#Binario #IA #algoritmo
El mundo era otro a finales de febrero cuando empecé a preparar este texto. La reflexión que me impulsaba, sin embargo, sigue intacta, si acaso más vigente que antes si consideramos cómo, en estos últimos días, nuestra interacción con Inteligencias Artificiales (IA) ha crecido exponencialmente.
Quizá no lo sepamos, pero así es: en esta cuarentena planetaria las IA están aún más presentes.
A pesar de mi afirmación – que en breve cobrará sentido –, hay que decir que fuera del círculo científico la discusión sobre la IA, AI (por sus siglas en inglés) o la Inteligencia Simulada, como prefieren llamarla algunxs, está apenas comenzando. En la esfera pública se debate, en parte, a raíz de declaraciones de figuras tan mediáticas como Elon Musk, quien en varias ocasiones ha dicho que el desarrollo sin supervisión en este campo tecnológico supone un peligro para el futuro de la humanidad o que, ya sea que tenga un impacto positivo o negativo para la humanidad, lo que es seguro es que las IA se mandarán solas.
También puedes leer: Se desarrolla un nuevo método para detectar COVID-19 con radiografías e inteligencia artificial
Stephen Hawkins también habló de manera no muy esperanzadora sobre el asunto, amén de que a través de la cultura popular nos hemos hecho una idea más bien negativa desde hace varias décadas sobre lo que implicará para la raza humana la existencia de máquinas con pensamiento autónomo e infinitamente superior al que permiten nuestros limitados cerebros.
Con todo y las voces y discusiones académicas que existen, y a pesar de personajes como Hal 9000 o las distintas versiones de Terminator, nosotros seguimos, sabiéndolo o no, pavimentando el camino de ese futuro incierto (y ojo: con esto no doy crédito a esa teoría conspiranóica que ronda por ahí donde se responsabiliza a una IA de crear al bicho este para poder seguir jugando con la bolsa de valores). No necesitamos ser desarrolladores de software o estar relacionados con empresas de tecnología. Nuestras acciones diarias en las que intervienen los llamados algoritmos son ya una contribución a la causa de la IA.
Con nuestras búsquedas en Google o nuestro uso de Netflix y Spotify (más frecuente en esta cuarentena), fortalecemos a los algoritmos de estas empresas. La misión a corto plazo es mejorar los resultados de esas búsquedas y en general nuestra experiencia de usuarios en esas y otras plataformas que usan una tecnología similar. Al final del día, la realidad es que facilitamos que un programa computacional – el algoritmo – aprenda de nosotros, de nuestro mundo, de nuestros gustos, deseos y necesidades.
Quizá es exagerado decir que estos algoritmos van a controlar el mundo. En este momento, como acabo de escribir, se trata tan solo de mejorar la tarea específica para la que fue creado ese programa, pero indirectamente estamos contribuyendo a que esa tecnología funcione más allá de esos límites actuales. Lo que quiero decir es que debemos ser conscientes de que un tipo de inteligencia artificial ya está incidiendo en buena parte de nuestras vidas y que nosotros, como usuarios, contribuimos al aprendizaje automatizado de estos programas computacionales o machine learning, como se le llama al concepto en inglés.
En una futura entrega exploraremos de manera más detallada cómo los algoritmos impactan nuestra realidad diaria. Por hoy quiero proponer algo diferente: una guía básica para informarse y reflexionar sobre la inteligencia artificial que podamos revisar durante esta cuarentena obligada o auto-impuesta. Videos, obras literarias y autores, series y películas que hablan del tema. He buscado que haya puntos de vista a favor y en contra, pero al final es posible que, aunque DuckDuckGo diga que no me espía, mi historial de búsquedas haya influido a su algoritmo para que la balanza se incline más hacia un lado. Y bueno, también está mi propio criterio, pero ya la verdad no sé quién tiene más peso en mis decisiones…
Tal vez te interese leer: Con inteligencia artificial, estudiantes BUAP participan en el desarrollo de algoritmo para detectar sargazo
Este video del periódico español El Mundo nos explica qué es la IA de manera clara y precisa, destacando que “hasta ese recuadro amarillo que aparece en la pantalla del móvil cuando nos hacemos un selfi” es una IA.
Si lo que prefieren son las fuentes académicas, les podría interesar el capítulo I del libro Computational Intelligence: A Logical Approach (en inglés) de David Poole, Alan Mackworth y Randy Goebel, publicado por Oxford University Press (1998).
Si solo quieren ver el resultado final, pinchen aquí.
También puedes leer: Inteligencia artificial y realidad virtual para la detección precoz del autismo
Existen muchos autores que han incorporado a su obra el tema de la IA, pero si tuviéramos que escoger solo a uno, ese sería sin duda Isaac Asimov, autor de Las Tres Leyes Robóticas, especie de código moral con el que fueron programados los robots que aparecen en sus obras como Yo, robot, que cuenta con una adaptación al cine con Will Smith, lo mismo que El hombre bicentenario a quien Robin Williams ¿dio vida? en la pantalla grande.
En este video pueden conocer esas leyes de boca del propio Asimov:
Si lo que les gusta es entrarle a los temas desde la ficción para así animar sus reflexiones, acá tres ejemplos de series donde el papel de la IA es protagónico (en el caso de la segunda hay que ser pacientes para descubrir porqué está en esta lista, pero no digo más para evitar los spoilers):
En Memory of the World Library encontrarán decenas de libros para descarga gratuita, en formato PDF y e-pub, que tratan sobre la IA, editados por editoriales universitarias de EUA y Europa.
EL PEPO