“Definitivamente este proyecto se tiene que largar de acá. Porque además ya se bañó de sangre, y aún así siguen queriéndolo impulsar”. Las palabras de Teresa Castellanos, habitante de Huexca, Morelos, y defensora del territorio, son claras y fuertes: la termoeléctrica de Huexca, parte del Proyecto Integral Morelos (PIM), sólo ha traído cosas malas: daños ambientales, división de la comunidad, represión y muerte. 

El 20 de febrero de 2019, hace dos años, Samir Flores, comunicador de la radio comunitaria de Amilcingo, Morelos, fue asesinado en la puerta de su casa, justo dos días antes de que el gobierno federal hiciera una consulta popular para definir el destino de la termoeléctrica. A la fecha, no se sabe quiénes fueron los asesinos de Samir y no hay justicia; esto, pese a que en septiembre del 2020 el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, dijo en entrevista que el Fiscal de la entidad sabe quiénes mataron al comunicador comunitario, pero que tenía miedo de revelar sus identidades.

El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos-Puebla-Tlaxcala (Fpdta) convocó a una jornada de tres días de actividades virtuales y presenciales —con todas las medidas de seguridad e higiene— en memoria de Samir, y para seguir articulando la defensa del territorio, del 19 al 21 de febrero. 

El viernes 19 se hizo una manifestación en Cuernavaca; el sábado 20 una misa y ceremonia en Amilcingo, y el domingo 21 se realizó el “Encuentro  nacional e internacional por la vida, la defensa del agua, contra el coronavirus y contra los megaproyectos en Huexca”. 

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Ese último evento se hizo en el plantón de Huexca, al que asistieron cerca de 150 personas, representando a más de 25 organizaciones nacionales e internacionales, todas sumándose a la defensa de la vida y a la lucha por el territorio.

CFE inició con pruebas

Foto: Aranzazú Ayala Martínez

Al entrar a Huexca, lo primero que se ve es la gigantesca termoeléctrica: torres, cables, alambre de púas, y un zumbido potente que emana del complejo resguardado por un muro gris. Frente a la entrada principal de la termoeléctrica están las lonas y mesas instaladas por el Fpdta para el plantón, en el mismo lugar donde se reunieron para honrar la memoria de Samir Flores y reiterar el rechazo al PIM. El plantón se mantiene vivo por los integrantes del Frente, que se van rotando para estar a diario desde las nueve de la mañana y al menos hasta las seis de la tarde: a veces son sólo dos personas, a veces 30, pero el lugar nunca se queda abandonado.

De espaldas a la termoeléctrica, Tere hace un recuento de lo que ha pasado durante los últimos meses, desde el 12 de diciembre del 2020 cuando se instaló el plantón. Aunque, en teoría, la central de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) todavía no funciona, hace poco el personal estuvo haciendo pruebas. 

A principios de año, los habitantes de Huexca escucharon el fuerte ruido que hace la termoeléctrica cuando trabaja, y vieron cómo entraban pipas y pipas de agua al complejo. Tere cuestiona el que hayan llevado agua limpia (la cual sacaron de un balneario cercano, de acuerdo con lo documentado por el Fpdta), porque se supone que la termoeléctrica trabajaría sólo con aguas residuales.  

Desde el plantón han visto cómo la Guardia Nacional entra a las instalaciones de la CFE; al menos 150 elementos han estado dentro de la termoeléctrica y tienen vigilancia permanente, tomando fotos y videos de los defensores del territorio y del agua. 

El PIM, en la incertidumbre

Actualmente, hay al menos ocho amparos que paran temporalmente el funcionamiento del PIM, tres de los cuales fueron impulsados por las comunidades poblanas de Zacatepec, Calpan y Atzala. Estos tres recursos legales están aún en la etapa de desahogo de pruebas, por lo que la obra no puede echarse a andar hasta que haya una resolución.

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El gobierno federal anunció en 2020 que el PIM estaría en marcha a finales de año, pero hasta ahora sigue parado. Los integrantes del Fpdta no saben con certeza qué va a pasar, pero de lo que sí están seguros es que seguirán resistiendo. Desde 2012 han denunciado y evidenciado los problemas que traería la obra; en el caso de Puebla, el Gasoducto Morelos atravesaría zona de alto riesgo volcánico y alta incidencia de robo de hidrocarburos.

Pese a la incertidumbre, hay algo que las comunidades tienen muy claro: la lucha y la unión. En palabras de Tere Castellanos, todas las personas que integran el Fpdta son una sola familia. “Y esta familia no se rompe por más tropiezos y piedras que pueda haber en el camino”.

*Foto de portada: Aranzazú Ayala Martínez