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Ámbar Barrera

@AstroBruja_

La doctora Rocío Pérez y Terrón, investigadora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, es líder de un proyecto que experimenta con extractos de plantas como romero, orégano, tomillo, menta y otras, como una alternativa que le haga frente a la resistencia que las enfermedades han desarrollado a los antibióticos a lo largo del tiempo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la resistencia a los antibióticos provocará más muertes que el cáncer en el mundo para 2050 si no se toman acciones desde ahora. En ese sentido, la doctora Pérez ha estado trabajando en este proyecto junto a un equipo de investigadores y alumnos desde el año pasado con resultados hasta ahora positivos.

Las bacterias a las que buscan atacar (inhibir o retrasar su desarrollo) son cinco: Klebsiella, Escherichia coli, Vibrio, Salmonella y Pseudomonas, todas causantes de infecciones en su mayoría gastrointestinales.

Las pruebas las han hecho con 16 especies de plantas, las cuales son conocidas como hierbas de olor y son usadas tanto en la cocina mexicana como en remedios caseros de herbolaria.

Respecto a los métodos de extracción, la maceración ha sido la que mostró mejores resultados. A grandes rasgos, el proceso para obtener el extracto consiste en la desinfección de las plantas frescas con solución clorada y agua destilada estéril, la maceración de las plantas en una solución de alcohol, la separación de la parte alcohólica en una máquina rotavapor y un último paso de esterilización por filtración.

A lo largo de este tiempo, estos extractos acuosos finales han sido combinados de distintas formas para probar si así son más efectivas y para qué bacterias prueban tener un efecto de mayor inhibición de desarrollo.

Los resultados han sido buenos. La doctora y su equipo ya tienen combinaciones de extractos que han resultado ser más potentes contra las bacterias y ya identificaron entre los extractos de una sola planta ante qué bacteria son más efectivas, pues no todas las plantas funcionan con todas las bacterias.

La Doctora Pérez y su equipo están ahora a la espera de recibir luz verde para probar la efectividad de los extractos en ratones de laboratorio, además de que iniciarán un estudio para saber exactamente cuáles son los compuestos de los extractos mediante pruebas fitoquímicas. Eso último les llevará lo que resta de este año y el siguiente pues es un paso crucial para definir la forma en que finalmente presentarán los extractos, que puede ser acuosa, en seco o incluso transportarlas en nanopartículas, aunque la doctora reconoce que están lejos de esa última opción.

¿Por qué los antibióticos están perdiendo efectividad?

Son dos causas principales las que han provocado que los antibióticos comienzan a perder efectividad frente a las bacterias que antes eliminaban sin mayor problema: resistencia genética de las bacterias y consumo humano desmedido de los antibióticos conocidos.

De acuerdo con la doctora López, el problema más grave es la capacidad de las bacterias para que su material genético se modifique para generar resistencia a los antibióticos, pues además esa resistencia es capaz de transmitirse a otras bacterias que no la habían generado. El objetivo de este proyecto es entonces crear extractos que puedan saltar esa resistencia.

Además del tema de la resistencia, los antibióticos tienen un problema que los extractos buscarán evitar: la toxicidad. El principio activo de los antibióticos contienen la posibilidad de generar reacciones secundarias en el paciente.

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El asunto con la herbolaria tradicional

Si estos extractos se hacen a partir de hierbas de olor ¿Entonces son igual de efectivos los remedios naturales de la herbolaria tradicional? La investigadora opina que independientemente de lo que dicta la tradición oral, hay mucho que se desconoce desde la ciencia sobre los componentes de las plantas, ya que además es un tema complejo pues esos componentes pueden variar por el tipo de suelo, la época en que se sembró o la época en que se cosechó.

Para su proyecto se han obtenido las plantas a través de recolección en las regiones donde crecen, pero a largo plazo esperan también tener su propio cultivo controlado para tener datos y resultados mucho más precisos.

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