante visitas mensuales que forman parte de su programa #demosESPERANZA, la organización ahora denuncia que la actual gubernatura le ha negado el acceso al Cereso a sus integrantes y personas voluntarias en dos ocasiones, supuestamente bajo el pretexto de cambios de puesto y exigencias de información que ya ha sido proporcionada en el pasado.

Por el derecho al juego y #demosESPERANZA

La organización Grupo Pro Niñez se fundó en 2005, en Puebla, y su objetivo es la promoción del derecho al juego a través de una red de ludotecas (salas de juego y aprendizaje para infantes) a nivel nacional.  

Este proyecto está basado en la metodología del juego libre y las actividades lúdicas como herramientas para desarrollar habilidades socio-emocionales en niñas y niños. Para lograr esto el Grupo Pro Niñez ha instalado más de 250 ludotecas a nivel nacional y diez a nivel estatal, en casas hogar, centros de desarrollo comunitarios, hospitales y también en Centros de reinserción social (Ceresos).

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“En el año 2015 llegamos a trabajar al Cereso de San Miguel y nos dimos cuenta de que había una población que no estaba siendo atendida: los niños [y niñas] que viven al lado de su mamá de cero a tres años, e instalamos una ludoteca para los niños [y niñas]”, informó Ana Acevedo, co-fundadora de la organización.

Foto: Grupo Pro NIñez, A.C. | Facebook

Sin embargo, el proyecto no se queda ahí, ya que, en su interés por no ser un programa asistencialista, no solo dan kits de higiene personal y alimentos a menores, también se facilita la entrada de una pediatra, medicamentos, talleres para las madres y pláticas en temas que van desde desarrollo personal, tanatología, danza, hasta formación de ludotecas.  

Cumplidos los tres años, las y los infantes salen al cuidado de un familiar mientras esperan que sus madres cumplan la sentencia; esto también es contemplado por la organización, pues ofrecen terapia de desapego a las reclusas para sobrellevar el duelo de estar separadas de sus hijos e hijas.

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Hoy en día, el programa ha crecido tanto que no solo atiende a infantes dentro del Cereso sino también a quienes ya salieron (de cuatro a 12 años) —en días especiales como el Día de Reyes o Día del Niño— y están esperando la salida de sus madres; también se atiende a mujeres con problemas de salud mental y a mujeres de la tercera edad reclusas en el Cereso.  

“Ellas viven en condiciones de pobreza. La verdad es que para una mujer y para un niño [o niña] es difícil vivir [en el Cereso]. Los niños [y niñas] están en las celdas, [donde] puede haber trece mujeres y a lo mejor (…) dos niños. El espacio que tienen para dormir es una cama individual donde guardan toda su ropa, comida y juguetes (…) tenemos muchos problemas [de menores con dermatitis] porque sus colchonetas están sucias, llenas de bichos”, contó Acevedo. 

Problemas con las autoridades

De acuerdo con la organización, poco le ha importado a las autoridades que Grupo Pro Niñez lleve cinco años llevando víveres al Cereso, cuando las mujeres, y en especial las y los niños, dependen de estos para su bienestar, ya que en dos ocasiones se les ha negado el acceso sin previo aviso y sin ninguna explicación concreta.

La semana pasada, tras horas de manifestarse pacíficamente afuera de Casa Aguayo con la consigna “Los niños del Cereso de San Miguel NO están presos”, integrantes de la organización (incluida Acevedo) fueron recibidos en la Secretaría de Seguridad Pública por el secretario de la institución, Rogelio López Maya, y la titular de la Secretaría de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral, con quienes llegaron a nuevos acuerdos.

Dentro de estos acuerdos se encuentra: la autorización de la entrega de los víveres correspondientes a los dos meses en los que les fue negado el acceso; el nombramiento de Alfredo Vargas Quintanilla, subsecretario de Centros Penitenciarios, como enlace oficial encargado de todos los asuntos relacionados a la organización y el programa #demosESPERANZA; y la promesa de la firma de un Convenio de Colaboración, mismo que se ha solicitado desde hace tres años y que no ha llegado a formalizarse. 

Para Acevedo ya no es sorprendente que estos aplazamientos sucedan y comentó: “No es la primera vez que tenemos mesas de diálogo, por eso estamos pidiendo que ya se institucionalice [el acuerdo con autoridades], para que la firma del convenio y el acuerdo se haga con la Secretaría [de Seguridad Pública] y no importa que cambien de [titular]”. 

El enlace de comunicación de Gobernación Estatal confirmó a LADO B la existencia del diálogo y los acuerdos, aunque al cierre de edición no proporcionaron documentos probatorios.

A pesar de los tratos informales a los que han estado sujetos por parte de las autoridades, tanto Acevedo como la organización, están dispuestos a mantenerse esperanzados a que esta vez sí se cumplirá lo acordado para poder seguir llevando a cabo su labor en conjunto con el Cereso de San Miguel.

 

*Foto de portada:

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Autor Lado B
Allison Madrid Perry
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