Lado B
Era artificial: quienes dominen la tecnología tendrán la ventaja
Para Gissel Velarde, la inversión en educación y la reducción de la brecha de género son clave para impulsar el crecimiento de los proyectos de Inteligencia Artificial en Latinoamérica
Por Dafne García @DafneBetsabe2
17 de enero, 2021
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Hace mucho que la Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser ciencia ficción: coches autónomos, robots que pueden aprender tareas con solo verlas una vez, o drones que emulan movimientos de animales como aves y renos para crear espectáculos impresionantes en el cielo, son algunas de las aplicaciones que hoy en día son posibles gracias a ella. 

Sin embargo, del otro lado de la moneda, esta misma tecnología está creando mayor desigualdad en el mundo, a través de algoritmos con sesgos racistas y/o machistas; estos son utilizados (por algunas empresas y gobiernos) para decidir de forma automatizada si una persona merece obtener cierto empleo, un crédito o acceso a servicios de salud, negando estas oportunidades usualmente a las personas más vulnerables.

“Quienes dominen esta tecnología tendrán muchas ventajas sobre quienes no la dominen”, asegura Gissel Velarde, Doctora en Ingeniería en Ciencias de la computación y especialista en el área de Inteligencia Artificial, quien recientemente publicó el libro Era artificial: predicciones para ultrahumanos, robots y otros entes inteligentes.

En entrevista para LADO B, la experta asegura que en Latinoamérica se necesita conocer más acerca de la IA para que, a su vez, sean cada vez más personas las que trabajen en este campo: “Necesitamos sobre todo que haya diversidad [en las investigaciones y proyectos]”.

Y ya que uno de los primeros obstáculos es la falta de difusión y conocimiento especializado en el área de la IA en países latinoamericanos, por la falta de literatura en español, Velarde ha lanzado su libro con el objetivo de reducir esta laguna.

Con un lenguaje sencillo y preciso, la autora habla de la Inteligencia Artificial (IA) y sus subáreas el aprendizaje de máquina (machine learning) y el aprendizaje profundo (deep learning), mediante ejemplos prácticos, gráficas y la recopilación de estudios científicos sobre la materia a lo largo de los años.

Velarde pasa por tópicos que van desde filosofía, creatividad, conciencia, hasta, por supuesto, inteligencia y educación. Todo ello, tomando como eje central la IA y el impacto que ha tenido en el mundo y en Latinoamérica. 

Asimismo, la autora aborda el tema de los sesgos de discriminación en los algoritmos, los peligros para la privacidad y la seguridad que implican este tipo de tecnología, así como los argumentos en contra y a favor de su utilización. 

Educación: el principal reto de Latinoamérica

Ilustración: Gogo

Cuando hablamos de Inteligencia Artificial nos referimos a las máquinas o sistemas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas y que además tienen la capacidad de ir mejorando cada vez más a partir de la información que van recopilando.

En su libro, Gissel Velarde nos relata el avance que ha tenido la IA desde su origen en la década de los 50, y cómo a partir de que el algoritmo AlphaGo derrotó en 2016 de forma abrumadora al coreano Lee Sedol, campeón mundial de Go (un juego de tablero de estrategia de dificultad es alta), se desataron cuestiones existencialistas y un mayor interés en esta área de la ciencia.

Al año siguiente de ese suceso, varios países del mundo asignaron presupuestos importantes para implementar estrategias de IA, entre ellos Canadá, Japón, Dinamarca, Estados Unidos e incluso México.

La importancia de que distintas culturas y personas se involucren en el tema se puede explicar a través de un ejemplo que se plantea en el libro: si un coche automatizado se encuentra frente al dilema de atropellar a unos niños que no se fijaron en el semáforo o girar para salvarlos, pero matar así a sus pasajeros (un anciano y una niña) por el impacto posterior, una IA con una perspectiva latina prevé la autora salvaría a los niños, pero una IA con perspectiva asiática salvaría al anciano. 

En ese sentido, el uso de estas inteligencias tendría que enfocarse en el bien común, pero como se ve actualmente con muchos otros temas (involucren tecnología o no), se corre el riesgo del beneficio sólo de algunas cuantas personas en detrimento de otras. 

Respecto al panorama que hay para la dominación de la IA en Latinoamérica, Velarde enfatiza que hay aspectos buenos y malos. Por un lado, se tienen mejores condiciones para acercarse a las investigaciones que se están desarrollando en el mundo; por ejemplo, es posible acceder a clases gratis de IA con importantes ponentes a través de internet. Pero, por otra parte, se necesita contar con una guía para saber elegir qué de toda ese mar de información, y el acceso a este conocimiento se limita a quienes saben inglés. 

Para la experta, la clave para avanzar en la materia está en que los gobiernos inviertan en educación: “Los gobiernos tienen que hacerse responsables. Por ejemplo, el acceso a la información es un tema [un obstáculo], sobre todo en los países donde ni siquiera hay una computadora en casa”, señala.

Otro de los frentes que aportan al crecimiento de la IA en Latinoamérica está en la sociedad civil. Tal es el caso de OfflinePedia, un proyecto creado por Joshua Salazar, de la Universidad Yachay Tec de Ecuador, en el que se arman ordenadores a bajo costo (con software libre y material reciclado) con los cuales se puede descargar contenido educativo accesible sin conexión a internet, para así llevar conocimiento a los lugares más remotos.

La brecha de género en IA, otro de los retos

“Creo que el tema de diversidad es interesante no sólo para las comunidades de inteligencia artificial y tecnología, o los negocios, sino en general para varones, mujeres y los que no se identifican con estas categorías también”, explica la científica en su libro.

Esta brecha, de acuerdo con los datos que Velarde presenta en su libro, es visible desde el porcentaje de mujeres que se gradúan de una carrera relacionada con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que en México fue sólo un 25 por ciento en 2017. 

En el área laboral la cifra mejora un poco. Ese mismo año, de acuerdo con el reporte de Raghuram y cols, revisado por la autora, hubo un 45 por ciento de mujeres empleadas en el sector de las Tecnologías de la Información, y un 30 por ciento de mujeres en puestos directivos. 

Por otra parte, la brecha salarial y el sesgo implícito que es explicado en el libro como “aquellas asociaciones implícitas e inconscientes que hacen que se asocie al éxito o la capacidad científica, política o financiera al género masculino más que al femenino”, y que afecta incluso a personas que conscientemente se consideran imparciales respecto a los roles de género, son factores por los que la brecha de género en el área de la tecnología es más difícil aún de superar, según Velarde.

Para la autora, la buena noticia es que desde hace unos años “[la comunidad científica] está tratando de entender por qué las mujeres que aparecen en la comunidad desaparecen repentinamente, y cómo se podría promover una mayor diversidad”, además, ha notado que sí hay un gran interés para reducir la brecha de género en los sectores relacionados con la tecnología y hay, por ejemplo, programas de mentorías para mujeres en las comunidades de Inteligencia Artificial para que contacten con otras personas expertas en sus respectivas áreas y aclaren sus dudas.

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Era artificial: predicciones para ultrahumanos, robots y otros entes inteligentes puede conseguirse en versión física y eBook dando clic aquí. Para información adicional, puedes consultar la página web de Gissel Velarde.

*Ilustración de portada: Gogo

**Contenido patrocinado**

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Autor Lado B
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