Foto: Olga Valeria Hernández

Olga Valeria Hernández

@ovalehm

La música swing o swing jazz se originó en Estados Unidos a finales de los años 20, a partir del talento de músicos como Fletcher Henderson, Benny Goodman y Duke Ellington. 

Además de innovar en los conceptos musicales, empleando la batería como el instrumento encargado de llevar el ritmo y ser el motor de todo el conjunto musical, representó un gran fenómeno social. Así surgió la llamada “Fiebre del Swing”, entre 1930 y 1940.  

En el swing, pues, se pueden escuchar los instrumentos que son normalmente utilizados en el jazz: piano, contrabajo, batería, trompetas, trombones, saxos, clarinetes y, ocasionalmente, se hace uso del violín y la guitarra.

Pero existen diferentes formas de bailar la música swing: el lindy hop, blues, charleston, entre otros, que se caracterizan por la rapidez con la que se ejecutan y por sus coreografías acrobáticas. Influenciados por el legado cultural de las danzas africanas, estos bailes nacen en las comunidades afroamericanas asentadas al sur de Estados Unidos y logran llegar a ciudades como  Nueva York, Chicago y Kansas City.

Ahora, se dice que el swing llegó a México durante los últimos años del porfiriato, cuando agrupaciones musicales mexicanas recorrieron Estados Unidos para participar en concursos musicales. A su regreso estaban influenciadas por el nuevo ritmo y comenzaron a formar conjuntos musicales mexicanos que lo interpretaban. Los primeros en ser reconocidos fueron All Nuts Jazz Band, Los Siete Locos del Jazz y la Winter Garden Jazz Band.

Lindy Hop Puebla, es la primera comunidad de swing en el estado conformada por una centena de jóvenes, adultos mayores y personas con diferentes condiciones físicas, que participan en talleres, clases particulares y festivales.

Es una comunidad donde se baila jazz, balboa, blues y collegiate shag, al ritmo del swing, a la par de impulsar valores como la inclusión social, el desarrollo humano y el respeto. 

“Lindy Hop Puebla surge con la necesidad de generar contacto uno a uno a través del baile […] como un pretexto para convivir y compartir con los demás”, explica Mónica Rodríguez, directora de esta comunidad de baile.

Este proyecto nace del interés por preservar estos bailes, que en los años 20 fueron utilizados como protesta en contra de la opresión social; además de la búsqueda para que puedan utilizarse como una herramienta de sanación emocional.

Mónica Rodríguez ha representado a la comunidad y al estado de Puebla en festivales como Hërrang Dance Camp, en Suecia, y en Estados Unidos en Lindy Focus, Asheville así como en LA Shag Festival, en Los Ángeles, California.

Si estás interesado en asistir a una clase de jazz, charleston o cualquier otro baile de los años 20, puedes encontrar a Lindy Hop Puebla dando clic aquí. 

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