Ser despedido de tu trabajo de manera injusta es uno de esos golpes de la vida adulta que cuesta trabajo asimilar. No es tan grave como la muerte de un familiar o amigo cercano por supuesto, pero duele e incluso se guarda una especie de luto por un tiempo. A veces, según las circunstancias, hasta resulta traumático. Aunque se llega a superarlo, tampoco es tan intrascendente como para dejarlo atrás en unos días y olvidarlo. Sea como sea, volver a empezar cuesta, más en esta época.
Esto lo menciono por la cantidad de despedidos del programa Cátedras Conacyt, que desde 2019 alcanzan la cifra de 425, al parecer en su mayoría por motivos injustificados y medios coercitivos. En un comunicado público del llamado Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras de Investigación de Cátedras Conacyt (SIINTRACATEDRAS), se menciona la urgencia de firmar un contrato colectivo de trabajo para evitar esta clase de situaciones, explican:
“Según información proporcionada por el mismo CONACyT a través del INAI, los despidos de catedráticas y catedráticos han aumentado considerablemente durante la actual administración, alcanzando un incremento de 633% entre 2018 y 2019. La mayoría de estos despidos se relaciona con el uso punitivo de las evaluaciones, ya sea las realizadas por el propio CONACyT o por el ingreso y permanencia al Sistema Nacional de Investigadores. La mayoría de las personas despedidas por estas causales son mujeres.”
Estas son algunas notas de ciencia que me gustaría compartir con ustedes.