Lado B
Estados Unidos: elección intrascendente
Sea de un bando o de otro, el ganador de las elecciones mantendrá una política conveniente a los intereses de cierta élite de Washington
Por Juan Manuel Mecinas @jmmecinas
02 de noviembre, 2020
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Como ciudadanos del mundo, la elección de este martes en los Estados Unidos de América es interesante dado el poderío económico y militar del país norteamericano. Sin embargo, a pesar del interés que despierta entre los especialistas de la política y el derecho, la elección estadounidense entre un republicano y un demócrata no deja de ser intrascendente.

 

Sea de un bando o de otro, el ganador de las elecciones mantendrá una política conveniente a los intereses de cierta élite de Washington, y si para eso hay que violar derechos humanos o permitir o alentar golpes de Estado, lo hará. La historia así lo constata. Por ejemplo, el mundo celebraba en 2008 la elección de Barack Obama como el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos de América, pero, a pesar de su Nobel de la paz, atestiguamos un lamentable golpe de Estado en Honduras en 2009, con el “silencio cómplice” de Washington. La suerte ha sido la misma en otros lugares: el jefe del Ejecutivo estadounidense no termina siendo un alfil de la democracia o el guardián de los derechos humanos, aunque sea demócrata (véase el desastre en Libia y Siria).

En el tema migratorio, si bien el discurso de un gobernante demócrata y un republicano varían, la realidad muestra sus políticas igual de dolorosas para los migrantes de toda América Latina. Por ejemplo, mientras Trump separa familias en la frontera, a mujeres inmigrantes se les extirpan úteros sin su consentimiento, y se convence a países centroamericanos para actuar como “tercer país seguro”, violando toda norma de derecho humanitario internacional, la administración Obama deportó más inmigrantes que el gobierno de Donald Trump, e instaló y usó jaulas para mantener temporalmente a niños inmigrantes. Por donde se le quiera ver, una atrocidad.

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En temas de narcotráfico, la relación entre América Latina y el presidente estadounidense republicano o demócrata sigue siendo intervencionista y engañosa: apenas se conocen algunos nombres de los grandes cárteles norteamericanos (los verdaderos mandamases), mientras Washington presiona y condiciona a países centroamericanos y sudamericanos para detener el flujo de drogas consumidas principalmente en territorio estadounidense. EE.UU. vilipendia al mensajero, cuando el gran problema lo tiene en casa, aunque parece tener el control en sus manos, a juzgar por la distribución y la eficacia del mercado de drogas en el poderoso país norteamericano. El tráfico de drogas le sirve al gobierno estadounidense como pretexto para intervenir en la política de los países latinoamericanos, sin importar si el ocupante de la Casa Blanca es demócrata o republicano.

Todo lo anterior no quiere decir que la elección no importe para la élite política mexicana en términos de comercio, relaciones exteriores, migración y seguridad. Sin embargo, sea Biden o Trump quien ocupe la silla principal de la Oficina Oval, el escenario seguirá siendo complicado para la clase gobernante mexicana, tan abyecta y poco imaginativa en su relación con Washington. 

Mención aparte merecen algunos comentaristas, quienes idealizan a los demócratas y sus políticas y “apoyan” a Biden para reforzar su talante “liberal”. Son quienes enmudecieron con las invasiones en Siria y Libia, quienes nada dijeron después de lo ocurrido en Honduras o quienes no perdonan a Obama el saludo a Castro en Johannesburgo y ni qué decir de su encuentro en la Cumbre de las Américas, en Panamá. En realidad, aspiran a una democracia cristiana para los países de América Latina, liderada por Washington (idealmente, según ellos, por demócratas). Tal vez el relato de esos “apoyadores” de Biden sea más peligroso que la elección de un demócrata o republicano, porque terminan convirtiéndose en entreguistas y convenciendo a cierta élite de las bondades del entreguismo a Washington. 

La elección de este martes es intrascendente hasta cierto punto; mucho más importante es el discurso y la estrategia frente a la enorme potencia norteamericana. Bien vale descartar el entreguismo o la oposición absurda: la experiencia muestra lo poco que han servido a los intereses de nuestro país.

 

*Foto de portada: Joe Biden | YouTube

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Autor Lado B
Juan Manuel Mecinas
Profesor e investigador en derecho constitucional. Ha sido docente en diversas universidades del país e investigador en centros nacionales y extranjeros en temas relacionados con democracia, internet y políticas públicas.
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